Por Sigma Bonilla

La Virgen ya se peinó y ya lavó los pañales, y mientras los peces beben en el río, todos los demás bebemos ponche calientito. Ya están los romeritos limpios, la ensalada de nochebuena lista… ¿Qué falta?… A ver… el pavo, la ensalada de manzana y el bacalao ¿y cuál es el factor común de estos tres típicos platillos navideños? ¡Pues los famosos frutos secos claro! 

Ya sé que TODO el mundo está vuelto loco, entre las compras de los regalos del intercambio y con la cocinapatas pa arriba” por el plato que te tocó llevar a la cena familiar -no te preocupes, seguro este año deslumbras a todos con tus habilidades de chef- pero… ¿alguna vez te has puesto a pensar por qué los frutos secos son un ingrediente estrella e indispensable en esta temporada? Pues vamos a ver. 

Desde el inicio

Se dice que, en tiempos antiguos, los egipcios popularizaron el consumo de este producto, y más tarde los romanos adoptaron la costumbre. Durante sus banquetes, los dátiles se servían al final, acompañando el postre. Además, se solía esparcir nueces por el suelo de la casa del futuro esposo antes de la boda, como símbolo de fertilidad y prosperidad. Con el tiempo, esta tradición se extendió a Italia, España y otros países, donde los dátiles adquirieron protagonismo en la Navidad, ya que se consideraban una opción más económica que otros dulces. En España, aunque los turrones son los más populares, nunca faltan los dátiles y otros frutos secos en las mesas navideñas. La segunda teoría, en cambio, plantea que los dátiles se secaban para poder conservarlos y disfrutarlos durante los meses de invierno, especialmente después de la Navidad.

¿Por qué comer frutos secos? 

Los frutos secos son muy beneficiosos para la salud, ya que son ricos en grasas saludables, proteínas vegetales, antioxidantes y fibra. Las grasas insaturadas que contienen ayudan a reducir el colesterol malo y a aumentar el bueno, mejorando la salud cardiovascular. Además, su alto contenido de fibra favorece la digestión y proporciona una sensación de saciedad, lo que puede ayudar a controlar el peso. También son una excelente fuente de vitaminas y minerales esenciales, como la vitamina E, el magnesio y el zinc, que apoyan diversas funciones del cuerpo.

Por otro lado, los frutos secos son conocidos por sus beneficios para el cerebro, especialmente aquellos ricos en ácidos grasos omega-3, como las nueces, que mejoran la función cognitiva y pueden reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. A pesar de ser calóricos, tienen un bajo índice glucémico, lo que los convierte en una opción adecuada para controlar los niveles de azúcar en sangre, especialmente en personas con diabetes. Aunque son muy nutritivos, se recomienda consumirlos con moderación debido a su alto contenido calórico.

Bueno… pero ¿con qué se comen o cómo los preparo? 

Tranquilos, que aquí les traigo algunos de los platillos más típicos con frutos secos para preparar en esta temporada.

Bacalao

El bacalao con almendras es un platillo navideño tradicional que une la suavidad del bacalao con el toque crujiente de las almendras. Su origen se remonta a la costumbre de consumir pescado durante la Cuaresma y Navidad, cuando el bacalao, en su versión salada y seca, era una opción común. En este plato, el bacalao se cocina con aceite de oliva, ajo y, a menudo, se acompaña de verduras como cebolla y pimientos, creando una base sabrosa y ligera. Las almendras, que pueden ser enteras o laminadas, aportan un contraste perfecto con el pescado, creando una combinación de sabores y texturas que elevan el plato a una experiencia gastronómica festiva.

Con sus raíces en la cocina mediterránea, este platillo refleja la sencillez y elegancia de la Navidad. El bacalao con almendras es ideal para las cenas festivas, donde se disfruta tanto por su sabor delicioso como por su presentación refinada. A lo largo de los años, las versiones regionales han incorporado variaciones como piñones, pasas o incluso una salsa de almendras, adaptando la receta a los gustos locales. En definitiva, es un platillo que no solo honra la tradición, sino que también ofrece un toque especial para las celebraciones navideñas.

También lee: Año Nuevo, tradiciones nuevas

Pavo navideño

El pavo se ha convertido en un platillo navideño esencial, especialmente en Estados Unidos y Europa, donde simboliza la abundancia y la celebración. Aunque originario de América, fue adoptado por los europeos tras el encuentro con los pueblos indígenas en el siglo XVI. Su gran tamaño y su versatilidad para ser relleno o sazonado con hierbas y especias lo hicieron perfecto para las reuniones familiares de fin de año. Hoy, se asocia tanto con la Navidad como con el Día de Acción de Gracias, siendo el centro de la mesa en muchas cenas festivas.

Este platillo se caracteriza por su carne jugosa y su piel dorada y crujiente, que se logra al asarlo lentamente al horno. Su interior suele estar relleno de una deliciosa mezcla de carne de res y cerdo molidas, nuez pecana, almendra, pasas, duraznos, manzanas y especias. Una explosión de sabores dulces y salados que, sin duda, es un regalo al paladar. Se acompaña típicamente con guarniciones como puré de papas -o papas cambray-, ensaladas, verduras y pan de ajo. El pavo navideño no solo es un festín delicioso, sino también un símbolo de unión, ideal para compartir en las cenas más especiales del año.

Fruit cake

El fruit cake, también conocido como pastel de frutas, tiene una historia que se remonta a la antigua Roma, donde se elaboraba con frutas secas, miel y nueces. Durante siglos, este pastel se fue transformando y popularizando en Europa, especialmente en la Edad Media, cuando los ingredientes como el azúcar, las especias y el alcohol empezaron a ser más accesibles. En la época victoriana, el fruit cake se consolidó como una tradición navideña, siendo conocido por su sabor intenso y su capacidad para conservarse durante meses, gracias al alcohol utilizado en su preparación. Con el tiempo, se ha convertido en una pieza imprescindible de la temporada navideña en muchos países, especialmente en el Reino Unido, los Estados Unidos y otras partes del mundo.

El fruit cake es un pastel denso y suculento, cargado de una mezcla de frutas secas como pasas, ciruelas, cerezas, dátiles, y a menudo almendras o nueces, todo ello macerado en licor, como ron o brandy, que le otorga un sabor profundo y complejo. Su masa es rica en especias como canela, nuez moscada y jengibre, lo que le da un toque cálido y festivo. Aunque su textura puede ser un tanto densa, su sabor agridulce y la variedad de frutas confitadas hacen que cada bocado sea una explosión de sabor. Tradicionalmente cubierto con una capa de almendra y glaseado, el fruit cake no solo es una delicia gastronómica, sino también un símbolo de celebración y tradición que perdura en las mesas de Navidad alrededor del mundo.

Ensalada de manzana 

La ensalada de manzana navideña es un platillo dulce y cremoso que se ha convertido en un clásico de las festividades decembrinas en México. Su origen, sin embargo, se encuentra en los Estados Unidos del siglo XIX, cuando el chef suizo Oscar Tschirky, radicado en Nueva York, creó la receta dentro del famoso Hotel Waldorf Astoria. El plato original, conocido como «Waldorf Salad», constaba de tres ingredientes principales: manzanas, mayonesa y lechuga. Con el tiempo, la receta sufrió variaciones, y cuando llegó a México en el siglo XX, se adaptó a los gustos locales, sustituyendo la mayonesa por leche condensada y agregando nueces, pasas y almíbar de piña. Así nació la versión navideña que disfrutamos hoy, especialmente durante la cena de Navidad, el fin de año y el tradicional recalentado.

Este platillo no solo es delicioso, sino también refleja la fusión de influencias gastronómicas de diferentes culturas. Las pasas, un ingrediente común en la ensalada, tienen su origen en la herencia española, pues la relación de México con España en la gastronomía y la religión ha dejado una marca en las tradiciones navideñas del país. La ensalada de manzana, con su mezcla de trozos de manzana, piña, nueces, pasas y el toque dulce del almíbar y la leche condensada, es un festín tanto para el paladar como para los ojos, y un verdadero símbolo de la calidez y alegría de la Navidad mexicana.

Lomo mechado 

El lomo mechado navideño es un platillo lleno de sabor y tradición que ha conquistado las mesas festivas de América Latina, especialmente en países como México, Venezuela y Colombia. Su historia se remonta a la época colonial, cuando la influencia española trajo consigo una gran variedad de técnicas culinarias, entre ellas el uso de carnes rellenas o «mechadas». Este platillo, que en su versión más clásica se elabora con lomo de cerdo o res, consiste en insertar tiras de tocino, zanahorias y otros ingredientes como lo son los frutos secos dentro de la carne, que luego se cocina lentamente, permitiendo que los sabores se mezclen de manera irresistible. Con el paso de los años, se han añadido toques personales en cada región, incorporando desde aceitunas y alcaparras hasta frutas como la piña, creando así una receta única para cada hogar.

Este festín de carne jugosa y tierna, acompañada de un adobo de especias como ajo, pimienta y comino, es un verdadero manjar navideño que refleja la calidez y el espíritu de las celebraciones de fin de año. El lomo mechado, con su aspecto dorado y su aroma tentador, es el plato principal en muchas cenas familiares, brindando no solo un sabor delicioso, sino también una presentación espectacular que luce en la mesa. Ya sea servido con puré de papas, ensaladas o arroz, este platillo es mucho más que una comida: es una tradición que une generaciones y llena el hogar de la alegría que solo la Navidad puede traer.

Tal vez quieras leer: Celebraciones Navideñas y de Año Nuevo

Ensalada de nochebuena 

La ensalada de Nochebuena es uno de esos platillos que, más allá de ser una simple receta, encierra toda la esencia de la Navidad mexicana. Su historia remonta a tiempos coloniales, cuando las influencias españolas se fusionaron con los ingredientes autóctonos del país, dando lugar a un platillo que rápidamente se ganó un lugar especial en las mesas de las festividades decembrinas. Aunque su origen exacto no está completamente claro, se sabe que, como muchas de las tradiciones gastronómicas de México, la ensalada de Nochebuena se adaptó y evolucionó con los años, incorporando ingredientes de temporada como la betabel, manzana, naranja, piña, cacahuates y, en ocasiones, granada, los cuales aportan una explosión de colores vibrantes y sabores frescos que hacen de esta ensalada una verdadera obra maestra visual y gustativa.

Si quieres poner a prueba tus habilidades culinarias, puedes preparar esta deliciosa receta de pavo navideño: En escena: Pechuga de pavo rellena de frutos secos y papa gratín; para deleitar a todos tus seres queridos y cuando la pruebes, déjanos tu opinión en los comentarios.

Fuentes

Espada, B. (2022, 23 diciembre). ¿Por qué es tradición comer frutos secos en Navidad? Okdiario. https://okdiario.com/curiosidades/que-tradicion-comer-frutos-secos-navidad-10189947/amp

Redacción. (2022, 24 diciembre). Dulce Navidad: Este es el origen de la ensalada de manzana. El Financiero. https://www.elfinanciero.com.mx/food-and-drink/2022/12/24/origen-e-historia-de-la-ensalada-de-manzana-o-navidena/ 

National Geographic España. (2024, 27 diciembre). National Geographic. https://www.nationalgeographicla.com/historia/2024/12/como-se-convirtio-el-pavo-en-un-plato-tipico-de-navidad-en-varios-paises 

Publicidad

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.