En distintas películas, hemos visto festines fastuosos que se servían para agasajar a los reyes y sus invitados. Ahora, éstas escenas salen de la pantalla grande para convertirse en realidad en el restaurante Candela Romero.
Tuve la oportunidad de experimentar el verdadero significado de la palabra “festín gastronómico”, aquel en el que los platos no dejan de salir; en el que el paladar esta gozoso y ávido de más y más sabores; en el que ya no puedes comer más pero siempre hay espacio para el postre. Todo ello acompañado de la eterna elegancia de Candela Romero.
El viaje sensorial cambia cada 30 minutos (aproximadamente), por lo que llegar puntual es indispensable. Todo inicia alrededor de las 14:30 hrs. con el Infinity Bar: quesos, ensaladas, jamón ibérico y marlín ahumado están dispuestos sobre las barras para abrir el apetito. A las 15:00 hrs. comienzan las entradas. En este rubro destacan los mejillones, para mí, uno de los grandes platillos del festín ya que la cocción es perfecta y la salsa, una delicia. A las 15:30 hrs. desfila la parrilla: verduras de temporada, butifarra espaciada preparada en casa y distintos pintxos salen de los fogones de Candela Romero.
El gran espectáculo se da a las 16:00 hrs., ya que el chef Alejandro Sánchez se presenta en el salón con el chambarete y el lechón, para que el equipo del salón corte con gran destreza estas piezas de carne. Finalmente, los postres se asoman a las 16:30 hrs., diferentes tipos de quesos, el tiramisú o la tarta Santiago son algunas de las opciones que harán que no paremos de degustar la cocina española del chef Sánchez.
Así fue la comilona en Candela Romero, que no podía terminar de otra manera, sino con un brindis de champagne para celebrar esta oda al buen comer. Así que no te recomiendo llegar tarde, y te invito a vivir un festín con mucha candela, el de Candela Romero.
Reforma 439, Planta Baja dentro del hotel St. Regis
Sábados a partir de las 14:30 hrs
www.candelaromero.mx