En esta Cuaresma queremos contarte algunas opciones que vendrán genial para acompañar una buena comida o cena con vinos adecuados de una región afamada, en compañía de tus seres queridos.  

Como ya es bien sabido durante la temporada de Cuaresma se suelen consumir platillos con gran presencia de productos del mar. Tan solo pensemos en ceviches, pescadillas, pescados a la plancha, fritos o rebozados y hasta mariscos en diversas preparaciones. Y es que en un país como México con la rica diversidad de ingredientes que posee, es difícil decidirse por un solo platillo en estas fechas. ¿Pero qué hay de la bebida? Si bien es cierto que la mayoría de las veces nos detenemos a pensar sobre nuestras opciones para comer, también es verdad que en menos de los casos pensamos en la elección de las bebidas idóneas para acompañar nuestras comidas.

Una de las regiones vinícolas  que es famosa a nivel mundial por la calidad de sus productos es Rioja, cuyos vinos tintos elaborados con uvas Tempranillo se han convertido en la insignia de esta Denominación de Origen Calificada. De éstos, los más jóvenes, son capaces de bien maridar con los intensos matices yodados que caracterizan a pescados, crustáceos, moluscos, conchas y demás delicias que el mar ofrece.

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La denominación de origen calificada Rioja es la más antigua de España, y en su espacio se desarrollan más de 600 bodegas y 14,800 viticultores. La fama mundial que ha cobrado esta denominación si bien la debe a la alta calidad de su producción, también se debe a la autenticidad de sus vinos: se trata de fermentados muy estructurados, de rica acidez y algo de carácter animal. Su diversificación en opciones se ha ido adaptando al paladar de las nuevas generaciones pero también conserva sus estilos clásicos para quienes buscan ejemplares aptos para envejecer y con ello obtener la mejor expresión riojana.

De las uvas que dan lugar a los vinos blancos podemos enlistar Viura, Tempranillo Blanco, Malvasía, Garnacha Blanca, Maturana Blanca, Turruntés, Chardonnay, Verdejo y Sauvignon Blanc. Todas ellas ofrecen grandes posibilidades para elaborar excelentes etiquetas que han ido cobrando prestigio a nivel internacional. Una de las cepas más prolíficas en la DOCa Rioja  es la Tempranillo Blanco, se trata de una uva autóctona que marida a la perfección con crustáceos de sabor neutro y conchas frescas. Esto se debe a sus intensos aromas de frutas verdes y tropicales, con tonos de hierbas silvestres y flores blancas, que además acompaña con buena acidez y amplitud.

Pero de hecho, los blancos riojanos son un aspecto poco conocido de esta región: pensemos en los blancos sin barrica, de aromas frescos y vibrantes, ácidos que ayudan a potenciar el sabor de pescados magros, conchas frescas y crustáceos de gusto neutro; o en los blancos con fermentación o crianza en roble, que son estructurados y untuosos, y que por sus características permiten equilibrar la densidad de frutos del mar parrillados, ahumados o aderezados con todo tipo de salsas cremosas. Así que definitivamente, si pensamos en productos del mar, Rioja es una gran opción.

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En esta zona también se siembran algunas cepas internacionales que son aceptadas por la DOCa: se enriquecen algunos vinos con Chardonnay, con notas de manzana verde, hinojo y frutas tropicales, regalando frescura al paladar, pero también una sensación grasa y amplia y suelen acompañar perfectamente pastas salteadas con frutos del mar y pescados grasos.

Otros ensambles que conjugan Verdejo, Sauvignon Blanc y Viura, desprenden un carácter floral y ligeramente afrutado, con notas de anís e hinojo, por lo cual pueden ser ideales para tiraditos, camarones salteados con mantequilla, arroz con langostinos e incluso pimientos a la brasa.

Incluso algunos vinos que son conocidos como Vinos de Zona, Vinos de Municipio y Viñedos Singulares, se trata de  indicaciones geográficas que complementan las categorías tradicionales. De estos blancos, los jóvenes, vinos de primer o segundo año que conservan sus características más primarias, van a la perfección con ostras frescas, navajas con jugos cítricos, ceviches con aguacate e incluso caldos ligeramente especiados. Los crianza, por el contrario, acompañan fácilmente a pescados grasos, arroces caldosos y pastas de buena intensidad gracias a su frutalidad explosiva, densidad y sutiles tonos de vainilla y especias cálidas, resultado de una estancia de mínimo 6 meses en barrica. Finalmente los reserva, en el extremo del envejecimiento, no se quedan atrás; estos complejos y elegantes fermentados, con crianza de 2 años, de los cuales al menos 6 meses suceden en roble, son ideales para equilibrar el gusto y textura de lenguados y rodaballos asados, así como de huachinangos parrillados, tostadas de erizo, callos ligeramente picantes e incluso manitas de cangrejo con mantequilla y ajo.

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También Rioja ofrece algunos espumosos de método tradicional. Estos se vinifican partir de cualquiera de las cepas blancas autorizadas y son acompañantes idóneos para boquerones, anchoas, paté de pescado, caviar e incluso crustáceos agridulces. Tan sólo imaginemos unos tacos de camarón o pulpo al pastor con garnituras dulces y salsas picantes;  para ellos los espumosos en versiones Brut, Extra Brut y Brut Nature de la DOCa Rioja son una gran opción.

Así que ahora ya lo sabes. Si lo que buscas es deleitarte con un buen maridaje de productos del mar con excelentes vinos la Denominación de Origen Calificada Rioja será una gran aliada para encontrar algo que se adapte a tu gusto. Déjate llevar por las varietales de esta región, sus aromas y sabores.

Para mayor información sobre esta denominación puedes visitar:

Agradecemos el texto original a Rioja, con colaboración especial de Carlos Borboa

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