¿Alguna vez han sentido que conocen a alguien de toda la vida? Hay personas que llegaron hace poco y parece que han estado desde siempre; lo mismo pasa con lugares y cocinas que, cuando pruebas su comida, parece que formarán parte de tu vida; sabores y sentidos extrañamente familiares y acogedores que cuando llegan esperas que sea para quedarse.

Ubicado en el barrio de la Nueva Santa María, en la calle que lleva el mismo nombre de la colonia en el número 138, de acabados rústicos y ese sentido familiar; se encuentra el restaurante María 138

Según nos platica Cristina, dueña del restaurante, este proyecto surge de una necesidad por mostrar la “comida tradicional siciliana” asemejando lo que podríamos encontrar en los barrios italianos..

Originarias ambas de Italia, “la Nonna”, como llama Cristina a su madre, es la chef responsable de todos los platillos, desde temprano comienza el día probando salsas y fondos, dando tiempos y cocciones largas que se reflejan en cada platillo, recordando siempre sus raíces y llevando a nuestras mesas un pedacito de su historia.

¿Por qué Sicilia?

La gastronomía Italiana ha llegado a nuestros paladares desde hace ya mucho tiempo atrás. ¿Quién no recuerda un espagueti a la bolognesa o incluso un fettuccine al burro con un toque de albahaca (burro en italiano es mantequilla, para evitar confusiones)?Desafortunadamente el trasladar una cocina geográficamente implica “tropicalizar”, esto es dicho en otras palabras: adaptarse a los productos y gustos del lugar al que se traslada, agregado a esto las franquicias y la distorsión del mercado actual, resultan en pseudotacos de tortilla-tostada, pastas con crema ácida y cuadritos de jamón, y demás aberraciones “adaptaciones” del original (léase para efectos respectivos de la comida mexicana e italiana). 

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El perder la esencia del lugar es un desafortunado precio que actualmente, gracias a importaciones podemos reducir, ofreciendo un producto en esencia bastante similar al auténtico. Sicilia, como la mayoría de Italia, cuenta con un aceite de oliva excepcional; además,  al ser una isla, su gastronomía se caracteriza por la presencia de productos de mar e influencias diversas debidas al intercambio comercial que ha vivido a lo largo de su historia. Dentro de sus productos estrella se encuentran los frutos secos como el pistacho siciliano y el aceite de oliva. La pasta seca o fresca según el platillo acompañado de las salsas de cocción larga y sabores especiados e intensos hacen de esta gastronomía algo emblemático dentro de Italia.

¿Qué pedir en Maria 138?

La mayoría de los platillos caseros se sirven en porciones generosas y al centro, por lo que recomendamos considerarlo al ordenar.

Es ideal para ir con amigos o familia, aunque si me lo preguntan, también guarda un cierto aire romántico para una velada tranquila en pareja. El restaurante está instalado en el traspatio de la propiedad como se acostumbra en Italia, lo que se traduce en un ambiente aire casual y desenfadado.

Pedir una pizza Sfincione al centro será el mejor comienzo para la velada. Entre capas de queso, anchoas, salsa pomodoro y pan crujiente, es realmente sencilla y deliciosa. Dentro de los platos principales: el cous cous con frutta di mare y el ragú de res, son un must cuando visitas este restaurante, aunque sus platillos cuentan historias y sus aromas llegan para quedarse, haciéndote sentir como en casa.

Sus vinos

El restaurante se encuentra haciendo una colaboración con el reconocido sommelier Marcos Flores, con quien se encuentran trabajando en la nueva carta con espectaculares vinos sicilianos y mexicanos. Nuestro favorito ha sido un tinto, coupage de Nero d’Avola, Perricone, Frappato, Nerello Cappuccio y siciliano, perteneciente a la bodega Firriato, llamado Quater vitis, toda una experiencia, con notas de frutos rojos y barrica marcada de roble francés.

https://www.instagram.com/p/B68rskcnMcH/

¿Y de postre?

Cuando era pequeña mi madre solía decir “hasta que no termines los vegetales puedes olvidarte del postre”, siempre me cuestioné el porqué de la jerarquía en la comida, ¿por qué lo mejor en el final? ¿Qué tal comenzar por ahí?. Supongo que si bien comer es un arte, el postre juega el papel y la responsabilidad de guardar ese último recuerdo de una comida placentera, aquel que se hace lugar en los paladares sin importar lo satisfechos que nos encontremos, es el que va directito al corazón.

Al terminar el ragú, pasar el cous cous y recordar aquella pizza Sfincione de cuya existencia no quedan más que un par de orillas, las copas se retiran y toman su lugar teteras de peltre y deliciosos cannolis sicilianos son puestos al centro, una repostería italiana que consiste en una masa crujiente rellena de ricotta fresco y frutos secos, acompañados de helados de pistacho siciliano y leche de burra le dan forma sin duda una experiencia para repetir.

Así que la próxima vez que el apetito dicte ¡italiano!, no dudes en probar esta propuesta gastronómica de la mano de “La Nona” y su cocina que te harán sentir como en casa.

¿Dondé?

 Calle Santa María la Ribera, 138, CDMX

Horarios

Martes a Sábado de 13:00 a 23:00 hrs

Domingos de 10:00 a 20:00 hrs

REDES

INSTAGRAM @mariaciento38

FACEBOOK @MariaCiento38


WEB mariaciento38.com.mx

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