Por Sigma Bonilla
En esta ocasión, nuestra presencia fue requerida para asistir al lanzamiento del segundo libro de Andrea y Pamela Berrondo, un segundo volumen que le hace honor a su primera obra titulada Mesa Sana, un libro creado por dos hermanas expertas en nutrición que buscan promover una alimentación saludable y equilibrada, sin dejar de ser simplemente deliciosa. Las autoras abogan por una nutrición integral que no solo cuide el cuerpo, sino también la mente y las emociones.
Mesa Sana, hace énfasis en la importancia de comer con consciencia, disfrutando los alimentos y escuchando las señales del cuerpo. Este título propone una dieta basada en alimentos frescos y naturales, evitando los ultraprocesados, y equilibrando los distintos grupos nutricionales. Además en él se ofrecen recetas sencillas y accesibles para incorporar hábitos saludables sin la necesidad de complicarse demasiado o tener que restringirse de uno los placeres más grandes de la vida -porque la verdad ¿a quién no le encanta comer?-, siendo este, uno de los mensajes centrales del libro, pues la comida debe ser un acto placentero y libre de culpas, fomentando una relación sana y positiva con los alimentos.
Dicho esto, el lanzamiento de su segunda edición nombrada Mesas para Compartir II, está siendo todo un éxito y para celebrarlo, las hermanas Berrondo organizaron una exquisita reunión para compartir los frutos de su arduo trabajo.
Luego de un tiempo de charla y celebración, las hermanas procedieron a brindar sus agradecimientos a todo su equipo y algunas bellas palabras que narraron su experiencia con este segundo libro. Para comenzar, Andrea y Pamela, aclararon que este nuevo proyecto estaba dirigido y dedicado completamente a su hermana menor Regina Berrondo, quien las había inspirado, específicamente en su famosa receta del aguachile, contenida dentro del libro. Posteriormente, ambas hermanas hicieron hincapié en el mensaje que querían compartir a través de Mesas para Compartir II. Para ellas no es solo un libro de cocina, sino una forma de unir a las familias a través de la comida, pues recalcan que el hecho de tomarse el tiempo para preparar un rico plato y llevarlo a la mesa, implica cariño y dedicación para las personas que amas, una tradición que se ha ido desvaneciendo con el paso de los años y que se ha sustituido por comida rápida o salidas a restaurantes -algo que jamás se comparará con el caldito de pollo de tu mamá cuando te enfermas o la emoción que da la llegada del fin de semana para probar el exquisito mole que hace tu abuela sin falta cada domingo familiar-.
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Andrea narra que no todo fue miel sobre hojuelas, porque existieron tiempos de crisis -siempre los hay- como cuando su hijo Pablo se enfermó y ella solamente quería tirar el libro por la ventana -literalmente- e ir con él en lugar de trabajar día y noche, pero dentro de toda la incertidumbre, ambas tenían bien claro su propósito: “empoderar mujeres que mantienen casas”.
Las Berrondo cuentan que su motivación inicial para la escritura y lanzamiento de ambos de sus libros, nace de su abuela: “todos los martes religiosamente habían unas comidas deliciosas, entonces siempre era algo muy importante y un evento para reunirnos” explican.
“Teníamos muchas recetas pero lo que vimos es que la gente no sabía cómo combinar los platillos, entonces decidimos diseñar el libro en diferentes mesas” señaló Pamela. “La idea de esta colección de libros es porque cada vez hay menos mamás que les enseñan a sus hijas a cocinar y transmitir esa tradición familiar. Para sustituir eso, hicimos estos libros que son fáciles, sanos y sencillos” agregó Andrea.
Luego de su inspirador discurso, las autoras comenzaron a responder algunas preguntas relacionadas a su experiencia en correlación a Mesas para Compartir II.
¿Cuál fue el mayor reto sobre el recetario? Las fotos sin duda, porque tardábamos mil horas acomodando las cosas para una sola toma.
¿Seguirán haciendo libros? Sí está dentro de nuestros proyectos, aunque no en un futuro cercano.
¿Qué se siente inspirar a mujeres al éxito? Nunca imaginamos lograr algo así y es un honor hacerlo.
¿Cómo es trabajar entre hermanas? No es difícil porque cada una se mueve en su carril, de acuerdo a nuestra área de expertise.
¿Qué dirían sobre los sueños hechos realidad? Que no te preocupes, prueba diferentes cosas y atrévete a ir por eso que tanto anhelas.
¿Cómo logran tener una vida balanceada? No existe un balance, cuando algo te apasiona mucho no piensas en hacerlo, simplemente son etapas de la vida, a veces estarás más enfocado en la pareja y la familia, otras veces en lo profesional y otras en ti, solo enfócate en cada etapa de tu vida en su tiempo.
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Para finalizar las hermanas cerraron el lanzamiento de Mesas para Compartir II afirmando que aún les quedan muchos proyectos por compartir y concluyeron compartiendo la idea principal de este libro, que todo aquel que empieza su camino en el mundo de la cocina tenga estas bases a través de recetas ricas y sanas que puedan ayudarlos a reunir a sus familias y amigos alrededor de una mesa.
Ya por último -y antes de que salgan a comprar su libro o hagan un cochinero en la cocina experimentando sus nuevas recetas- considero que vale la pena compartir una frase de las hermanas Berrondo, pues además de ser cierta, busco que reflexionemos al respecto: “No sirve de nada escribir recetas si no les das vida”. Tanto Mesa Sana, como Mesas para Compartir II, ofrecen una bonita fachada de libro de recetas exquisitas y saludables pero ambos cuentan con un trasfondo que nos hace pensar en aquellos valores y tradiciones que nosotros mismos hemos dejado que desaparezcan. Estos libros son un recordatorio de la importancia de compartir momentos con aquellos que tanto amamos, de bajar un poco la velocidad de nuestras atareadas vidas y regalar un poco de tiempo de calidad -acompañado de buena comida- y amor a las personas con las que convivimos día a día y que muchas veces damos por sentado.Creo que de vez en cuando no está mal recordar a nuestros seres queridos el cariño que les tenemos y qué mejor forma que hacerlo preparando algo con nuestras propias manos. ¿Y tú qué les vas a cocinar?