El recetario moderno

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Por Rodrigo Contreras

Siempre me he identificado como un comelón profesional, no solo es a lo que me dedico, sino que es también lo que más me apasiona en la vida; comer es el placer más grande que existe, al menos para mí, por eso disfruto cada platillo al máximo.

Pero aún dentro del disfrute del sibaritismo, creo que no existe mayor satisfacción que comer algo hecho por uno mismo. Por eso a la mayoría de los que nos encanta comer, nos gusta también mucho cocinar.

Es cierto que salir a comer es más fácil y rápido, pero no podemos decirle al chef “ponle comino”,  “échale más queso” o “no lo muelas tanto, me gustan los grumitos”; pero en casa si podemos, porque nosotros somos el chef. Con un poco de conocimiento culinario -o viendo videos de Youtube- podemos aprender a preparar nuestros platillos favoritos con el sazón perfecto para nuestro paladar.

Panque de naranja con yoghurt

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Hace muchos años la única forma de aprender a preparar algo en casa era a través de la tradición oral, pues como con el resto del material escrito, producir copias a mano era simplemente demasiado trabajo. Pero con la llegada de la imprenta no tardaron en aparecer los recetarios. De hecho el primer recetario mexicano se publicó en 1831, antes incluso de que se escribiera el himno nacional, así de importante era cocinar para nuestros antepasados.

Desde entonces, se han publicado cientos de miles de recetarios, con millones de recetas diferentes; tomaría cientos de años replicarlas todas. Y por si eso fuera poco, con el internet podemos acceder a casi cualquier receta que se haya publicado, ya sea en formato escrito o audiovisual.

Muffins de huevo healthy

Lo valioso de los recetarios es, primero, la enorme variedad que hay, desde muy especializados para los cocineros profesionales, hasta los más sencillos, para quien acaba de empezar. Hay de ensaladas, platos fuertes y postres, de cada país del mundo, para dietas especializadas e incluso temáticos para cualquier festividad. Lo segundo es que en los recetarios no hay nadie que nos califique, podemos seguir la receta al pie de la letra o hacerle algunos cambios para que nos guste más. En fin, las posibilidades son infinitas.

Uno de mis recetarios favoritos es el de Bové, que incluye catorce recetas diferentes preparadas con productos lácteos. Lo mejor de éste es que hay recetas dulces, como hot cakes de chocolate, y saladas, como el puré de camote y vainilla. Y aunque la mayoría son bastante sencillas, no dejan de ser platillos muy interesantes que pueden sacarte de tu zona de confort, y si tienes invitados, seguro que los sorprenderás.

Puré de camote y vainilla

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No importa si eres de los que sigue los pasos al pie de la letra o si te gusta experimentar, si eres un gran chef o si es la primera vez que cocinas, este recetario ofrece excelentes opciones para cualquier situación. Visita su página web para encontrarlo y cuéntanos a ti qué tal te pareció

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