El maridaje de vinos es, posiblemente, uno de los puntos que mayores controversias crea en torno al mundo de la enología. Más allá de la clásica fórmula de: “los pescados deben acompañarse con vino blanco y los platos de carne deben armonizar con vino tinto”; la realidad es que la promoción de diversas variedades de uvas, bodegas y vinos que hemos vivido en los últimos años, unido al gran momento que vive la cultura gastronómica en nuestro país, han hecho que las cuestiones sobre el maridaje de vinos y comidas se compliquen enormemente.
En cualquier caso, hay que puntualizar que el maridaje, aunque existen ciertas normas que se dan por supuestas, es al fin y al cabo, una cuestión de gustos. A la hora de la verdad, elegir unos u otros vinos para acompañar a los platos que compongan un menú dependerá del tipo de alimentos que vayamos a preparar, la forma en la que los prepararemos y del gusto personal de nuestros comensales.
Tip 1: La gastronomía lleva la batuta
El plato es quien define la elección del vino. El menú, en general, se ordena atendiendo a la intensidad de los platos y, análogamente, así ordenamos también los vinos que los acompañan, normalmente, de menor a mayor complejidad.
Tip 2: Equilibrio y peso entre el plato y el vino. Potencialidad y sutileza
En el plato, el peso está definido por la base del mismo, es decir los ingredientes y su clasificación, además de las grasas, el método de cocción, la intensidad de sabores del ingrediente principal y del salseado e incluso de la mayor o menor dificultad con la que los digerimos.
En el caso de los vinos, el peso vendrá determinado por el cuerpo y la intensidad del sabor del vino. Y esto, a su vez, vendrá definido por la variedad o variedades de uva, la región, el terroir (clima y suelo) el contenido en alcohol del vino, la concentración de taninos, la acidez y la enotecnia, es decir, la crianza o no en barrica.
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Tip 3: Asociación vs. Contraste
Podemos ligar platos con vinos en función de dos principios fundamentales: por asociación o por contraste.
En el primero de los casos, intentaremos que los platos y el vino se complementen. Para ello, debemos prestar atención a las sensaciones que nos producen los vinos y alimentos.
En el segundo caso, el del contraste, haremos justamente lo contrario, buscar el equilibrio entre platos y vino a través de las sensaciones opuestas que nos ofrecen.
Tip 4: Dar prioridad a la forma en la que se cocinan los alimentos
El peso de los alimentos no depende únicamente de los ingredientes utilizados, sino que influye mucho más la forma en la que se cocinan.
Por ejemplo, no es lo mismo preparar un pescado o una carne a la plancha que hacerlo en un guiso o acompañarla de una salsa muy especiada.
Tip 5: Confía en tu gusto personal
El maridaje de vinos es, principalmente, una cuestión de gustos. Al final, todo va a depender de nuestra propia experiencia y experimentación combinando sabores, colores, texturas y aromas.
Un consejo más: los platos de la cena navideña usualmente se sirven a la mesa en un mismo tiempo. Desde luego para el inicio y para el brindis siempre deberás elegir un excelente champagne, prosecco o espumoso. Si no deseas complicarte, opta por un vino blanco sencillo y un tinto frutal y seco de uva tempranillo o merlot. Al final, lo más importante es la convivencia armoniosa en una fecha que sin duda invita a la reflexión, por lo que el mejor maridaje de la temporada siempre será la compañía.
¡Felices fiestas!
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