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Macelleria Roma, un apapacho italiano

Angel Venegas
Angel Venegas
Gastrónomo y periodista gastronómico apasionado por la fotografía, historia y comida. Mantiene conexión con la cocina para preservar su sazón y comparte su pasión con otros. Dispuesto a ofrecer datos curiosos, referencias históricas y rarezas de la vida.

Buscar dónde comer en la ciudad puede ser una Odisea, no sólo por la vastedad de opciones, sino también por lo repetitivo de los conceptos. Más allá de tratar de encontrar el hilo negro, hoy visitamos un lugar que destaca en el micro cosmos de la colonia Roma.

Macelleria Roma nos abrió sus puertas para conocer su oferta gastronómica, con matices italianos y un amor profundo por lo hecho en casa. Entrar a este espacio es más que suficiente para sentirte refugiado del bullicio citadino, sensación que aunada a la amabilidad del personal, marca un gran inicio.

En esta ocasión fue el menú de la comida el que tuvo la oportunidad de sorprendernos. Empezamos con un par de bebidas, más que nada para apaciguar el calor, y las elegidas fueron un coctel llamado Mr. Pink y una opción más clásica, un tinto de verano.

Como si de una canción de las que entran en “viejitas, pero bonitas” se tratara, el tinto de verano no sabe fallar. Frescura y acidez matizadas por destellos dulces, es lo que te espera si confías en esta opción, que sin problema te acompañará desde la entrada hasta el postre.

Por otro lado y si tu alma joven quiere tomar las riendas de la bebida, Mr. Pink es tu alternativa. Ya que reúne el gusto moderno por la ginebra con sus cómplices eternos, los cítricos. Eso sí, necesita un relevo cafetalero al momento de llegar al cierre goloso.

Entrando al juego de parejas                          

Pero bueno, dejemos nuestro oasis líquido para pasar con los alimentos, mismos que abren con un pan casero, acompañado con cebolla crispy y mantequilla con aceite de trufa y peperoncino, especialidad de Macelleria Roma y cortesía de la casa.

Ya en el terreno de las entradas seleccionamos dos, los Arancini de camarón, pequeñas esferas de risotto y camarón, fritas y acompañadas por una trilogía de salsas. En lo personal, mi favorita fue la de chipotle.

Un plato que da un leve guiño a las croquetas de serrano, tan populares en la cocina española. Con su delgada superficie crujiente y una bomba cremosa en el interior, resaltada con matices únicos, dependiendo de la salsa con la que las acompañes.

Mientras que el segundo entrante se trató de un Queso de cabra al forno, servido con salsa marinara y aceitunas kalamatas. No suelo decir cómo se deben comer las cosas, sin embargo, en esta ocasión si hago la recomendación de probar todos los elementos a la vez.

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La dupla más fuerte

Bocado a bocado recorrimos la carta hasta tener que decidir los platos fuertes. Siendo un restaurante italiano sería imperdonable no probar sus pastas, así que nos decantamos por otra dupla.

Imponente en tamaño, hizo su aparición la Papardelle Macelleria, apodada la pasta del Capo. Elaborada de manera artesanal y bañada con ragú de costillas mixtas, braseadas en jitomate, es un espectáculo a la vista y al paladar.

Con el carácter clásico de una pasta italiana, la dominancia de la salsa, adornada por el aporte de la proteína y rematada por la cocción perfecta. Simplemente un ejemplo ideal de la pasión por la comida con la que cuenta la cocina italiana.

Pero si hablamos de agasajos visuales y amor por el detalle, quien se lleva las palmas es la Pasta alla ruota. La definición de “nunca es suficiente queso”, ya que se termina dentro de una rueda de queso Grana Padano, impregnando así cada rincón de la pasta con la magia de este producto lácteo de excelencia.

Para algunos aventureros del buen comer, estas opciones podrán sonar ligeras, pero ese pensamiento dista con creces de la realidad. La magia de Macelleria Roma recae en las porciones, por lo que si quieres llegar al postre te recomiendo ir con hambre.

Cerrando con el par más goloso

Pero no crean que esto termina aquí, ya que no se podía partir sin el postre. El cual para no perder la costumbre se compuso por otro dueto. Una mezcla entre lo clásico y lo contemporáneo.

Abrimos la ronda con un New York cheesecake, un pequeño monstruo de queso ricotta con salsa de frutos rojos. Un plato que aunque no lo parezca, no peca de dulce, por lo que lo recomiendo para personas que como yo, se empalagan fácil.

Ya que si eres de los que no se resiste al ver un tiramisú en el menú, el Tiramisú Brooklyn es un must. Desconozco porqué el nombre, si sigue la receta tradicional, pero este es el último pensamiento que pasará por tu mente, sólo déjate apapachar por su chocolate, queso y soletas.

Como puedes ver, Macelleria Roma es un restaurante muy completo en su oferta, ya que no nos dio la vida para probar sus cortes de carne, pescado, ensaladas y pizzas. Pero esa solo es la excusa perfecta para hacer una segunda visita o las que sean necesarias.

Ubicado en la Cerrada Orizaba, a escasa cuadra y media de Av. Álvaro Obregón, este restaurante te espera con su calor hogareño, porciones de campeonato y atención de primera. Así que ¿qué esperas para probarlo y contarnos tu experiencia?

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