“El cacao puede ser de la franja de América, pero el chocolate es mexicano”, nos dice Ana Parizot con una pasión extraordinaria. Y con esta frase, abrimos el recorrido por dos de las cinco haciendas que forman la Ruta del Cacao.

Ana Parizot, es la dueña -y tercera generación- de la hacienda cacaotera Hacienda La Luz ubicada a tan solo dos cuadras del centro de Comalcalco. La visión de Ana es crear chocolate fino mexicano de excelente calidad, ya que como bien menciona, la materia prima proviene de América. Dentro de la hacienda, diversas plantas y árboles de origen asiático se logran muy bien en estos suelos. Plátano, canela, achiote, pimienta gorda forman parte de las plantaciones de traspatio, demostrando la fertilidad de la tierra tabasqueña.

Mientras caminamos entre la vegetación, Parizot nos explica que los insectos son muy importantes para que se siga produciendo cacao, ya que las hormigas, los ácaros y los mosquitos de la fruta son los polinizadores de esta planta. Al llegar al centro de producción, Ana nos muestra la forma rústica para hacer el chocolate, desde el tostado y descascarillado hasta el punto de fusión de la manteca de cacao para hacer la pasta; éste último paso, en Tabasco se logra únicamente presionando el cacao descascarillado ya que la temperatura ambiente facilita el punto de fusión de la manteca de cacao (30ºC).

Continuamos el recorrido en la Hacienda Jesús María, en donde nos recibe Don Florencio, experto en el tema del cacao. Con un tono desenfadado y simpático, Florencio nos cuenta que el cacao necesita un rango de temperatura de 20 a 32º C para crecer, ya que si baja de los 14º C la planta muere.

“El cacao descansa dos meses al año”, continua narrando Don Florencio al tiempo que nos vamos adentrando en los plantíos de la Hacienda Jesús María, devota a San Isidro Labrador, considerado el Patrono del Cacao. “Hay tres tipos de cacao: forastero, trinitario y criollo”, este último es el de mejor sabor. Actualmente, la Hacienda Jesús María está trabajando en el rescate del Cacao Blanco, una de las 17 variedades endémicas de cacao.

Espero con ansias regresar a Tabasco para conocer las tres haciendas cacaoteras y completar este mágico circuito.

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