La vida es un buffet y la gastronomía su reflejo, y de nosotros depende convertirla en un gran festín, y para ser excelentes anfitriones de la vida hay que conocer las normas de etiqueta, también conocidas como buenos modales, pues nos sirven para salir airosos de cualquier situación y para hacer que los demás se sientan cómodos en nuestra compañía, he aquí la importancia del lujo en la mesa.

Durante una comida, en una cena y en cualquier situación social, guiarnos por las normas de etiqueta es indispensable para convertir el momento en una situación agradable.

Como todo lo mejor de la vida, el punto de partida de una reunión exitosa es la de festejar alrededor de una bella mesa compartiendo el pan y el vino, sin prisas, con una sonrisa amable y en buena compañía. Seamos los anfitriones o los invitados, nuestra presencia, acciones y palabras deben hacer que brille la reunión.

Para preparar una mesa que sea visualmente atractiva y además acogedora, hay que saber cómo servir una copa de vino, como presentar los platillos, cómo usar los cubiertos y hasta qué manteles usar, pues cada uno de estos elementos interactúa con los otros para convertir una comida en un momento grato y que refuerza amistades.

Como me gusta decirlo, la comida siempre es reconfortante y deliciosa cuando nos hace sentir bien.

Por eso al planearla hay que imaginarla como una obra de tres actos: los aperitivos, la comida y el pousse café, armonizados con su color, aroma, sabor y con una bella decoración.

Para servir los alimentos tenemos la opción de presentar primero el platillo más liviano y terminar con el más pesado, también podemos servir los platillos con los sabores más suaves y terminamos con los más intensos, o bien, partir de los platillos menos aromáticos a lo más perfumados.

Cubiertos

Una mesa impecable es el reflejo del gusto de un gran anfitrión, y para que sea perfecta usamos los manteles, que además de elegantes sirven para realzar la belleza de la vajilla, de las copas y de los cubiertos.

Los mejores manteles son los de lino, encaje, o el de damasco, de forma que el tejido fino de la tela resalte pero al mismo tiempo que sirva de fondo para enmarcar la sensibilidad artística de los diseños de las vajillas.

Rosenthal es el nombre de las vajillas alemanas de fina porcelana, y que durante más de sus 130 años de historia se han distinguido por sus piezas estilizadas y elegantes en las que se funden con armonía la tradición y la modernidad.

Desde sus inicios, las vajillas Rosenthal han sido decoradas por más 150 grandes artistas, diseñadores y arquitectos de todo el mundo, regalándonos vajillas de formas delicadas y diseños tan variados como nuestra imaginación, y que transmiten una elegancia atemporal que habla de tradición y modernidad. Sus diseños artísticos únicos, que incluso se pueden personalizar al gusto de cada cliente, embellecen las mesas más elegantes.

El uso de los cubiertos depende mucho del sentido común.

Se presentan junto a los platos, distribuyéndolos simétricamente en el orden en que se irán usando, empezando desde los extremos hasta el centro, y los cubiertos de postre se colocan en la parte superior del plato.

Copas

Las copas en una mesa formal pueden ser hasta cinco, lo que puede intimidar a cualquiera. Se empiezan a usar de derecha a izquierda, y la primera siempre es para el aperitivo, después sigue la del vino blanco, luego la del vino tinto, después la estilizada copa de champagne, y al final está la copa de agua.

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El vino es uno de los invitados de honor en las comidas

Por eso hay que mantenerlos dentro de cavas para que no pierdan sus cualidades, y degustarlos en copas que los realcen.

Eurocave tiene una gran línea de modelos de cavas para conservar a los vinos en perfectas condiciones, pues se les guarda a una temperatura estable y con control de humedad especial, y sus modelos son tan variables como nuestros gustos y necesidades.

Lo ideal es tener dentro de la cava una variedad de vinos para diferentes momentos, con vinos blancos, rosados, tintos, espumosos, de diferentes bodegas, añadas y uvas, listos para compartir durante una comida formal.

Como reza el refrán, el buen vino se sirve en cristal fino, y el más fino es el de las copas Riedel, que por su transparencia pura, su delicado cristal y sus formas diseñadas especialmente para cada bebida, son las mejores para el mayor disfrute hedonista.

Limpieza perfecta para las copas

Las copas Riedel están diseñadas para despertar los sentidos y prestar atención a la manera en que reaccionan ante las caricias de los taninos.

Mientras el vino recorre la boca, se inicia un viaje de descubrimiento de sensaciones en armonía con la comida, en tanto que la perfecta transparencia de su cristal nos permite admirar los colores y aromas del vino.

La delicadez de las copas nos invita a asirlas con gracia, convirtiendo el momento del brindis en un un éxtasis de sensaciones.

La forma específica de las copas Riedel nos invitan a saborear los vinos lentamente, a descubrir cada matiz, a captar cada detalle, a formar nuevos recuerdos envueltos en un concierto de aromas.

En una mesa se forjan momentos a partir de una combinación de placeres sensoriales, y por ello en la mesa no debe faltar el color y una bella ornamentación, con música delicada como telón de fondo para armar la escenografía de la comida perfecta en mesa formal.

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