Este año se llevó a cabo la «Cumbre Internacional Gastronómica» en Guanajuato y su capital, fue sede del coctel “De Historia, de vida y de comida” donde doce chefs se dieron cita para ofrecer la degustación de sus creaciones en compañía de performances, música y diversión.
Una gran expectativa se generó ante la diversidad de propuestas y sazones. La magnitud llegó a confines culturales, donde contrastó la cocina de Thierry Blouet al lograr que cada presentación del pato fuese una maravilla en el paladar; la suavidad del magret confitado; la intensidad del prosciutto y la terneza del foie gras le dieron un nuevo sentido a la hamburguesa. También nos permitió saborear las especias y el gusto de oriente en su delicioso taco de dorado, empleando láminas de rábano como si fuese la tortilla, aportando texturas y sorpresas agridulces ligeramente picantes. El sazón de la abuela, se saboreó en la tostada de pata ofrecida por Alfredo Villanueva; Antonio Castañón provocó una peculiar atmósfera al extender unos deliciosos tacos, donde la panceta, el toque de cebolla desflemada y el pescado, me transportó al corazón de su cocina. Por otra parte, Fernando Hernández provocó una revolución eléctrica sin igual con su natilla de maíz azul armonizando con el jocoque seco, para explotar en el crunch de un crujiente de pinole y un delicado toque de sal.
La noche fue inolvidable; sin duda alguna quisiera volver a experimentarla para complacer mis tus sentidos.
Por: Francisco García
