Desde que la humanidad comenzó, los alimentos han sido los principales recursos para la creación de una sociedad, basándose en la adquisición de insumos. Con el paso del tiempo, los alimentos han sido usados para deleitar distintos placeres que causan al consumirlos, es por eso que en distintas religiones hay ingredientes que están prohibidos, dado a sus creencias e ideologías.

Cuando se tocan puntos de filosofía se recurre usualmente a palabras como felicidad, conciencia, razonamiento, verdad, moral… pero ¿cómo se relaciona la filosofía con la gastronomía? Sin pensarlo, a diario podemos crear emociones a través de los alimentos, al dar una parrillada con amigos cercanos o familiares, la alegría que se crea en ese momento donde la comida ya está servida a la mesa, la convivencia fluye dependiendo del ambiente que se crea por el simple hecho de compartir el alimento.

Existen diferentes dietas para el cuidado del cuerpo, y por ende del alma; muchos tienen la creencia que “somos lo que comemos” dicho famoso del filósofo alemán Ludwig Feuerbach, que criticaba la manera como la Iglesia controlaba al pueblo por medio de simple pan y vino, preocupándose por la alimentación de cada quién, ya que una buena dieta regocija el alma y espíritu, y mejora el estado de ánimo.

¿La comida te define o tú la defines?

La alimentación en distintas religiones y creencias tiende a ser un pilar importante para seguir aquella doctrina. Conociendo las toxinas de la ingesta de carne, y el respeto hacia cualquier ser vivo, la gastronomía budista se mantiene en una vertiente totalmente vegana, respetando las leyes de la vida de cada ser en su entorno, con el único fin de concientizar al individuo hacia una mente tranquila y al mismo tiempo, coexistir de manera pacífica.

En el caso de las tradiciones hebreas, la limpieza de la carne debe ser impecable, la costumbre del proceso Kosher – que en hebreo significa: adecuado -, es sin duda una de las más antiguas que se conocen, desde el sacrificio del animal respetando que se cause el menor dolor hacia este, haciendo un corte preciso para un descenso rápido y sin sufrimiento; siguiendo esta idea, está prohibido consumir cualquier órgano del animal, ya que se considera una falta de respeto hacia la vida que se sacrificó.

Todo lo que involucra esta filosofía se hace con el fin de tener un acercamiento más directo con Dios, ya que representa pureza en su ser y su espíritu, partiendo de principios de autocontrol para no caer en pecado, siendo el propósito del auto-dominio completo del ser humano. Poder controlar el instinto natural del alimento, espiritualiza el impulso para transformarlo en una alegría.

Hoy en día, la técnica Kosher, es la más adecuada para seguir una dieta balanceada y con conciencia moral, aparte de ser una de las mejores opciones para mantener una sana alimentación, gracias a la ausencia de grasas saturadas.

La felicidad en los alimentos

Es evidente que al dejar de comer por un tiempo prolongado, nuestro humor se ve afectado. Algunas personas lo manifiestan de tal manera que llegan a molestarse de cualquier cosa, y esto se debe a una cuestión científica y natural: al ingerir alimentos, el nivel de dopamina se eleva, y es que esta hormona es la encargada de despertar sensaciones como el placer, felicidad y relajación; es por eso que podemos sentir cierta alegría al terminar o durante la comida. 

Cuando compartimos alimentos o simplemente nos tomamos un tiempo para comer, podemos notar que repetimos una serie de actos para recibir a nuestros invitados, a manera de ritual para que todo salga como tenemos pensado: lavar los vegetales, cortarlos para su proceso, seguir las recetas, decorar la mesa, etc. Sin darnos cuenta, ya estamos dedicando un tiempo de nuestro día para cultivar nuestras emociones y el humor sea lo más grato posible, aplicando virtudes como paciencia, tolerancia, amabilidad durante la visita de tus invitados.

Hay alimentos que contienen sustancias que elevan nuestra felicidad, es decir, cuando los consumimos son benéficos para que en nuestro organismo se produzcan hormonas como la dopamina y endorfina, que resultan en sensaciones de motivación, retención de información, y curiosidad para seguir aprendiendo, ya que son esenciales para la supervivencia. Por eso recomendamos buscar consumir alimentos que mejoren tu día y al mismo tiempo, mejorar la salud. 

Así que sin buscarlo de manera consciente, muchas personas y en muchas ocasiones, la filosofía en los alimentos ya está siendo aplicada en sus vidas, pues la alimentación de cada uno se ve reflejada en sus hábitos y apreciaciones por la vida, lo que nos remonta nuevamente a la idea de “somos lo que comemos”. Lo que consumimos es, sin duda, lo que rige nuestra salud, la buena alimentación puede mejorar nuestro estado de ánimo y en consecuencia nuestro estilo de vida, teniendo mejores actitudes ante distintas situaciones que se presentan.

La comida y sociedad 

En distintas civilizaciones antiguas, la comida destaca por muchas razones: ya sea con motivo de celebraciones, rituales, guerras y disputas, o en el arte y religiones, Así que haya sido por una razón u otra, se creó un efecto de racionalidad alrededor de ellos o bien de actividades que implicaban su producción.

Así que las decisiones en torno a la alimentación siempre han existido como por ejemplo, pensar en aspecto nutricional al probar platillos nuevos; un ejemplo claro son las experiencias gastronómicas que se han destacado en los últimos años como los menús que se ofrecen a ciegas. En ellos se habla mucho de los comensales que asisten, ya que se permiten experimentar nuevas actividades en sus vidas con la finalidad de obtener una sensación de asombro. En este tipo de eventos se crean rupturas a niveles sensoriales que resultan, en la mayoría de casos, en superación de expectativas, pues el descubrimiento y redescubrimiento de los ingredientes, es sin duda un deleite para cualquier paladar, dándole un goce efímero a nuestro espíritu, y en cierta forma dando cierta belleza momentánea a nuestra vida. 

Ya que muchos gastrónomos y cocineros piensan que el arte culinario es un oficio que se basa en el recuerdo – en comparación a la pintura -, el lienzo del platillo desaparece en cuestión de minutos, pero si se logra la expectativas del público, el platillo se vuelve una recuerdo que se atesora no solo con la mente sino que es multisensorial. Por esta razón, los ingredientes y las técnicas que se le apliquen, deben ejecutarse conforme a una idea y a un resultado esperado de quien los está manipulando y dirigiendo, lo que al final creará emociones en cada persona del público presente.

En conclusión, el arte de crear y compartir alimentos, es una de las más antiguas y, aunque hoy en día, mucha gente no se percata del poder que tienen, es importante reconocer su atribución. Así que respetando las recomendaciones de una buena nutrición para el balance emocional en nuestro cuerpo, así como las creencias e ideologías, cuidar lo que comemos es indispensable para el goce del alma, así como para mejorar la manera de pensar y con ello la toma de decisiones para llegar a esa felicidad que todos buscamos.

Bibliografía 

Foto principal extraída de: https://pin.it/7Atr4UC

  • Gastronomía budista, Juana Trujillo, Directo al paladar. Disponible en:

https://www.directoalpaladar.com/cultura-gastronomica/gastronomia-budista

  • COCINA KOSHER: TODO SOBRE LA COCINA JUDÍA, Con Mucha Gula, 18 de mayo del 2017. Disponible en: 

https://www.conmuchagula.com/cocina-kosher-todo-sobre-la-cocina-judia/

  • El cerebro libera endorfinas endógenas tras comer, Tuulari JJ, Tuominen L, De Boer FE, Hirvonen J, Helin S, Nuutila, Health Day, 23 de agosto del 2017. Disponible en:

https://www.neurologia.com/noticia/6401/el-cerebro-libera-endorfinas-endogenas-tras-comer

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