San Ángel es famoso por sus calles empedradas y sus aires bohemios repletos de arte popular, galerías, teatros, insignias arquitectónicas, museos y desde hace muchos años conocido por sus buenas referencias gastronómicas. 

En esta ocasión fuimos a conocer Mezcalero, un sitio que retoma a la cocina tradicional mexicana como protagonista y a una de las bebidas más emblemáticas nacionales que ha generado suma expectación por posicionarse como uno de los aguardientes más puros, así como sus procesos artesanales de destilación y la particularidad de las especies de magueyes que le dan origen. 

Este restaurante-bar ideado por Ernesto Zárate y Jonathan Picard, bajo el concepto de la apreciación de la culinaria mexicana como una cocina popular pero refinada, trabajan de la mano con el chef Julio Zetina quien con una ejecución creativa y como resultado de su trabajo por más de 15 años en investigación, dan luz a este proyecto que no puede ser disfrutado del todo sino es acompañado por los espirituosos más icónicos del país, así como por gastronomía procedente de los distintos rincones del mismo. 

Ubicado sobre Altavista a unos cuantos pasos de la Casa Estudio Diego Rivera, encontraremos este espacio que conjuga la cocina contemporánea mexicana y destilados de agave principalmente. 

La ambientación en una terraza con decoraciones en tonos verde y marrón, así como plantas naturales de ornato, logran una sensación de elegancia y comfort, que al final se rematan con detalles que remiten a lo mexicano: alguna calavera pintoresca por una esquina, una botella de mezcal por la otra, o hasta un estante que guarda enciclopedias y objetos vintage que nos hace pensar en una sensación hogareña. 

Se pueden encontrar además algunas obras de arte contemporáneo disponibles a la venta, que varían según los artistas mensuales invitados. 

Los platillos son abundantes pues la idea principal es servir al centro para compartir y probar un poco de todo. 

Lo que comimos

La carta se compone por preparaciones que como ya mencionaba, invitan a la mesa a una reunión de cocinas regionales de México, dándonos la oportunidad de degustar en una misma sesión sazones típicos a manera de un viaje culinario. 

Hacen uso de ingredientes de temporada, de pequeños productores orgánicos y también locales como productores chinamperos de Xochimilco; Cholula y pueblos cercanos al volcán de Puebla; Tlaxcala, de donde traen maíces; así como vegetales, quesos y lácteos de animales criados al libre pastoreo en Querétaro, Morelos y el Estado de México. 

Para comenzar decimos hacerlo de un buen trago y no pudimos escoger otro más que el llamado “Mexicano”, por supuesto, sus ingredientes: mezcal Agua Bendita, Ancho Reyes, jarabe de canela, pimiento morrón,  jugo limón amarillo y romero ahumado. Sus notas picositas y aciditas eran perfectas para abrir el apetito. 

Para entrada pedimos una Flautas fifis de rellenos varios: rabo de buey braseado, papa trufada y camote morado, cubiertas con crema de rancho, col, queso rallado y “salsa chingona de la mayora Basilia”,como ellos le llaman, picosa y roja de sabores ligeramente ahumados pero suculenta. 

También optamos por unos Tacos de jaiba bichi: jaiba desnuda en una costra crujiente de amaranto servida sobre tortillas de masa azul y guarnecida con chile cuaresmeño, cebolla morada, cilantro, mayonesa de habanero y cremoso de piña. Un sabor suculento y graso que deleita los paladares más exigentes sin duda alguna. 

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Otras opciones que nos hacen agua la boca –y pensamos regresar a probar pronto– son los tacos de marlin ahumado con guacamole y yerbabuena y, los molotes de plátano macho con mole barroco.

Para los fuertes cuentan con un amplia variedad de entre los que elegimos un par:  una Barbacoa de conejo con hojas de aguacate, cebolla encurtida, frijoles y guacamole. Un platillo que juguetea con la delicadeza de los sabores de la carne de conejo, la acidez del encurtido y un adobo muy sutil que potencializa el disfrute de la carne. En tacos sabe mejor, siempre habrá tortillas recién hechas para acompañar. 

También nos llegó un buen plato de Pulpo a la diabla con una salsa de chipotle y tamarindo que venía combinado con su guarnición que consistía en chícharos, papas y zanahorias que, bañados en la misma salsa, te invitaban a salivar a cada bocado con estas notas aciduladas y picantes. Recomendamos ampliamente la picaña que  puede combinarse con mole blanco o negro. 

Para finalizar lo decidimos hacer de la mano de un recuerdo de la infancia pero con algo de piquete (por aquello de que ya somos adultos).

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Se trataba de unos buñuelos rebozados en azúcar y canela, acompañados de dos salsas para dipear: una cremosa de pimienta y una de chocolate de mesa. Además una quenelle de helado de chocolate con mezcal. ¡Toda una delicia inolvidable!

Anímate a visitar Mezcalero en donde además si andas de ánimo fiestero, cuentan con un club privado en la parte superior conocido como El Dorado que ofrece una buena selección de música, live acts, dj sets y bandas on live que definen la ecléctica escena musical capitalina. En el club se ofrece una selección de canapés y antojería inspirada en la street food, mientras que para la mixología se hace un buen manejo e interpretación de sabores que retoman al mezcal y espirituosos típicos mexicanos como su base. Cuéntanos cómo te va.

Fotografías por Julieta Cruz

Redes:

Facebook: @MezcaleroSanAngel

Instagram: mezcalerosanangel

¿Dónde? Av. Altavista 154, San Ángel Inn, Álvaro Obregón, Ciudad de México, CDMX Tel. 55 7595 3104

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