La inspiración que provoca la comida ha llegado a todas las áreas del arte, entre ellas la literatura. ¿Cuántas veces lo que comemos o bebemos emociona nuestros sentidos? La respuesta seguramente es que casi a diario, por ello no es extraño que la poesía gastronómica se presentara como una corriente de las letras.
Aunque siempre ha tenido lugar en el imaginario y las plumas de los artistas, este movimiento se dio a conocer como tal en Estados Unidos, fue propuesto por dos poetas con Premio Pulitzer, Mark Strand y Charles Simic, este último ampliamente reconocido por sus tendencias surrealistas, por lo que no fue extraño que propusiera brindar letras que abrieran el apetito a los lectores gourmet.
Contemplo el asado,
Mark Strand
que está fileteado y tendido
en mi plato,
y sobre él
cucharadas de salsa
de zanahoria y cebolla.
Y por una vez no lamento
el paso del tiempo…
La poesía gastronómica cumple con el principio de tener una metáfora-símbolo, además de estar sometida a ciertas reglas de métrica, por lo que es un método de expresión bien apreciado por los lectores devotos del buen comer y por los amantes voraces de este género literario.
Algunos otros poetas que han incursionado en el acto de alabar a la comida y bebida son: el argentino Jorge Luis Borges, el español Miguel Hernández o los chilenos Pablo Neruda y Gabriela Mistral. Aunque son ajenos a la corriente literaria mencionada anteriormente, no lo son al acto de plasmar alimentos en su obra. Como ejemplo, el siguiente Soneto del Vino:
¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa
conjunción de los astros, en qué secreto día
que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa
y singular idea de inventar la alegría?Con otoños de oro la inventaron. El vino
fluye rojo a lo largo de las generaciones
como el río del tiempo y en el arduo camino
nos prodiga su música, su fuego y sus leones.En la noche del júbilo o en la jornada adversa
exalta la alegría o mitiga el espanto
y el Ditirambo nuevo que este día le cantootrora lo cantaron el árabe y el persa.
-Jorge Luis Borges
Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia
como si ésta ya fuera ceniza en la memoria.
Al incursionar en todas las áreas del arte, se hace evidente que la gastronomía ha acompañado al ser humano durante toda su evolución en distintos niveles de sofisticación, dejando a un lado su principio básico de alimentar.
Fuentes de consulta:
https://www.apicius.es/articulos/24161/poesia/
https://www.ocultalit.com/poesia/la-poesia-gastronomica/
https://www.thekitchn.com/food-poems-cafe-6676
http://semanadelaciencia.cchs.csic.es/2011/sites/semanadelaciencia.cchs.csic.es.2011/files/pdf/Versos%20para%20soñar%20y%20saborear.pdf
https://www.poetryfoundation.org/poets