Mi cocina se convirtió en mi cómplice, mi compañera y mi restaurante favorito -porque no había otro-; mi cuarto, en mi santuario y en mi infierno; la sala de mi casa, en mi oficina, espacio de trabajo y comedor; y una hamaca bajo el sol en mi jardín eran mis “fines de salir”. Mi casa era mi hábitat. 

Es indudable que muchos de nosotros extrañamos tiempos “pre-COVID” y, para ser honesta, en lo personal aún me cuesta trabajo adaptarme a esta “nueva normalidad” que de forma tan infame nos ha traído este 2020. Pero no quisiera ser pesimista en este artículo ni mostrar cifras y números que al instante aceleran los latidos del corazón, por lo contrario, quisiera compartir con ustedes un recuento personal de este todavía vigente confinamiento pandémico. 

“¿A qué restaurante quieres ir hoy?”

Parece ser que este piropo de antaño llega por fin a su final. Una frase con tono picaresco que se empezó a utilizar en México hace muchos años cuando mujeres jóvenes salían de casa únicamente para ir a comprar pan, por lo que al parecer era la oportunidad para cortejarlas. Aunque es una frase antigua y muchos la toman como vulgar, no puede estar ya más lejos de la realidad pues con todas las nuevas modalidades el consumo al estilo Delivery y Pick and Go ha aumentado de forma considerable, y la acción literal de salir a comprar desvanece cada vez más. 

(Fotos: Facebook México de Ayer/La Ciudad de México en el Tiempo/cortesía) 

Aunque muchos negocios y restaurantes han podido sobrevivir gracias al delivery, este no ha sido suficiente. Si bien, por varios meses fue la única opción que teníamos para tener un día de descanso – o dos o más-  de la cocina, no ha sido suficiente para los restaurantes y un porcentaje considerable han tenido que cerrar puertas dejando a  su personal desempleado. Sabemos también que no es la única industria que está sufriendo pérdidas, pero sin duda, junto con el turismo serán los sectores que más padecerán en extinciones de negocios. Y la verdad, es una situación que me tiene tensa, ansiosa y muy presionada, sobre todo ante lo desconocido. ¿Qué pasará? ¿Qué viene después? Unos cierran pero, ¿cuántos más van a poder abrir en un futuro?

Por otra parte, puedo observar que muchos negocios que siguen en pie, se han motivado y se han puesto muy creativos. La panadería y la repostería son de los negocios más rentables en este sector, hoy podemos encontrar miles de opciones a través de redes sociales como Instagram, de proyectos sobre galletas, pan dulce, chocolate, etc. Ahora que estamos en fechas de pan de muerto, las diferentes versiones y visiones no carecen: hechos con carbón activo, con ceniza, rellenos, de colores, clásicos, en helado, en chocolate, ¡infinidad para consentirse!

Foto tomada de Cookidoo Thermomix

“Mesa para ocho, por favor”

Un haz de luz apareció cuando las autoridades sanitarias dieron luz naranja y dejaron a los restaurantes atender al 30 – 40% de su capacidad (dependiendo si tienen terraza o no). Así que aunque no nos guste esta cuestión de la “nueva normalidad”, hay que abrazar el hecho de que por lo menos, ya podemos salir a comer fuera de nuestros “hábitats”. Sin embargo, cuando tienes familia grande -como la mía-, se torna un poco complicado ya que por disposiciones oficiales existe ahora un límite de personas para sentarse en una mesa. Así que tómenlo en cuenta cuando salgan a comer, pues si son más de cuatro personas, es muy probable que los acomoden en mesas separadas. 

No obstante, considero de suma importancia nuestro apoyo como comensales. Dentro de nuestra capacidad, es esencial que no dejemos de consumir en nuestros restaurantes locales. Hoy en día, las normas sanitarias son estrictas y muy meticulosas, así también es responsabilidad de nosotros comensales ser respetuosos y seguirlas. Vayamos en grupos pequeños, no pasa nada.

“A darle que es mole de olla”

Otro punto a favor, son las nuevas caras que han podido resistir la pandemia y unos cuantos que han logrado abrir a pesar de la contingencia. Un ejemplo muy claro es la nueva sensación en hamburguesas tipo “sliders” de Mr. Blanco’s, un negocio que literalmente abrió sus puertas en delivery y pick and go durante plena pandemia. Otras recomendaciones de restaurantes nuevos es Cyprez, una cervecería del valle de México que al fin pudo inaugurar su tap room con diferentes estilos de temporada y comida para acompañar. Y si te gusta la cocina japonesa, te invito a que conozcas San-To Hand Roll Bar, donde un aura de pescados frescos, ingredientes extravagantes y mixología contemporánea te va a enamorar.

Por supuesto, lamentamos el cierre definitivo de clásicos e icónicos como el Sir Winston Churchill’s, uno de los primeros y de los cuales sin duda extrañaremos en demasía. También brindamos por restaurantes más pequeños como Fat Boy Moves, quienes cerraron sus puertas este fin de semana y nos dejan con un craving insaciado de cocina con inspiración coreana exquisita, como su pollo doblemente frito. A todos aquellos restaurantes que alguna vez nos llenaron las pancitas de amor, les damos las gracias infinitas.

No todo es malo en esta pandemia, han sido momentos difíciles, tristes, tal vez solitarios y complicados. No sé cómo la estás viviendo tú, pero al final hay que recoger el conocimiento que queda detrás, aprender de la experiencia sin importar que sea buena o mala. Esto ha sido solo un poco sobre mi perspectiva ante este confinamiento. Claro que no sé cuándo acabará, pero sé que el cambio siempre es bueno, aceptémoslo y hagamos algo con él. Nos vemos pronto y no olviden consentirse de vez en cuando y dénse la oportunidad de salir a desayunar, comer o cenar. Si aún se sienten muy inseguros, intenten ir a comprar un café o un pan dulce cerca de su casa, tienten aguas y analicen cómo se sintieron. Estoy segura de que les dará un respiro. 

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