Fue un 4 de julio de 1776 cuando Estados Unidos firmó la Declaración de Independencia del imperio británico. En cualquier país, la independencia es celebrada con bombos y platillos, y Estados Unidos no es la excepción. En este día, las familias se reúnen a celebrar de maneras muy diferentes a lo que conocemos… días de campo, fuegos artificiales, eventos deportivos y diversas actividades al aire libre son comunes en éste día.
Por supuesto, la comida no puede faltar, y es que más que un acto físico; la comida es un acto social que reúne a las familias y las hace convivir de una manera sin igual: barbecue ribs (costillas barbecue), pulled pork, cole slaw (ensalda de col), hamburguesas o hot dogs se vuelven los protagonistas en estas fiestas.
Cada estado tiene platillos tradicionales para esta celebración por ejemplo, en el sur, los estados que colindan con México -California, Nuevo México o Texas-, la comida tex-mex es imperdible al igual que el pollo frito.
Mientras que en lugares como Ohio, Virginia, Indiana, Alabama o Misisipí el elote, el jamón ahumado y el cerdo en barbacoa inundan de aroma a brazas quemadas los patios traseros. Costillas barbecue y cole slaw sirven de compañía en la calurosa tarde que se vive en estados del este como Oregón, Idaho o Nevada. Por último los hot dogs y pork beans son preparados en Montana, Minnesota o Wisconsin.
El 4 de julio en Estados Unidos es más que una celebración patriótica, es un día que ahora se recuerda por los fuegos artificiales, por la unión familiar que se da a la espera de una barbacoa o en una fogata preparando s’mores (postre compuesto por malvavisco, galleta y chocolate). ¡Feliz 4 de julio!
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Por: Amaury Andrade