Por Sigma Bonilla
Se acerca el Día Internacional del Ron, un destilado caribeño que es famoso específicamente de Cuba, el cual se elabora a partir de la dulce caña de azúcar y qué mejor que celebrar este día levantando una copa con un trago de este espirituoso acompañado de su amigo del alma: el Habano.
Origen del espirituoso
Primeramente, adentrémonos un poco en la historia del ron. Todo comienza con los viajes de Cristóbal Colón, cuando los europeos introducen la caña de azúcar en el Caribe y América Central, especialmente en Cuba, y dadas las condiciones climáticas de la zona y al trabajo de los esclavos, el cultivo fue bastante fructífero.
La producción del ron, pronto se convirtió en una de las principales actividades económicas de la época. Es por esto, que en los viajes comerciales o en busca de nuevos territorios, era indispensable cargar los barcos con barriles llenos de este destilado por dos razones: la primera es que se ocupaba como moneda y la segunda es que los tripulantes, bebían gran cantidad de alcohol para poder aguantar el viaje completo, lo cual era posible si otros piratas no llegaban antes a robárselo. Debemos tener en cuenta que los viajes en barco tenían una duración de aproximadamente tres meses.
En ese entonces, el alcohol se solía medir en grados proof, que es igual al doble de los grados Gay-Lussac (“GL” que es la medida que hoy manejamos para indicar el grado alcohólico de una bebida). Así pues, para asegurarse primeramente, que sí fuera ron lo que contenía el barril, el razonamiento de los navegantes era “el alcohol es inflamable”. Con base en esa afirmación, ocupaban pólvora para encender el espirituoso y luego procedían a “medir” la graduación alcohólica: Si ardía mucho, era porque tenía más de 100 grados proof y se le denominaba overproof; y viceversa, si casi no ardía, era debido a que seguramente tenía menos de 100 grados proof, a lo cual le llamaban underproof.
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Ahora, sobre el Habano
Ok ya entendimos, pero… ¿y el Habano? Pues nos vamos de vuelta a Cuba, hablando de poco más de unos 500 años atrás, cuando los Indios Taínos, enrollaban y prendían unas extrañas hojas denominadas Cohiba, para una ceremonia que hasta hoy en día es desconocida.
Cuando los españoles llegan a Cuba, la planta del tabaco se da a conocer en todo el mundo y se populariza. Tanto así, que hasta el rey Felipe V, el 11 de abril de 1717, estableció un monopolio del tabaco cultivado en el país. Este acontecimiento, se denomina el “Estanco del Tabaco”.
La magia o lo que hace que los Habanos sean inigualables, se debe a estos cuatro factores: suelo (la composición química y propiedades agrícolas de los suelos de Cuba son especiales e ideales para el cultivo), clima (la temperatura en promedio en Cuba ronda entre los 25°C), variedad de Tabaco Negro Cubano y por último, el talento de los vegueros y torcedores. Es por esto que el tabaco de Cuba es inigualable, pues sus condiciones son inimitables. De hecho, en La Habana, se celebra cada año sin falta el Festival del Habano, en el cual se dan a conocer los puros premium más famosos del mundo. Son cinco días de fiesta, en los que se realizan diversas actividades que incluyen desde conferencias dadas por expertos, catas con maridaje y hasta recorridos por las plantaciones y fábricas de tabaco.
“Todos los Habanos son cubanos, pero no todos los puros son Habanos”
Los Habanos son hechos 100% a mano y tienen Denominación de Origen Protegida (D.O.P), que establece regímenes de calidad para el producto y decreta que no se puede elaborar de la misma manera en ningún otro lugar del mundo.
Estos dos se llevan mejor que una papa con catsup o que un tarro de chela bien fría con unos marisquitos ¿sabes por qué? Pues te lo voy a decir.
El ron es un destilado con un perfil gustativo y aromático bastante especial, pues cuando está hecho a base de miel de caña, se encontrarán sabores a caramelo y café, que combinan muy bien con las notas a frutos secos y tostados que el Habano posee. Por otro lado, cuando se toma como base el zumo de caña, se obtendrán sabores más herbáceos y frescos, que se alinean muy bien con aquellos Habanos con toques más naturales y finos.
Si estás en busca de una experiencia más completa, lo más correcto sería degustar diferentes tipos de ron conforme se va fumando el Habano, pues se acostumbra hacerlo en tercios, ya que la intensidad de aromas y sabores irá aumentando paulatinamente hasta que finalmente se consuma.
Dicho esto, se recomienda comenzar el primer tercio con un ron suave, es decir, que no haya estado demasiado tiempo en barrica o en su defecto, que no haya pasado por este proceso. Para finalizar, cerrar con un ron añejo que acompañe al último tercio, de está forma lograremos un maridaje por semejanza al ir aumentando las características organolépticas de ambos productos a la par.
Algunos últimos tips
- Hablando de los rones especiados, ayudarán a potenciar en boca aquellos Habanos con caracteres a pimienta negra, nuez, cassis e incluso cacao.
- Recuerda que el ron es un destilado con un gran volumen de alcohol, la glicerina (un tipo de alcohol) ayuda a la densidad y textura del humo.
- Si no eres de esos valientes que se toman los tragos así como van, puedes optar por maridar tu Habano con un coctel que incluya ron, como el clásico Daiquirí o tal vez un Long Island.
- No olvides limpiar tu paladar al cambiar de destilado, bebiendo un poco de agua entre los tiempos.
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Celebrando al ron desde casa
Si eres de esos que prefieren quedarse adentro, viendo una película o simplemente los bares no son lo tuyo, no tendrás que privarte de disfrutar de una refrescante bebida con el ron como protagonista, porque lo único que deberás hacer es ir a tu tiendita de confianza y preparar la siguiente receta para un Mojito tradicional.
Ingredientes
- 1 oz de jugo de limón
- 6-8 hojas de hierbabuena
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 ½ oz de ron blanco
- Soda
- Hielo frappé (triturado)
Utensilios
- 1 cuchara
- 1 popote
- 1 vaso jaibol
Procedimiento
- Aplaude las hojas de hierbabuena para liberar sus aceites aromáticos y colócalas en el fondo del vaso.
- Cubre las hierbas con el azúcar.
- Llena el vaso hasta el tope con el hielo previamente triturado en la licuadora.
- Añade el jugo de limón.
- Agrega el ron.
- Rellena el espacio sobrante del vaso con un top de soda.
- Cuidadosamente, inserta el popote por un lado del vaso, cuidando que llegue hasta el fondo, de esta manera podrás saborear todos los elementos del coctel, tal como lo hacen en Cuba. Ahora sí ¡A disfrutar!
Si prefieres las notas a frutos rojos, puedes intentar esta otra receta: Mojito de fresa Zignum
Y ahora que ya sabes de pe a pa todo sobre el ron ¿Qué harás para festejarlo?
Excelente nota!!!
Sabor y cultura extraordinaria combinación!!!
Felicidades Sigma
Excelente gran análisis
Muchas gracias por la nota y los tips, se agradecen mucho este tipo de diálogos que te llevan por la historia de una manera muy amena como si estuvieras platicando con un amigo, y jamás he probado esta combinación pero sólo de leerlo me dieron ganas de intentarlo. Espero sigan subiendo más de estos contenidos.