A través de una entrevista que realicé a dos de los socios de Hilo Negro y a Daniel Lonnberg, uno de los enólogos más reconocidos de Baja California -quien actualmente es el “costurero” de estos vinos- conocí más acerca de dicha propuesta que está cumpliendo su tercer año y que apuesta por el vino mexicano y el amor por la producción del mismo.

Daniel Lonnberg es un enólogo chileno que ha permanecido en México durante 10 años y ha sido creador de vinos de Baja California. Su pasión empezó desde antes de estudiar la carrera de Ingeniería Agrónoma.

Cuando crea los vinos, busca que éstos tengan carácter, potencial y taninos no tan fuertes. De esta forma ha hecho la selección de mezclas que conforman Hilo Negro. La variedad principal de la bodega es nebbiolo, que ofrece estas características y además crece con facilidad en Baja California. El terroir bajacaliforniano, otorga la capacidad de desarrollar vinos potentes y con mucho carácter. La mezcla original de los vinos de Hilo Negro, nebbiolo y syrah, lo demuestra. Además, esta misma fórmula funciona como base para crear nuevos productos y así, poder mantener la misma línea. El clima seco, desértico, los suelos fértiles y la luz del Valle de Guadalupe son factores que favorecen en demasía y son del gusto de los paladares mexicanos, brindando vinos ricos, frutales y con una barrica liviana.

En cuanto a la imagen de Hilo Negro, éste fue el resultado de un trabajo de la Universidad Iberoamericana en donde los alumnos tenían que diseñar una etiqueta. La seleccionada fue aquella que consideraron, tenía un nombre fácil de recordar, y a la vez, provocaba una sensación de curiosidad por probar el producto. Aunque la etiqueta no cambia en sus cuatro vinos, cada uno se distingue por la iconografía del capuchón de la botella, aspecto que impulsa la construcción de la marca y a que los consumidores entiendan la diferencia entre cada una.

Una de sus estrategias es invertir en la infraestructura y en la arquitectura de la bodega para demostrar que son vinos elaborados con dedicación; por lo mismo, es un proyecto pequeño, limitado, de escala y calidad, ya que lo más difícil es mantener las condiciones de los vinos a través de los años.

Con las condiciones favorables, la estructura adecuada y el trabajo ideal, Daniel Lonnberg está dispuesto a coser más historias a través de nuevos vinos de Hilo Negro, para seguir trazando la línea que poco a poco han logrado en los últimos tres años. ¡Enhorabuena!

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