Reinventando la hamburguesa

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Cuando pensamos en hamburguesas hay dos variedades indispensables. Por un lado tenemos la clásica opción de comida rápida: sencilla, confiable y que está lista casi tan pronto como la ordenamos. Pero por otro lado están las que son, de alguna forma, más complejas y elaboradas, las hamburguesas gourmet, por así decirlo.

Pero ¿cómo pasamos del simple bollo con carne a las exóticas combinaciones de hoy? En este día internacional de la hamburguesa te contamos todo lo que tienes que saber para disfrutarlas al máximo.

El origen de la hamburguesa

La hamburguesa es, probablemente, una de las preparaciones más populares del mundo. Y es que resulta un almuerzo súper sencillo y fácil de preparar -aunque hoy en día hay cientas de opciones considerablemente más complejas-, pero ¿sabes de dónde viene este famoso sándwich?

Podríamos decir que la hamburguesa es el plato estadounidense por excelencia -al menos en lo que respecta al estereotipo internacional, porque, en realidad, la cocina norteamericana es muy rica y variada-. Y sí, probablemente la presentación más común de la hamburguesa, que consta de un medallón de carne en medio de un bollo partido a la mitad, tiene su origen en nuestro vecino del norte, pero esto nos hace preguntarnos ¿por qué se llama así?

A pesar de que existen muchas versiones diferentes sobre el nacimiento de la hamburguesa, todas coinciden en el hecho de que ésta es, de alguna forma, descendiente del rundstück warm”, un plato que se prepara tradicionalmente en -sí, ¡adivinaste!- Hamburgo; aunque éste es bastante diferente a lo que hoy conocemos como hamburguesa.

Se trata de un medallón de carne de cerdo “del día de ayer” que se sirve con gravy, pepinillos y cebollín sobre un pan circular. Y aunque no podríamos, a buena conciencia, llamar a este platillo “hamburguesa”, sí que es fácil imaginar su parentesco.

En lo que difieren las versiones sobre el origen de este famoso sándwich americano es en la forma en la que el “rundstück warm” llegó al Nuevo Mundo. Pero ya sea a través de la venta en los puertos o en la feria de Wisconsin, lo que sí se sabe es que se comercializaba como “filete de Hamburgo”, y que luego se le agregó otro pan encima para hacerlo mucho más práctico y fácil de comer, incluso mientras se caminaba. 

Cortesía de Shake Shack

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De comida rápida a gourmet

Por su origen, es evidente que se trata de un plato diseñado para comerse de forma fácil, rápida y casi en cualquier lugar. Por eso no es de extrañar que hoy en día existan no una, sino varias, cadenas de comida rápida, restaurantes locales e incluso changarros o puestos en la calle, cuyo objetivo es servir lo más rápido posible.

De hecho, la hamburguesa nunca fue, hasta hace poco, un plato gourmet. Si le preguntas a tus papás o tus abuelos, te dirán que lo más extravagante que se podía encontrar en una hamburguesa hace algunos años era un poco de queso, y tal vez un par de rebanadas de tocino.

Pero gracias a una serie de factores, como la búsqueda de variantes “de la casa” que otorgan un valor agregado a cada nuevo comercio, el espíritu creativo de la nueva gastronomía urbana que pretende reinventar los platos callejeros para hacerlos más interesantes y la nueva tendencia de fusionar culturas para crear platillos innovadores que junten elementos de continentes diferentes, nos han regalado la oportunidad de encontrar hamburguesas de lo más emocionantes.

Hamburguesa con queso

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Un limbo entre el fast food y “lo gourmet”

Entonces, cuando tenemos antojo de hamburguesa tenemos de dos: o acudir a la práctica cadena donde encontrarás hamburguesas sencillas -aunque la verdad es que muy pocas venden solo eso-, en las que solo tendrás que esperar un par de minutos -siempre y cuando no haya mucha fila-; o acudir a un restaurante, donde seguramente tendrás que esperar un poco más de tiempo, pero esto se verá recompensado por una hamburguesa creativa y de excelente calidad -en la mayoría de los casos, creo yo-, que además puedes acompañar con una refrescante cerveza.

Pero ¿y si te dijera que puedes tener las dos? Aunque no es muy común, existen lugares donde la comida rápida y la alta cocina se entremezclan otorgando una experiencia que no es ni una ni otra, pero al mismo tiempo es ambas en su máximo esplendor.

Uno de mis favoritos es Shake Shack, una cadena de origen estadounidense que llegó a México hace algunos años, y que, aunque en apariencia ofrece lo mismo que cualquier cadena de fast food, lo cierto es que, a diferencia de otras, ésta no fue creada con la filosofía de “comer rápido” para dar lugar a nuevos comensales. De hecho, el espacio está diseñado para ofrecer un agradable y cómodo ambiente moderno que invita a la convivencia y la sobremesa.

Y ni qué decir de su menú, donde la hamburguesa clásica, tan sencilla como es, está lejos de ser plana y sin chiste, sino todo lo contrario. A ésta se le suman la de pollo frito -mi favorita- con sus pepinillos caseros y su textura crujiente por fuera y jugosa por dentro; así como la de portobello, que sorprende desde la primera mordida.

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Y para hacerle honor a su nombre, no puedes pedir tu hamburguesa sin una de sus deliciosas malteadas de chocolate, vainilla u horchata, por ejemplo -aunque también tienen cerveza de la casa, o vino por copa por si lo prefieres-.

Lo mejor de Shake Shack es que ya tiene muchas sucursales en México. Desde Coapa, pasando por Torre Mitikah y colonia del Valle hasta la sucursal en la colonia Roma y la de Reforma. Incluso, apenas el 18 de este mes se inauguró, en una deliciosa y entretenida velada, la nueva sucursal en Miyana, Polanco. Así que, si no las has probado, o si, como a mí, te encantan y estás pensando en volver, ya no hay excusa para no hacerlo. 

Descubre más de Shake Shack en su Instagram y su página web, pruébalas y cuéntame en los comentarios cuál fue tu favorita.

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