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San Cristóbal de las Casas, abrazo al corazón

Julieta Cruz
Julieta Cruz
Gastrónoma y doctorante en Comunicación con especialización en vinos por la EMS. Investigadora en periodismo enológico y gastronómico en Ciudad de México, basada en teoría bourdiana, con fundamentos en Sociología y estudios de periodismo. Disfruta entrevistar y difundir la valiosa labor de quienes hacen posible nuestra gastronomía, única y viva en cada ingrediente, sabor y experiencia a la mesa.

San Cristóbal de las Casas es uno de esos lugares en donde se respira misticismo, que infunde el espíritu con su cultura y cautiva hasta al más rebelde con sus tradiciones. Así que ahora, en nuestra más reciente visita, no solo nos dejamos llevar por su encanto colonial, sino también por sus raíces mayas, tradiciones, usos y costumbres locales; y la presencia latente de los pueblos indígenas. Esta ciudad enclavada en la Sierra Madre de Chiapas se encuentra a 2,200 msnm, a tan solo hora y media del aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez.

Nuestra invitación tenía por propósito conocer una tercia de propuestas hospitalarias bajo el sello de Baak’ Turismo (que a su vez es parte de Grupo Farrera), un consolidado de empresas turísticas que ofrecen experiencias diversas y dejan entrever que, este destino nombrado desde 2003 como “Pueblo Mágico”, se puede disfrutar desde distintos puntos de vista. 

Sombra del Agua

Aquí fue donde nos alojamos. Un hotel boutique que data de 1907, y es considerado como el primer hotel del estado y que, desde entonces, ha evolucionado hasta transformarse en la propuesta actual, una propuesta de lujo que cuida todos y cada uno de los detalles en cada una de sus 82 habitaciones. Este alojamiento se siente como un abrazo, un apapacho durante tu estancia en San Cristóbal y la mejor manera de definirlo –por muy trillada que esta idea parezca–, es simplemente como estar en casa. Es el perfecto alojamiento para unas vacaciones en pareja por su ambiente romántico. 

Sus instalaciones han sido adaptadas para que el huésped disfrute de una casa al estilo de San Cristóbal pero también tenga una estancia muy acogedora con todos los servicios y la comodidad que un hotel puede proporcionar. 

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El nombre de este hotel se inspira en la obra de Jaime Sabines, haciendo mancuerna con las artesanías que se integran en sus espacios, mismas que transmiten la inspiración en la tradición, cultura y naturaleza chiapanecas. Su decoración combina obras de Margarita Cantú a partir de cientos de velas artesanales, algunas piezas elaboradas con ixtle, así como textiles de manufactura local. 

Sus espacios interiores combinan arquitectura refinada con elementos de vegetación y alfarería  de la maestra Juana Gómez y se prestan en diferentes momentos del día ya sea para disfrutar de una bebida, leer un libro, tomar una llamada o simplemente esperar a los acompañantes mientras se deleita la vista con las obras e instalaciones que hay en el interior. Disfruta del “Jardín de las vasijas rotas” o de su elevador antiguo para subir al segundo piso. Si te decides por una de sus suites, podrás apreciar una excelente vista de la región de Los Altos mientras tomas un café de altura y te columpias en sus hamacas o bien, de una tarde o noche a la velada de un cielo estrellado mientras disfrutar de un traguito de pox.  Aprovecha la ubicación de este hotel a tan solo 30 metros de la catedral y conoce un poco más de su historia preguntando a los colaboradores. 

Que te dejamos su redes:

https://www.sombradelagua.com.mx

IG: sobradelagua

FB: Sombra del Agua

¿No te convencimos? ¡Más opciones!

Casa del Alma se trata del primer hotel boutique que fue fundado en San Cristóbal en el 2015. De estilo más conservador y tradicional pero perfecto para visitar si vas con niños pequeños o incluso hasta para adultos mayores, que buscan muchísima comodidad durante su estancia. Cada una de sus habitaciones representa la riqueza del estado a través de artesanías, textiles y murales fotográficos. Esta opción también incluye un spa para quienes tienen por objetivo desconectar la mente y relajarse. 

No obstante, si lo que se busca es una alternativa un poco más relajada y en el plan de inspiración artística, se encuentra Sereno Art Hotel, un pequeño complejo desenfadado de siete habitaciones, que nos remite a un espacio creativo, desde los materiales que se combinan armoniosamente en los cuartos (adobe, madera, ladrillos, cobre, etc.) y nos ofrecen una estancia para dejar volar la imaginación, descansar y disfrutar de San Cristóbal. Las tres opciones pertenecen al mismo grupo, se encuentran en el mismo cuadrante a menos de una cuadra de distancia y estamos seguros que en cualquiera de ellas podrás encontrar la que mejor se adecue a tus necesidades y a tu presupuesto. 

Propuestas gastronómicas

En cada uno de los hoteles podrás encontrar una propuesta culinaria que, aunque dirigidas por el chef Jorge Gordillo, mantienen una personalidad propia. 

En Sereno, te recomendamos visitar para la cena su Bar Sereno o Jardín Secreto, un patio con iluminación nocturna que se presta perfecto para echar un trago mientras escuchas caer el agua de la fuente y te deleitas con cervezas artesanales de la casa. 

No te pierdas una tabla de embutidos (tradicionales de la región por herencia de españoles), una sopa de chipilín o cualquiera de sus cremas (negra de huitlacoche, la de queso Ocosingo, o la de poblano con queso Chiapas); sigue con un robalo con mole coleto, unos camarones en salsa negra con chile Simojovel o hasta una pierna de lechón confitada; para el postre sigue con el gaznate de jalea de pera con helado de pox o con un pastel de calabaza de sobre espejo de tascalate y tierra de café.

También podrás deleitarte con una tarde de drinks o hasta una cata de cocteles con pox. 

En Casa del Alma hallarás El Secreto una propuesta más refinada y alternativa con platillos que responden a la fusión de la cocina tradicional pero con algunas técnicas modernas. Para el desayuno se presta perfecto para disfrutar de sabores tradicionales ejecutados a la perfección: elige entre el tamal untado, el tamal de chipilín, enchiladas de aguacate, huevos con pesto de hierba santa, plátano al horno con queso Chiapas, o hasta los molletes de asado Coleto; acompaña con un chocolate de agua y no dejes de probar su mermelada de papaya con anís y canela sobre un pan tostado con un poquito de mantequilla de cereza. 

Para la comida pidete una tostada de cecina con quesillo, un aguachile de pulpo con cítricos,  prueba un salpicón de res con manzana verde y vinagreta de alcaparras o hasta unos tacos de pato confitado por 18 horas. ¿Ganas de postre? Prueba su panqué de elote tibio con helado de queso Ocosingo y mermelada de fresa.

En Sombra del Agua podrás disfrutar de una comida confortable con ingredientes locales y de temporada en Tarumba. Platillos de inspiración chiapaneca, una propuesta cómoda que se diversifica con algo de los ingredientes locales: tamales de mole Coleto, chilaquiles, waffles o hot cakes con fruta fresca, cereal artesanal de maíz con miel natural y frutas, molotes de plátano macho rellenos de queso Ocosingo, huevos al gusto, omelettes (no dejes de probar el de hongos con salsa de cuatro quesos), enmolatadas coletas, y hasta quesadillas. No te pierdas las galletitas locales con café Chiapas. ¿Para la comida y cena? De eso tenemos que hablar a parte y tan bien, que necesitamos hacer una nota más que podrás leer en este link: Tarumba, poesía culinaria

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Arte tejido

Si bien nuestro objetivo era conocer algo de los restaurantes y hoteles que San Cristóbal de las Casas ofrece, no podíamos dejar pasar echarle un ojito a las artesanías del lugar. Lo que más disfrutamos fueron los tejidos, por lo que visitamos a un artesano que se dedica al telar de pedal, porque “Para muestra basta un botón”, o en este caso, un solo telar. 

Hoy en día más de 120 artesanos de las comunidades chiapanecas de San Juan Chamula, Zinacantán, Aldama, Chenalhó, Oxchuc, San Andrés Larrainzar, Tenejapa, Aguacatenango, Cancúc, Huixtán, San Cristóbal de las Casas, Comitán y Venustiano Carranza, trabajan de la mano con Táabal, una marca de diseño que surge desde 2014 de estas colaboraciones; su objetivo es poner en contexto estos textiles, pues se encarga de posicionarlos en el mercado, pero a la vez pagar el precio justo por sus tejidos y bordados, se aseguran también que el trabajo de los artesanos se apegue a normas de sustentabilidad (impacto ambiental positivo) y por ende, se obtengan productos finales, derivados de procesos limpios y naturales.

Aquella mañana visitamos a Sebastián Nuñez Cruz, un artesano que desde que aprendió el oficio cuando era tan solo un pequeño, se ha mantenido en el quehacer por más de 45 años. Cuenta con varios reconocimientos a su labor que orgullosamente exhibe en el taller que ha instalado en el patio de su casa. Por su parte, Antonio Suárez, fundador de Táabal, nos cuenta que el telar de pedal de Sebastián es uno de los pocos que aún se encuentran en funcionamiento, pues lamentablemente se trata de un oficio que ha ido perdiendo aprendices e interés. No obstante, la tarea se ha conservado gracias a la enseñanza entre generaciones de la misma familia y hoy en día, el hijo de Sebastián, un joven de alrededor de 20 años, relata con orgullo mientras pasea hilos en color gris por el telar –que luego se convertiría en el transcurso de una horas en un hermoso camino de mesa–, que él aprendió desde los cuatro años a usar el telar de pedal y que desde entonces, ha seguido en el arte. Durante la visita además nos explicaron sobre los materiales que son empleados en los diferentes textiles que van desde: algodón, artisela, lana criolla y lana australiana.

Sebastián también nos cuenta que lo difícil no se remite al tejido sino a la preparación del material, misma que se puede extender hasta por tres a cuatro días, durante los cuales se hila, se tiñe, se seca, y se preparan los husos y el propio telar; en contraste, el tejido se puede hacer en unas cuantas horas. No obstante, aunque el trabajo es arduo al final ofrece una disfrutable serie de productos terminados que van desde pañuelos y servilletas, hasta manteles, caminos de mesa, rebozos, fundas para cojines, cortinas, camisas y telas. 

Los productos de Sebastián se pueden encontrar en su propio negocio o también en Táabal, que tiene una tienda en la zona centro de la ciudad y si tienes suerte podrás platicar de primera mano con Antonio Suárez. Aquí te dejamos su web por si es de tu interés:

www.taabal.com

IG: taabal

FB: Táabal

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