Gardela, a pasarla rico

Desde su apertura, Gardela es uno de esos lugares que nos ha consentido. Bajo un concepto que fusiona la cocina italiana con algo de la argentina, ya cuenta con dos sucursales, una en la colonia Roma Norte y la más reciente en Bosques de las Lomas, ofreciendo entornos agradables para deleitarse con una comida completa o incluso, visitarlos para una tarde o noche de copas.

En esta ocasión les visitamos en su segunda sucursal ubicada en Plaza Ikon donde nos encontramos con un espacio cómodo con mobiliario minimalista en donde destaca una hermosa barra en latón que le da un toque sofisticado al concepto.

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Esta sucursal que apenas va para los seis meses, basa su oferta en cortes de carne prime madurados (ya sean dry aged o wet aged) entre uno a dos meses, para brindar un carácter excepcional y ofrecer al producto en su mejor momento. Complementan el menú con una buena variedad de pastas, pescados y mariscos, ensaladas, y más. De las características que le dan personalidad al menú está el uso de técnicas como la brasa y el horno de piedra, este último en donde a diario se hornean tanda de pan fresco.

Otro imperdible aquí es su coctelería que si bien cuenta con opciones clásicas, también ofrece algunas reinvenciones o bien hasta tragos de autor, en donde se refleja el vasto expertise de los mixólogos que atienden tras la barra y que a nosotros nos dejó bastante satisfechos. Ahora que si eres de los que prefieren los vinos, échale un ojo a las opciones de cava, que cuenta con más de 100 etiquetas cuidadosamente seleccionadas, destacando principalmente el carácter del vino mexicano.

¡Al deleite!

Una tarde calurosa fue el perfecto escenario para visitarlos a la hora de la comida, así que para refrescarnos iniciamos con un Mulberry fresh, una combinación de Ginebra Mulberry, frutos rojos y jugo de arándano; así como también nos ordenamos un Marianita, un drink corto de mezcal, licor de naranja y jengibre. Ambos tragos frescos con personalidades muy marcadas (por un lado frutal, mientras que el otro cítrico) que nos hicieron relajarnos para empezar a disfrutar.

En esta ocasión queremos hacer una mención especial al servicio del lugar el cual es destacable y muy atento; nos orientaron con amabilidad y paciencia sobre cada uno de los cortes (mismos que llevan a la mesa para echarles un ojo antes de que te decidas por alguno) y durante nuestra estancia nos hicieron sentir como en casa.

Así que luego de abrir apetito, comenzamos con una empanada de carne, que a diferencia de las comunes que hacen uso de carne molida, ésta tenía la proteína picada y estaba muy bien sazonada con huevo cocido, aceitunas y pimientos, aún jugosa, y puedes pedirla horneada o frita; nosotros optamos por esta última. También probamos un jugo de carne que preparan al momento a la mesa con cebolla, cilantro, pimiento rojo, unas gotas de limón, un chorrito de aceite de oliva y salsas negras (si lo deseas también pueden integrar un shot de jerez). Un jugo consistente y muy reconfortante para iniciar la comida.

Como también teníamos antojo de algo fresco, ordenamos un carpaccio de camarón con aguacate, brotes, limón y aceite de ajonjolí. Lo acompañamos con tostaditas horneadas de maíz azul así como con las salsas de la casa. Un antojo de mar que vale la pena y que volvemos a saborearlo con solo de pensarlo.

Nos recomendaron también probar uno de los embutidos de la casa que era un chorizo argentino parrillado, que la verdad nos encantó pues destacaba por sus notas especiadas, sin más preparación que su paso por la brasa.

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Para el plato fuerte elegimos dos cortes y una guarnición. De sus cortes wet-aged elegimos una picaña, mientras que de entre sus opciones dry-aged optamos por un rib eye, que además llegó acompañado por algunos chicharroncitos provenientes de la grasa de los cortes.

Para acompañar elegimos una porción de papas a la francesa trufadas con un poco de parmesano finamente rallado y que han sido por decir algo, simplemente “gloriosas”. Al final disfrutamos de un festín que enalteció el sabor de las proteínas con algunas notas ahumadas.

Para cerrar con broche de oro y luego de un ratito de sobremesa, nos ordenamos una degustación de postres que incluía porciones pequeñas (aunque no tanto) de algunas de las delicias dulces que ofrecen: pavlova de frutos rojos, panqueques con dulce de leche y pastel de chocolate, en una versión al estilo de mousse de tres chocolates. Nuestro favorito de entre los tres fueron los panqueques que son suaves, pero a la vez untuosos con notas lácteas delicadas. Su carta de digestivos y vinos es suficientemente amplia para elegir acorde al gusto de los comensales.