El 6 de febrero de 1829, en la región de Champagne, Francia, los miembros de una familia concretaron ideas y experiencia para crear una obra de arte en forma de bebida, el champagne de la casa Bollinger. Desde aquellos ayeres y hasta el día de hoy, su herencia ha perdurado elevando su calidad a cada paso.
Jaques Bollinger tomó cargo de la dirección de la casa Bollinger en 1918 y después de su fallecimiento, su esposa Elizabeth Law de Lauriston Boubers, también conocida como madame Bollinger, se hizo responsable de la afamada casa. Elizabeth sufrió momentos de dificultad durante la Segunda Guerra Mundial, pero a pesar de ello salió a cada rincón del mundo para dar a conocer una bebida única por sus características equilibradas y métodos rigurosos, consiguiendo renombre y prestigio en el ambiente sibarita.
¡Qué razón tenía madame Jacques Bollinger! Cuando comentó para el periódico London Daily Mail (el 16 de octubre de 1961): “Lo bebo cuando estoy feliz y cuando estoy triste. A veces lo bebo cuando estoy sola. […]” (refiriéndose al champagne Bollinger) y es que es cierto que la calidad que impone esta bebida la convierte en la favorita para cualquier ocasión.
Casa Bollinger imparte un antes y un después en el mundo de los vinos, y lo resalta con la particularidad de dos de sus etiquetas:
• La Grande Année
Vino ligero y visualmente maduro por sus reflejos dorados, olfativamente dulce que simula la presencia de miel en su contenido, además de pan de especias y canela. Una vez en boca, logra inundar el paladar con sus notas avellanadas, vainilla y naranja confitada, las cuales permanecen en boca un buen rato.
El previamente conocido como Bollinger Vintage y Gande Année, presume nombrarse desde 2004, La Grande Année, champagne ensamblado con el Millésime 2005, con un contenido de 70% de pinot noir y 30% de chardonnay.
Una comida de alto nivel consiste en un vino espumoso francés, a una temperatura entre 8 y 10°C envejecido en bodega, acompañado con cordero asado, bogavante o foie gras.
• La Grande Année Rosé 2005
Madame Bolliger perpetuó una de las bebidas más complejas y reconocidas a nivel internacional, un vino espumoso rosado elaborado en Champagne, en el cual introdujo el ensamblaje del Millésime 2005 y el vino tinto Côte aux Enfants, dando como resultado la elegancia hecha bebida, un champagne con reflejos anaranjados a la vista, olores a especias y pan fresco, para dar paso a la maravilla en boca que se presenta con aromas de azahar, grosella y cítricos.
Las uvas que utiliza son pinot noir y chardonnay con un 72% y 28% respectivamente. Al momento de acompañar con un platillo se encarga de exaltar las cualidades y esencia gastronómica del producto, como puede ser codorniz, paloma, ciervo en salsa grand veneur o cocina oriental.
Bollinger, es uno de los mejores acompañantes por excelencia, ¿con qué lo vas a acompañar hoy?
Conoce más en:
www.champagne-bollinger.com
Fotografías cortesía
Texto: Arlette Ríos