El negocio de la cerveza artesanal está en auge. Recientemente, hemos sido testigos de un “boom” inusitado en la elaboración y consumo de la cerveza, en gran medida, por el surgimiento de los productores de cervezas artesanales.
Basados en los estudios mercadológicos profesionales, la cerveza siempre ha acompañado las preferencias del paladar mexicano. Consultores Comerciales, compañía dedicada al estudio de los consumos de bebidas en nuestro país, nos advierte que la primera bebida alcohólica que se consume en México en un 60%, desde hace muchos años, es justamente la cerveza.
Las zonas de mayor consumo son tanto en el norte como en el sur de la República Mexicana en gran medida por la climatología, es decir, especialmente cuando los termómetros muestran un incremento en la temperatura. Nuestro conocimiento respecto a sus procesos de elaboración, estilos y temperatura de servicio era francamente deficiente y comenzamos a entender y a aprender; primero con la importación de diferentes marcas extranjeras, ya fueran alemanas, holandesas, danesas, irlandesas, etc., y posteriormente con el surgimiento de los productores de cerveza artesanal, por cierto, a nivel internacional.
En términos de volumen, en Estados Unidos, las cervezas artesanales representaron casi el 8% del mercado total de la cerveza en 2013, frente al 3.7% en 2007, según el grupo del gremio Brewers Association. El grupo estima que el valor de venta de las cervezas artesanales ascendió a 14,300 millones de dólares en 2014 y evidente su crecimiento ha continuado como la espuma.
Cabe señalar, sin embargo, que, aunque el incremento es importante, las cervezas artesanales siguen siendo solo una pequeña porción del mercado de la cerveza. Además de ser un segmento pequeño, las cervezas artesanales suelen tener éxito en un mercado local. La cerveza artesanal, con productos 100% naturales, sin aditivos ni conservantes han ganando terreno en los últimos años en nuestro país. A ellos se suman los homebrewers, los cuales no se pueden calcular porque son quienes elaboran cerveza dentro de sus hogares. Algunos productores afirman que es un hobby en busca de rentabilidad.
En México, los microcerveceros coinciden en que el pionero de la cerveza artesanal es Gustavo González, creador de la legendaria Cosaco quien empezó a elaborar cerveza desde 1995, alentado por el impulso de los artesanos estadounidenes. Hacer cerveza se ha puesto de moda y los consumidores buscan consumirlas y presumirlas, a pesar, en muchas ocasiones, de sus altos precios en el mercado.
Algunos innovadores como Calavera y Jack han decidido proponer nuevos estilos. Bjorn Gilbert Nielsen que fundó Calavera en 2008, ofrece La Mexican Imperial Stout que es una cerveza negra con notas de chocolate y café, pero además tiene chile morita, chile ancho, guajillo, chipotle; la Yule, de estilo belga, tiene ingredientes de ponche como chabacano, tejocote y caña de azúcar. La Sanctum es una weizen con hoja santa, anís y nuez moscada.
Jack nace del deseo de José Morales y su esposa Claudia Rivera por hacer un negocio que los independizara de sus trabajos. Algún día caluroso compraron cervezas. Se preguntaron qué tan difícil sería hacerlas. Descubrieron la existencia de los home brewings, y el único que entonces había en México, Héctor Maldonado, los proveyó de su primer kit casero. Jack se vende en estilos porter y stout. Pronto sacarán una cerveza weizhen, fermentada con pulpa de mango.
Primus, elaboradores de la cerveza Tempus, tiene un carácter más gremial: consiste en reunir a los microcerveceros. Las cervezas artesanales actualmente se elaboran en diferentes lugares como en la Ciudad de México, Guadalajara, Baja California y Monterrey.
Definitivamente muy aplaudible el surgimiento de nuevos productores y nuevas cervezas, pero más aún que el consumidor amplíe sus conocimientos acerca de esta bebida con el propósito de discernir cuáles le gustan, pero, sobre todo, cuáles tienen una correcta calidad en su elaboración y el precio justo y adecuado.
