Enclavado en una de las manzanas que más fama ha cobrado recientemente en la zona de Polanco por albergar a varios restaurantes de moda, podemos encontrar a Ilios en la planta alta de Masaryk 311. No te dejes engañar, pues si bien la entrada está a nivel de la planta baja, tendrás que subir un ascensor para disfrutar de la experiencia de este estiatorio.
Cancún, Tulum, Playa del Carmen y desde hace ya casi un año en Ciudad de México, Ilios tiene sucursales de este mismo concepto que te aseguramos te encantará.
Entre decorados en colores crudos, estantes llenos con alfarería, velas, algunas cuerdas y materiales naturales, encontrarás un salón bien iluminado así como una terraza con una agradable corriente de aire que te permitirá refrescar por la tarde, mientras te pones cómodo en alguno de sus sofás para admirar la ciudad o eliges una mesa para deleitarte con sus sabores mientras disfrutas de un trago o eliges entre su menú.
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El concepto de su menú se inspira en la cocina moderna mediterránea con base en la culinaria tradicional griega –apegándose a distintas regiones de Grecia– sin dejar de lado la elegancia y sofisticación en su servicio. El servicio aunque es formal se percibe relajado y puntual. Algunos platos se terminan a la mesa en el gueridón o bien en carritos auxiliares como en el caso de la mixología.
De lo que probamos
Te sentirás en casa. Su menú te permitirá elegir entre una amplia variedad de productos de mar pero también algunas delicias de la tierra. Para comenzar llega un servicio de pan brioche calientito –quizás uno de los mejores que hemos probado en la ciudad– y algunos crostinis de hierbas. Esto se sirve al centro con un par de dips: hummus de chícharo y tapenade de aceitunas verdes con queso de cabra. Te querrás acabar hasta el último bocado de estas delicias aún cuando apenas son una pequeña probada de lo que te espera.
Su menú es tan diverso que honestamente te costará un poco de trabajo escoger porque todo se te va a antojar. Tienen desde entradas pequeñitas para picar como hojas de parra rellenas, dip de berenjena o de queso feta; algunas entradas más consistentes como carpaccios de salmón, pulpo o res o crudos de atún o robalo, ensaladas, sopas y pastas.
En nuestro caso decidimos comenzar con una ensalada griega, una receta de la casa que combinaba pepino, tomate, queso feta y un aliño fresco que resaltaba con notas ácidas los sabores lácteos y nos dejaba un gran sabor de boca. Al mismo tiempo ordenamos unos mejillones escalivados, es decir, en un ligero sofrito con mantequilla, ajo, pimientos rostizados, vino blanco y un toque de yuzu; esta entrada es abundante por lo que es ideal para compartir y para nosotros, que somos amantes de los mejillones, quedamos encantados con esta preparación pues es una forma muy sutil de tratar esta la carne tan delicada de estos bivalvos, añadiendoles un toque único con el sabor ahumado de los pimientos.
Nuestro camino continuó con una Makaronia, que se trataba de un plato de ravioles rellenos de hongo porcini, queso Graviera al vino tinto, servidos sobre velouté de hongos, espárragos y tomates cherry. El sabor de esta pasta se destaca por una ligera acidez propia del vino pero enriquecida por los hongos que acompañan esta salsa y que son los principales responsables de enriquecer este platillo. Un gran descubrimiento de pasta que sobresale si se compara con algunas opciones pesadas como las que solemos asociar a las pastas cremosas italianas. Es una excelente opción para salir de lo cotidiano.
Para el plato fuerte la mejor opción era obvia: pescados. Encontrarás diferentes opciones cuyo precio va por gramo y podrás elegirlo fresco si así lo deseas. Rubia, huachinango, abadejo, róbalo, mero, boquinete, lenguado, besugo, pargo, vieja, branzino, rockot, lobina, pinza de cangrejo moro, alaskan king crab y langosta caribeña son algunas de las especies que manejan y de las que podrás elegir su preparación entre las cinco diferentes propuestas: asado en la parrilla de carbón, al horno de leña, frito, plaki o a la sal.
En nuestro caso nos decidimos por un branzino con una guarnición de vegetales a las brasas que combinaba ejotes, zanahoria baby, calabaza mini, tomate cherry, aceite de oliva, ajo y echalote. El propio personal te recomendará una pieza adecuada para el número de comensales a la mesa. El servicio del pescado a la sal llega a la mesa investido aún en la costra de sal y se flamea con vodka al grito de ¡OPA! Estamos seguros de regresar para probar ahora algunas opciones como la hamburguesa de cordero, los gyros o hasta unos langostinos a la parrilla.
Para el postre no podíamos dejar pasar la oportunidad de deleitarnos con una de sus tantas opciones y aunque nosotros nos decidimos por una degustación de helados te invitamos a que consultes sus demás propuestas dulces que te sorprenderán. Afrodita, Artemisa, Atenea es el nombre de la 6 conos de helados que llegan montados en un tronco de madera: helado de lychees con frambuesas, rosas y kataifi crujiente, helado de queso de cabra con membrillo y nuez pecana, y helado de pistache. Aún seguimos sin decidirnos cuál de los tres sabores fue nuestro preferido ya que en verdad todos estaban deliciosos.
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Si quieres echarle un ojo a su menú te lo dejamos por aquí: https://iliosrestaurante.com.mx/es/menu/
Estamos seguros de que si lo que buscas es experimentar la cocina griega en un ambiente sofisticado, de gran calidad y que sea inolvidable, Ilios es una gran opción. Te invitamos a conocer más acerca de ellos:
¿Dónde?
Av. Pdte. Masaryk 311, Polanco, Polanco IV Secc, Miguel Hidalgo, 11550 Ciudad de México, CDMX
55 96886866