Por Rodrigo Contreras

No hay nada para reponer la energía de un año que termina como disfrutar de un día soleado en la playa, tomando una cerveza bien fría y comiendo un rico coctel de camarones. Y es que los mariscos nos saben a vacaciones, a fresco en el calor, a una mesa y sillas de plástico brandeadas con el nombre de alguna cerveza, debajo de una palapa en nuestra playa favorita, o al menos a eso me saben a mi.

Incluso cuando comemos mariscos en la Ciudad de México, tan lejanos del mar, buscamos lugares que evoquen precisamente eso, como si esperasemos que el restaurante de mariscos fuera un pedazo de costa traído a la metrópoli. 

De hecho, asociamos tanto a los frutos del mar con esa imagen veraniega de una comida soleada, que estamos acostumbrados a que los mariscos se comen de día, cuando el sol está en su punto más alto. A nadie -o casi nadie- se le antojan mariscos en un día nublado, se antojan, más bien, cuando hace mucho calor, y por eso los queremos frescos. en ceviche o aguachile, en tostadas o en cóctel. 

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Pero resulta un poco sorprendente que en pleno 2022, cuando la sociedad está en constante lucha por el cambio, cuando las manteconchas y las roscas de tacos se han apoderado de las redes y cuando romper estereotipos se ha vuelto el pan de cada día, aún sigamos pensando que los mariscos solo son para comer.

Por eso el restaurante Bellopuerto se ha dado a la tarea de acabar con esta idea. Así decidieron remodelar su espacio, que desde el 2009 había adoptado la misma postura tradicional, para darle una imagen diferente, mucho más cómoda y acogedora, pasando de los colores fríos de las marisquerías a otros más cálidos. de las sillas blancas a los sillones y de las luces blancas a otras más tenues que invitan a quedarse a platicar después de consumir los alimentos.

Por supuesto Bellopuerto no ha eliminado de su menú los tradicionales platillos que a todos nos encantan, pero si lo ha enriquecido para invitarnos a comer -o si lo prefieres, a cenar– incluso en los días más fríos con platillos como el arroz mediterraneo con mariscos y chile ancho, que sabe tan bien como una mantita en un dia lluvioso, o la hamburguesa de short rib y pulpo que no solo es innovadora, sino que resulta una exquisita opción para cualquier edad y clima; la combinación de carne y pulpo con el queso amarillo resalta todas sus cualidades y lo convierte en uno de mis platillos favoritos.

Por supuesto no podemos olvidar la coctelería, con algunos clásicos como la piña colada y el negroni, así como otros muy creativos como el Coco loco, que lleva gin, Chartreuse verde infusionado con aceite de coco, vermouth seco y agua de coco natural, todo esto servido en el clásico coco con popote y sombrilla. Además, Bellopuerto cuenta con una variada carta de vinos, tanto blancos como tintos.

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Para poner la cereza en el pastel, literalmente, el restaurante también ofrece una carta de postres muy interesantes, desde s’mores, para sentirte acogido por el chef, hasta los imperdibles plátanos fritos sobre pan francés acompañado de helado de plátano. 

Es momento de acabar con la anticuada idea de que los mariscos son solo para un día soleado, visita Bellopuerto -a partir de las 13:00- y descubre los sabores que tienen para tí.

¿Dónde?

Calle Julio Verne 89, Polanco,CDMX

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