Earth sunrise North America with light clouds (Elements of this image furnished by NASA)

Han pasado muchos años desde que el hombre llegó a la luna y aún no hemos terminado de conocer todo lo que los astronautas y agencias espaciales hacen para que las necesidades naturales se satisfagan de la manera más cómoda y funcional posible.

Sabemos que la alimentación en el espacio no puede darse igual que en la Tierra, pero se busca que sea altamente nutritiva, balanceada y rica, además debe soportar ciertas condiciones y mantenerse con buena calidad, así que también fue necesario trabajar en los empaques. Así, durante los últimos 40 años se ha tenido un avance enorme, de hecho, el sistema utilizado para la producción de la comida será diferente dependiendo si la misión es planetaria o lunar.

Los alimentos espaciales se clasifican en distintas categorías: la comida rehidratable como consomé de pollo en cubos, crema de hongos, camarones, huevo y leche. La comida termo-estabilizada que se refiere a los enlatados, alimentos de humedad media, en estado natural, carne irradiada y condimentos.

Los tripulantes del Apollo, Gemini y Mercury consumían productos que se presentaban en porción de bocadillos, alimentos deshidratados y algunos líquidos en tubos de aluminio; aquellos que participaron en expediciones posteriores lograron tener agua caliente, el modo de empaque Spoon-bowl y gracias a esto una mejora de los menús; inclusive en las misiones del Salyut se les permitió llevar un poco de vodka; actualmente, los cosmonautas que se encuentran en órbita tienen la posibilidad de calentar su comida en un horno.

Hoy en día, la mayoría de los alimentos que sale hacia el espacio es preparada en la Tierra para evitar la refrigeración, además tienen un espacio designado para que, si su agenda se los permite, todo el equipo coma junto y puedan utilizar cuchillos, tenedores y cucharas. Con la ampliación de la gama de sabores y texturas se han podido hacer mezclas evitando que los viajeros se aburran del menú y permitiéndoles tener el gusto de “cocinar”.

Igualmente, pueden llevar pequeñas cantidades de frutas y vegetales frescos pero, por ejemplo, si “empacan” zanahorias o apio, deberán comerlos dentro de las primeras dos semanas de viaje. Uno de los productos excepcionales para este tipo de misiones son las tortillas, ya que son nutritivas y tienen la capacidad de ser almacenadas por largos periodos de tiempo sin echarse a perder.

Ahora que conocemos un poco más sobre la tecnología de los alimentos espaciales, ¿qué creen que nos espera en un futuro?

Fuentes:

Bourland Charles T., Vogt Gregory L., The Astronaut’s Cookbook: Tales, Recipes, and More, 30-abril-2016

 Häuplik-Meusburger, Sandra, Arquitectura para los astronautas: un enfoque basado en actividades, 30-abril-2016

NASA, https://www.nasa.gov/pdf/71426main_FS-2002-10-079-JSC.pdf, 30-abril-2016

Por: Alejandra Sánchez

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