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Maykana: delicia de la Riviera Maya en Mayakoba

Julieta Cruz
Julieta Cruz
Gastrónoma y doctorante en Comunicación con especialización en vinos por la EMS. Investigadora en periodismo enológico y gastronómico en Ciudad de México, basada en teoría bourdiana, con fundamentos en Sociología y estudios de periodismo. Disfruta entrevistar y difundir la valiosa labor de quienes hacen posible nuestra gastronomía, única y viva en cada ingrediente, sabor y experiencia a la mesa.

En la belleza inigualable que solo la Riviera de Maya posee, se enclava uno de los complejos hoteleros que ofrece mayor lujo y sofisticación a los invitados ávidos de momentos de relajación, disfrute y buen gusto.

Fairmont Mayakoba es uno de los cuatro hoteles que se conforman a Mayakoba –al igual que tres complejos residenciales  así como un campo de golf– y que en lengua maya significa “el lugar que está sobre el agua”, haciendo alusión a los ríos subterráneos, canales y lagunas que le dan vida a este espacio natural que nos dejó hipnotizados con el verde de sus manglares, el turquesa de sus aguas y el azul del cielo. Así, frente al Mar Caribe nos dejamos consentir con unos días de deleite para nuestros sentidos.

Si bien anteriormente ya nos habíamos sumergido en este resort de lujo, en esta ocasión fuimos exclusivamente a conocer el nuevo club de playa que abrió sus puertas hace apenas unos meses y que ha traído consigo la garantía de disfrute para los huéspedes. 

Un poco sobre Mayakoba

Al estar sumergido en un entorno natural es casi seguro que durante tu estancia puedas encontrarte con algún ejemplar de la fauna existente: coatíes, iguanas, basiliscos (lagartijas), sereques, monos araña, o algunas de las aves en este ambiente de paz que se respira en el complejo turístico. Así caminando por el “Nature Trail” o  mientras se disfruta de una partida de golf se podrán avistar desde tecolotes, pájaros reloj, charas, garzas y hasta espátulas rosadas, cormoranes, ibis, cigüeñas, patos, calandrias, buitres y águilas. Playas, dunas de arena, manglares y selva se amalgaman en 250 hectáreas, para dar paso a la inmersión en un hábitat natural y que se traduce en un entorno perfecto para los amantes de la naturaleza.

Respecto al sistema lagunar que abarca 25 hectáreas de lagos y canales y, que se extiende por 13 kilómetros de longitud, fue creado a partir de estudios geohidráulicos y cálculos matemáticos que buscaban mantener con un flujo continuo de agua que además fuera funcional a largo plazo. El sistema resultó en un éxito pues luego de la excavación de los canales, el agua emergió de los ríos subterráneos, resultando en un flujo constante así como el desemboque en el mar. El manglar que al inicio tenía una altitud de apenas dos metros ha crecido hasta los doce metros, lo que habla de la excelente adaptación que este espacio ha logrado.

Y sobre Fairmont Mayakoba 

Y así, a tan solo 40 minutos del aeropuerto de Cancún y a 20 del centro de Playa del Carmen, este hotel cuenta con 401 habitaciones, 5 albercas, 4 restaurantes, gimnasio, spa, centro de convenciones y ofrece diversas actividades turísticas para disfrutar durante la estancia en el resort. Fairmont cuenta con el reconocimiento de 5 diamantes de la AAA.

Si bien el hotel abrió sus puertas en 2006 con 401 habitaciones y suites, actualmente se encuentra terminando su proceso de renovación total, con lo que además se contribuye al despunte del destino en el caribe mexicano. 

Durante la estancia en este alojamiento las actividades que se pueden desarrollar van desde animarte al kayak, asistir a la escuela de cocina, tomar una bicicleta acuática,o también practicar padel, tenis, tiro con arco, avistamiento de aves, recorrido por el «Nature Trail», esnórquel, moto de agua, buceo, siembra de corales, o la experiencia top de la corona, disfrutar un paseo en el Yate Van Dutch 55’. 

Maykana, un regalo del corazón

Luego de 15 años de operación, Fairmont Mayakoba decidió incorporar a sus instalaciones un club de playa que ofreciera relajación y disfrute del caribe mexicano de forma integral. Fue así, que en búsqueda de conseguir experiencias extraordinarias para sus huéspedes e invitados, el resort inauguró Maykana, en donde se alojan cinco restaurantes, terrazas con vistas inolvidables a la costa, cabañas privadas de lujo, albercas y fogatas….un espacio con todo lo necesario para vivir unas vacaciones únicas junto al mar. 

El nombre del club significa “canasta de bienvenida” y hace referencia al deseo de invitar a quienes lo visitan a experimentar la historia y la riqueza local a través de los cinco elementos de la naturaleza: aire, agua, tierra, fuego y éter. Es una canasta que recibe a los huéspedes con una ofrenda que los haga sentir como en su hogar

Así aparecen en escena los distintos conceptos gastronómicos que acoge Maykana, experiencias culinarias que dejan satisfechos incluso a los comensales más exigentes. Desde los snacks que se sirven en la zona de las albercas y playa (saludables, snacks clásicos y hasta opciones veganas para quienes así lo deseen), pasando por los desayunos, comidas, tapas y mezzes mediterráneos que Brisas tiene (uno de las restaurantes alojados en el edificio principal); o los pescados y mariscos que se sirven en Gaia Seafood Restaurant; sin dejar de lado se encuentra Fuego, un restaurante de playa que se focaliza en ofrecer opciones de parrilla y sabores ahumados, hasta finalizar en Cielo, el rooftop bar que aludiendo a su nombre nos invita a tomar un drink apreciando las mejores vistas del Caribe, mientras te refrescas.  

El club de playa resulta en una de las opciones más completas para cualquier huésped con ánimos de ser consentido y no preocuparse más que, cuál será su siguiente actividad de disfrute durante su estancia en este complejo.

Crónicas de viaje

Nosotros probamos todo, no solo en Maykana, sino también en los distintos centros de consumo con que Fairmont Mayakoba cuenta.

A nuestra llegada Hix, el lobby bar cuyo concepto parte de inspiración oriental, nos ofreció platos como tostadas de salmón, tacos de hamachi crudo, sashimi de hamachi, salmón y atún, así como diversos sushis; todo acompañado de tragos refrescantes de notas cítricas y algunos hasta picantes. La frescura de los pescados y mariscos que aquí se ofrecen, es correspondiente a su alta calidad y a la única y acertada combinación de sabores que nos llevan de la mano hasta los restaurantes nipones más prestigiosos. 

Por la tarde, optamos por asistir a un paseo en bote donde además de conocer el resort a lo largo de sus canales y de disfrutar de un atardecer que pinta el cielo de colores rosados, brindamos con champagne y una tabla de quesos. Al final del recorrido asistimos a Cielo, el rooftop bar de Maykana, en donde nos deleitamos con un cielo estrellado, mientras abríamos apetito para la cena con mixología a base de gin y mezcal, tragos frescos sin perder la esencia divertida.

La cena tuvo lugar en Gaia Seafood Restaurant, también en Maykana que se encuentra en su planta baja y que nos recibió con un display de ostras y cangrejos frescos, mismos que pudimos probar junto a la barra, una experiencia única que te antoja locamente con un sabor a mar en cada sorbo que das a las ostras. Ya en la mesa arribó una fuente de mariscos de donde pudimos seguir probando más: almejas chocolata, shirla, pata de mula, callo de hacha, ostiones, pulpo, camarones  y hasta abulón. El maridaje perfecto lo ofreció un Riesling seco de Washington, EE.UU. Como segundo tiempo ordenamos un bisqué de camarón con vegetales, más sabor profundo a mar, precisamente lo que buscamos siempre que visitamos un destino de playa.

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Al segundo día de nuestra estancia –y enfocándonos exclusivamente en la cuestión gastronómica– nos decidimos por un desayuno a la habitación, una opción completa para quienes tienen un día ajetreado, un omelette de claras y champiñones con guarnición de espárragos y papas cambray. Justo y nutritivo para empezar el día. Recuerda que en todo momento de la estancia contarás con la asistencia de un mayordomo, que te podrá ayudar con hasta el más mínimo detalle para que te sientas como en casa.

Luego de un recorrido por el Nature Trail, visitar un cenote, un criadero de abejas meliponas y conocer un poco de la flora y fauna de la región, nos adentramos a la aventura con un recorrido en el Yate Van Dutch 55’ donde estuvimos por alrededor de cuatro horas y pudimos conocer arrecifes de coral, nadar por playas color turquesa y divertirnos mientras disfrutamos de una excelente atención, snacks y bebidas a bordo. 

A nuestro regreso y ya algo cansados de vuelta en la playa, nos dimos un chapuzón en la infinity pool de Maykana, donde nos ordenamos un martini extra seco además de una pizza de aguacate para disfrutar de un lunch ligero de sabor untuoso, como un cariño en el corazón, para mitigar la adrenalina del día. 

Luego del ajetreado día conocimos Fuego, el restaurante de playa de Maykana, inspirado en este elemento vital que nos recibió con un drink a base de mezcal con el que acompañamos un entrante de aguacates tatemados así como unos elotitos tiernos al grill con mayonesa, un aguachile negro tatemado, un tiradito de pescado y leche de coco, buttersquash al grill, pollo a la brasa con cebollitas moradas en escabeche así como también un pulpo en la misma técnica y un pescado zarandeado a la brasa. Notas ahumadas a leña invadieron nuestro paladar en cada momento, así como sabores delicados derivados de la producción local, ya que este restaurante tiene una política que solo le permite utilizar productos de un máximo de 100 kilómetros de distancia, apoyando con ello el comercio local, que aunado a una técnica sencilla, destaca lo mejor de la región. 

En la tercera jornada nos paseamos por Café Maya, que brinda una opción para los cafeteros de corazón y de colmillo dulce, para iniciar el día con un buen espresso y un kick azucarado.

Para un desayuno más en forma nos dirigimos a Brisas en Maykana, en donde tomamos un desayuno protagonizado por unos suculentos huevos motuleños, así como un poco de avena con frutos secos.También el alocado toas así como los huevos mayas tenían buena pinta

Ya avanzado el día y luego de una sesión de golf nos dirigimos a una actividad más. Se trató de una clase de cocina ofrecida en “El pueblito”, un centro recreativo ambientado como una pequeña y folclórica comunidad que reúne diferentes comercios auspiciados por los diferentes hoteles de Mayakoba. Ahí, en la escuela de cocina, la chef Sandra de la Mora nos llevó de la mano en una sesión en la que preparamos sopa de tortilla y tamales verdes con requesón así como rojos con pollo al pibil y es que, ¿qué mejor experiencia culinaria que meter las manos al fogón de estilo local y aprender a preparar estas delicias?

Como conclusión de este día también conocimos Tauro, un steakhouse con ambientación vintage y cuyos cortes americanos y argentinos son todo un deleite. Para abrir el apetito un espresso martini hizo lo suyo y hemos de confesar que ha sido uno de los mejores que hemos probado. Desde las ostras gratinadas con grana padano, ajo y mantequilla; la ensalada de espinacas y hojas verdes con queso azul, panceta y cebolla morada; un brioche recién horneado; hasta sus cortes Rib eye, New York o bien algunas opciones como pescado blanco a la plancha con vegetales y pollo braseado, el menú y sazón de este steakhouse está al punto, sin dejar pasar un detalle. Las porciones son vastas, perfectas para colocar al centro y compartir mientras se disfruta de una velada única.

Un cuarto día tuvo lugar y es que luego de ir a deleitarnos con un amanecer inolvidable en la playa regresamos a alistarnos para regresar a la gran urbe, no sin antes cargar energía en el restaurante La Laguna con un extenso buffet desayuno mexicano delicioso.

Cabe resaltar que para la cena, en La Laguna también se pueden disfrutar de un espacio con vistas únicas al entorno natural y música tradicional mexicana. Bajo el concepto de cocina mexicana se entretejen lo tradicional y lo contemporáneo tanto en platillos, como en su diseño. Y es que al estar en el corazón de la propiedad este lugar no podía tener otra naturaleza que no fuese nacional. Con cocina abierta, terraza y sus pabellones privados sobre el agua con vistas a los canales, la laguna es un sitio ya clásico en Mayakoba que no te puedes perder.

Si bien durante todo el recorrido de delicias no puntualizamos sobre los postres ofrecidos en cada restaurante, hemos de añadir que todos fueron únicos y deliciosos. Sin embargo, uno de los que más recordaremos es la panna cotta de romero libre de lácteos y la piña tatemada de Fuego; el molten chocolate cake y el flan de cajeta de Tauro y hasta las amenidades ofrecidas en la habitación noche a noche, que denotan el cariño y la hospitalidad a quienes visitan Fairmont Mayakoba. 

Así fue entonces como el lujo y la sofisticación se conjugaron con la relajación y lo mejor de la gastronomía en un destino que nos consintió y nos dió el privilegio de conocer uno de los mejores clubs de playa del Caribe. Estamos ansiosos por conocer más de Fairmont en este año venidero.  

Para mayor información visita su página web y sus redes:

www.fairmont.mx/mayakoba 

Facebook: @FairmontMayakoba 

Instagram: fairmontmayakoba

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