Lograr adueñarse de los ingredientes y que los sabores hagan match, sin importar lo peculiar de la combinación, es algo que encuentro con poca frecuencia. Pero les voy a contar de Trillo, que bajo la dirección del chef Andrés Trillo, me dejó con ganas de experimentar en mi cocina.
Déjense llevar en este viaje de mezclas poco usuales y sabores que a primera vista no tienen sintonía, pero les prometo los van a sorprender. Así que sin más dilación arranquemos con esta primera impresión de la oferta de Trillo y su juego con los ingredientes.
Cocina de antojos y temporada
Qué mejor carta de presentación de una cocina que explota el potencial de cualquier ingrediente, que con unas coles de bruselas. Pues el chef preparó estas incomprendidas, fritas y acompañadas por un puré de nuez de la India, tocino y las últimas granadas de la temporada. Un primer giro de ingenio que pronto será modificado, pues las granadas no son eternas, pero aún no hay intención de sacarlo del menú.
La siguiente escala aprovechó que los hongos ya se encuentran todo el año y que tienen a muchos fans. Así es como a la mesa llegó un salteado de hongos con hummus y pan pita, con un extra de garbanzos enteros para agregar textura crocante.
Antes de llegar al turno de las proteínas el chef presentó una Coliflor a la brasa con salsa tonnato y ensalada. Para quien no ubique esa salsa, se elabora con atún y ayudó con un toque salado a resaltar a la coliflor.
Como siguiente plato fue el turno de un par de tacos que reflejaron sabores clásico dentro de estos antojitos. Inició con un taco de lengua estofada y frijoles puercos, un conjunto de sabores que me hicieron decir «de lengua me como un taco».
Mientras que el segundo se trató de un mar y tierra de pork belly con jaiba frita y un toque de aguacate. Un juego de texturas entre lo suave y casi cremoso del cerdo, con lo crocante de la jaiba, muy agradable al paladar.
Pero la estrella de la noche estaba por llegar, con otra propuesta de mar y tierra, además de ser una combinación que no hubiera imaginado. Calamares rellenos de chicharrón prensado, acompañados por una ensalada y salsa para agregar un toque spicy.
Postres a partir de lo salado
Aunque el gran despliegue de creatividad para dar un giro inesperado de sabores, se notó con los postres. Inició con un panqué de aceite de oliva con helado de mascarpone con amarena y fruta de la estación, dejando ver la inspiración ibérica.
Un postre que para pedirlo se requiere confiar en la intuición, pero que al probar no defrauda. Aunque en lo personal mi recomendación y favorito por mucho, fue un creme brulée de alcachofa. Y sí, leyeron bien, alcachofa, y no me crean si no quieren, pero es una mezcla que funciona y muy bien. Así que si quieres probar cosas nuevas, esta golosa alternativa es la que te recomiendo, aunque el resto de opciones son igual de peculiares.
En Trillo no solo vas a encontrar sabores poco comunes, por decir lo menos, también amor por la comida y un servicio acogedor. Un lugar ideal para comidas especiales con seres queridos o escapar del bullicio cotidiano.
Además de que es de los contados restaurantes donde aún vas a encontrar al chef supervisando cada detalle para garantizar la calidad y el sabor. Por lo que en Trillo siempre encontrarás una experiencia relajada, sin pretenciones y con una evolución constante.
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