Sabor español en la Roma
Por: María de los Ángeles Elizalde
Hace 30 años la colonia Roma vio nacer a un restaurante que inundaba su cocina, su salón y terraza con aromas españoles: Txakoli. A lo largo de este tiempo, ha logrado cautivar a sus clientes más asiduos, ha enamorado a nuevos comensales y desarrollado un negocio próspero. Hasta hoy, continúan ofreciendo a los clientes un buen servicio, deliciosos platillos y una variedad de vino interesante dentro de su cava, en la que destacan caldos riojanos y de Ribera del Duero.
Con los colores crema en las paredes, los tonos cafés del mobiliario, las curiosas lámparas de madera, una amplia terraza y la cava embellecida en la pared, entramos a este mundo español para saborear platillo a platillo. Iniciamos con unas Croquetas de Jamón y en cada bocado se escucha el crujiente empanizado; en el paladar la salsa bechamel se siente cremosa y el jamón serrano le da ese toque salado y especial que realza el plato, un buen comienzo sin lugar a dudas. Llega a la mesa el Bonito aderezado con aliño y cebolla, la preparación no es compleja por lo que el sabor natural del pescado destaca; por último, aparece la famosa Tortilla Española como parte de las entradas para compartir, está perfectamente cocinada, con esa humedad característica cuando el huevo logra quedar en su punto, la papa está firme y la cebolla le otorga el detalle final. Para acompañar la comida nos ofrecen el vino Txomin Etxaniz, elaborado con la uva Txakolí y poseedor de la Denominación de Origen Getariako Txakolina, éste vino presenta un color amarillo pálido, en nariz es frutal y se percibe dulce sin embargo en boca tiene una ligera acidez, es fresco y persistente.
Comenzamos con los platos fuertes, la clásica Fabada Asturiana y el Pescado Donostiarra. El primero tiene ese gran carácter español, las alubias grandes sobresalen a la vista y la primera cucharada ataca con el chorizo, el tocino, el jitomate y la morcilla, poco a poco la impresión del primer bocado va pasando y nos deja degustar cada ingrediente, descubriendo su alta calidad. Es necesario beber agua para limpiar nuestras papilas gustativas y continuar con el menú. El Pescado Donostiarra, el cual es servido con cuchareo por parte del mesero debido a la formidable porción, es un lomo de robalo horneado, bañado en salsa de perejil acompañado de camarón, almejas, espárragos, chícharos y un suave dejo de aceite de oliva; los sabores son sutiles, el camarón y la almeja son una grata sorpresa de texturas y la salsa logra unificar los componentes del platillo. Para finalizar, ordenamos el arroz con leche de la abuela, aunque las natillas vascas, el Peach Melba o el helado de turrón tentaron nuestro dulce antojo. Durante la estancia, el servicio fue atento, la comida fue preparada con una técnica excelente y la compañía familiar inigualable, Txakoli definitivamente es un pedacito de España que echó raíces en la espléndida colonia Roma.