Cuando se es un amante de la gastronomía, una parte fundamental del tiempo libre es la exploración de lugares nuevos. Gracias a esa necesidad de adrenalina por lo desconocido es que conocí Pandora Rooftop y en estas líneas te voy a compartir mi opinión.
La experiencia empieza desde antes de llegar, para res preciso, comienza al ver el edificio en el que se encuentra. Con su arquitectura Art Deco, el edificio Pandora captura la mirada con su herrería, iluminacion y cromática.

Una vez se llega al rooftop el espectáculo visual continúa con una ambientación acorde a la fachada e una cápsula de cristal. Una escapatoria a otra época sin perder de vista la modernidad, gracias a los paisajes que se logran ver tras sus ventanas.
Bebidas sustentables y sorprendentes
Pero el deleite para los ojos no es lo único que merece mención, por supuesto que la bebida y la comida destacan por si solas. Entrando en materia, un buen trago no puede faltar y en esta ocasion fueron dos los que refrescaron mi visita.

Ambos con identidades diametralmente opuestas, pero que reflejan los conocimientos de los artistas de la barra que los elaboran. Para empezar fue un clásico reinventado, el «Eclipse de exprsso«, que recuerda a un espresso martni, sin tener los elementos de uno.
Un trago peculiar por decir lo menos ya que es sometido a un proceso de fat wash con aceite de oliva, para tener una apariencia cristalina. Y se remata con dos aceites de café que al mezclarse asemejan un eclipse.

Antes de contarles de la otra bebida que probé, permítanme hablarles más del concepto general que buscan en la barra de Pandora Rooftop. Para ello tuve la oportundad de platicar con Isaac Acosta, responsable de esta oferta mixológica tan distintiva.
Su idea más allá de dar vida a cocteles balanceados y estéticos, se centra en el aprovechamiento de los insumos. En sus palabras, se busca tener un funcionamiento circular, donde cada componente se utiliza teniendo la menor merma posible.

Y por si fuera poco, tambien juegan con propuestas que presumen la cultura mexicana, como Moots, el segundo coctel que probé. Su nombre viene del maya y significa raíces, es una mezcla de mezcal, pulque de frambuesa, un sherbet cítrico y un escarchado picante.
Una sinergia de sabores y significados ideales para empezar a hablar de la cocna y algunos de los platos que ofrecen. Ya que aunque se consideran un lugar de cocina fusión, el corazón nacional se hace más presente.

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Sabores con identidad
Para esta segunda parte, nos pusimos en manos del chef Mauricio Reyna para conocer los platos insignia de Pandora Rooftop. Mismos que empezaron a desfilar en la mesa con una Tostada de callo como primer representante.
Con una base de maíz criollo, alioli de salsa macha, pápalo y aguacate, se hizo presente esta entrada con sabor a mar. Un tema muy importante tanto en este plato como en el sifuiente es el control de la acidez. En palabras del chef, algo que caracterisa a su cocina es jugar con los límites, ese punto exacto antes de tenr de más o menos.

Algo que se notó con el limón en la tostada y en el Aguachile de kampachi que fue el segundo tiempo. En ambos casos la nota ácida fue la responsable de potenciar el sabor de los frutos del mar y equilibrar el resto de elementos.
Siguiendo con la línea marina, como tercer tiempo tocó comer las Conchas de la abuela, un plato singular por sus ingredientes. Mejillones con frijores, suena extraño, yo lo sé, pero por alguna razón el juego de sabores funciona.

Tras estas rondas de mariscos era momento de probar proteína de tierra y para ello, el chef mandó a la estrella de la casa. Una Costilla ahumada con rub de mole, puré de alubias, verdolagas y aceite de limón.
No por nada se trata del plato insignia de Pandora Rooftop, no solo destaca por su sabor, sino también por el dominio en la técnica. Gracias a su cocción lenta y prolongada la carne se deshace como mantequilla y armoniza con el resto de los sabores y texturas.

Nuevas propuestas, nuevas historias.
Cerrré la velada con una Tarta de mandarina, un postre en esencia sencillo, pero que con la ejecución adecuada enamora al paladar. Una base de galleta es la responsable de encapsular un curd de almendra y sauco, así como un sorbete de mandarina.
Como lo dije al incio, conocer nuevos lugares satisface el espíritu de aventurero gastronómico que tengo. Una de las alternativas que se tienen para vivir y escribir nuevas historias en torno a la comida.

Sabores frescos que prometen un porvenir interesante en Pandora Rooftop y lleno de sorpresas. Pronto habrá nuevas opciones de comida y bebida para aquellos que se aventuren a esta caja de cristal, de la colonia Juárez.