Cuando se tiene una larga y próspera trayectoria, los cambios pueden llegar a ser intimidantes, sin embargo, eso no detuvo a Alberto Ituarte para darle un giro refrescante al restaurante Alaia y junto a Moisés García y Mikel Alonso dar paso al surgimiento de Alaia Terraza, la nueva cara del icónico establecimiento ubicado al sur de la CDMX.

Antes de mencionar el obligado tema culinario hagamos una pequeña pausa para hablar de dos elementos que forman parte de la identidad del lugar. El primero es su diseño ya que el cambio de imagen no fue de pequeña escala, sino un total make over.

En cuanto a la parte arquitectónica la visión y puesta en marcha de los cambios corrieron de la mano de COUSI Interiorismo, encabezado por Alicia Martin y Alba Hurlé, reconocidas por sus imponentes proyectos en Europa y que en esta ocasión no fue la excepción de su rotundo éxito.

Tras pasar un túnel de entrada, lo primero que podemos observar es la cocina, que como buena anfitriona siempre debe ser la que dé la bienvenida, sin dejar un solo segundo su responsabilidad con el trabajo. Basta dar un par de pasos y un ligero giro a la derecha para perder conexión con el bullicio capitalino y entrar a un fragmento del mediterráneo.

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Los amplios salones están diseñados de tal manera que te hacen sentir que la totalidad del establecimiento es una terraza, haciendo honor a su nombre. Sin lugar a dudas, cada uno de los detalles que conforman la imagen de Alaia Terraza te atrapan al instante, dejando a uno sin palabras por un segundo y embobado con su belleza hasta que llega la carta y la oferta gastronómica entra en acción.

Cocina de frescura e identidad

Es en este momento cuando entramos en materia, a la par que menciono el segundo elemento de identidad, su cocina “entre tierras” pues los elementos que conforman el menú son una simbiosis del mar, la tierra y el huerto, tres ambientes que otorgan sus mejores ingredientes al chef César Luciano para deleitar a los comensales de tradición y atrapar a los que apenas se unen a la aventura.

Por otro lado, el apartado mixológico se encuentra bajo la dirección de Luis Franklin, quien explota su talento e imaginación para llevar a la barra bebidas que no solo forman parte del maridaje, sino que permiten el disfrute sin más de un buen coctel.

Sin más dilación arrancamos con los platos y bebida que conformaron el menú de la tarde, abriendo con frescura llegó a mis manos un Negroni Turco, una mezcla de ginebra, campari, cinzano rosso y café tostado, que hicieron de esta interpretación de un gran clásico un completo vals de destellos amargos y jugueteos refrescantes.

Las entradas constaron de tres protagonistas; las Alaia croquets, unas imperdibles bolitas de cremoso jamón serrano y crocante cobertura que explotan en la boca; unos Montaditos, con pan casero, bonito del norte, anchoas, aguacate y salsa de jitomate; por último unas Tostadas de Atún, que desde el momento en que percibes su aroma sabes que la frescura va a invadir tu paladar.

De ensalada, pasta y arroces

Una vez que el estómago calentó motores seguimos con una sección que muchas veces se pasa por alto, pero que puede tener más de una sorpresa, las ensaladas pastas y arroces, grandes clásicos de la cocina mediterránea. Abrimos con una Ensalada Alaia que consiste en una mezcla de lechugas, espárrago blanco y cubos de bonito, una combinación que en su minimalismo te hace querer explorar más este apartado del menú.

Ya que si lo que buscas es un poco más de corpulencia el Arroz Fungi es el punto intermedio entre lo goloso y lo saludable, pues incorpora un arroz cremoso con hongos y matices muy presentes de ajo y una lluvia de queso parmesano, digno de los glotones que vivimos bajo el credo de “nunca es suficiente queso”.

Pero la joya de este segundo movimiento fue el Fideua, una paella de fideos y mariscos que despierta recuerdos de infancia, para todos los que tuvimos la fortuna de tener una abuela que prepara fideo seco. Lo digo porque la base de pasta de este platillo le da un gran parecido a ese clásico mexicano, pero con los matices del camarón y mejillones que junto a la crema ácida te obligan a querer limpiar el plato.

Fuertes que atrapan

Como si esta visita se tratara de una sinfonía llegamos al minuet, también conocido como tercer movimiento, en el que degustamos dos de los platos fuertes del menú. Como primera parte un Pulpo a las brasas, acompañado por encacahuatado, ensalada de hojas verdes y puré de camote. La cocción de este fruto del mar era simplemente perfecta y al momento de unirse con el puré y el encacahuatado se desencadenaba una andanada de bocados hasta no tener más en el plato.

Aunque si de cocciones inmaculadas hablamos, el término poco más allá de medio del Filete de res en acompañamiento del terso puré de papa y los intrigantes hongos en escabeche, causan un suspiro tras el primer bocado y con el recuerdo de sus sabores un impulso digno de los experimentos de Pávlov.

Un dulce cierre

A pesar de la cantidad de platillos que probamos y del banquete Pantagruélico, digno de las novelas de Rebelais, el postre no podía faltar y para cerrar con un allegro vivo, disfrutamos de una dupla dulce, un Pastelito de café y praliné y un Cheesecake de baklava, mismos que reforzaron ese refrán que menciona que el postre no va al estómago, sino que termina junto al corazón.

A resumidas cuentas, Alaia Terraza mantiene la esencia que lo ha hecho perdurar por dos décadas, con una imagen que reactiva el interés de las nuevas generaciones y que te fuerza a voltear al sur de la ciudad, que aunque no tiene la misma mención que otras zonas, guarda varias joyas culinarias dignas de visitar en más de una ocasión.

¿Dónde lo encuentro?

Dirección: Cda. Canoa 80, Tizapán San Ángel, Tizapán, Álvaro Obregón

Teléfono: 55 5616 6336

IG: Alaia Terraza

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