Cuenta la leyenda que Cleopatra usó las propiedades curativas del Mar Muerto como parte de su régimen de belleza. Además, Herodes el Grande , cuyo reinado histórico duró desde el 37 a. C. hasta el 4 a. C., abrió uno de los primeros spas del mundo justo a orillas del Mar Muerto.
Fascinante, bello y exótico, el Mar Muerto es un lago salado situado en el Valle del Jordania en el punto más bajo de la Tierra. La salinidad del Mar Muerto es aproximadamente 10 veces más salada que la del océano y se considera un ambiente extremadamente hostil que impide la existencia de plantas o animales en él: dicha intensa salinidad es el factor que contribuye a los fenómenos flotantes que personas de todo el mundo han acudido en masa para presenciar y probar de primera mano durante muchos siglos.
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Situado en el borde este famoso lago salado, 434 bajo el nivel del mar, el Kempinski Hotel Ishtar Dead Sea es una oda brillante a los jardines colgantes de Babel. Cuenta con una playa de arena privada y un spa de lujo de 5 estrellas que ofrece experiencias de lujo infundidas con ricos minerales del Mar Muerto.
Ubicado en medio de hermosos jardines salpicados de lagunas, cascadas y piscinas privadas, Kempinski Ishtar cuenta con 345 habitaciones y suites divididas en dos secciones; el primero es el edificio principal en la parte superior del complejo, que ofrece habitaciones con vistas al mar, y el otro es el ‘Ishtar Village’ en el centro del complejo, que ofrece habitaciones agrupadas en edificios de poca altura.
Su restaurante Rehan, de cocina libanesa, es un renacimiento de la antigua Mesopotamia. Aquí, nos encontramos con una experiencia rodeada de rica historia y cultura. Una mezcla de sofisticación culinaria libanesa, bellamente inspirada con la epopeya de Gilgamesh en la elegante decoración de Rehan, revela una odisea babilónica y una experiencia gastronómica contemporánea como ninguna otra.
El talentoso chef libanés de Rehan y el gerente de restaurante se aseguraron que mi experiencia culinaria fuese auténtica y me llevaron de la mano a descubrir platillos originales, clásicos e infinitamente sabrosos. Una larga selección de mezzes fríos y calientes cubren la mesa en un festín de colores y exquisitos aromas.
Entradas exquisitas como Kubbeh frito con yogurt de ajo y nueces, el clásico arroz oriental Ouzi Bel con cordero y pepino, y mi favorito, el muhamarra de pimientos y chiles, son el comienzo de una aventura sensorial. También nos encontramos con exóticos platillos como el Shoshbarak, un tipo de tortellini con carne y coriander, el Jawaneh, que consiste de alas de pollo tostadas al carbón, y los camarones Osmalieh, empanizados con masa ‘kunaffa’ y salsa de granada.
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El impresionante Kempinski Hotel Ishtar Dead Sea se ha convertido en la dirección icónica que atrae a los huéspedes con la promesa de un esfuerzo incansable de proporcionar el mejor servicio en el punto más bajo de la tierra a las alturas celestiales del lujo.
