El Acueducto del Padre Tembleque fue nombrado Patrimonio Mundial de la Humanidad. Se conmemoraba así a la obra hidráulica más asombrosa del siglo XVI, un acueducto de casi 50 kilómetros de distancia que corre a lo largo de dos estados de la República. Hoy en día, la construcción, comisionada por el fraile franciscano que le dio su nombre para abastecer de agua a los indígenas de la región, ha sido restaurada y permanece orgullosa en el Estado de México e Hidalgo. La arquería principal se levanta a una altura de casi cuarenta metros, se extiende a lo largo de casi un kilómetro y se encuentra ni más ni menos que en el municipio hidalguense de Zempoala, cerca de la población de Santiago Tepeyahualco.
Zempoala
Los Arcos del Padre Tembleque es una auténtica maravilla arquitectónica que no tiene nada que envidiar, por ejemplo, a los acueductos construidos por los romanos en Europa. La impresionante obra hidráulica alcanza su máxima expresión en Hidalgo y, más concretamente, en Zempoala, donde se encuentra la Arquería Mayor, también llamada Arcos de Tepeyahualco por su proximidad con la población de mismo nombre. Pararse debajo del arco principal y admirar sus 39 metros de altura permite apreciar el poderío ingenieril que ya tenían en el siglo XVI.
Pero las sorpresas no terminan para los fanáticos de la arquitectura en Zempoala. Por un lado, se trata del municipio en el que comenzó la evangelización de Hidalgo. Por ello, no es raro encontrar en el territorio antiguos conventos tales como el agustino Ex Convento de Todos los Santos. Terminado en 1958, el edificio de estilo plateresco destaca por la asombrosa nave del templo principal, cuyo alto techo, coloridas cenefas y exquisitas pinturas lo convierten en un paseo necesario. También se aprecia la influencia agustina en La Picota, columna de piedra decorada con jaguares que servía como rollo: su función era marcar el límite entre el municipio de Zempoala y la desaparecida población de Zacuala. La Picota se encuentra en la Plaza Principal, al igual que la imprescindible panadería La Guadalupana, en donde se elabora el pan de queso con ajonjolí conocido como burras.
Por otro lado, el sur del estado de Hidalgo es tierra de haciendas pulqueras. Una de la más bellas se encuentra en el mismísimo corazón de Zempoala, donde don Cesáreo Enciso construyó la Hacienda Casa Grande. Aún hoy funciona como mesón y permite a los visitantes dar una vuelta por sus instalaciones y comer con vista a la Plaza Principal (previa reservación). También cuenta con un pequeño hotel y es posible rentarla para eventos privados.
Para llegar a Zempoala
Saliendo de la ciudad de México por la autopista Pirámides-Tulancingo (federal núm. 132). En la primera desviación a Ciudad Sahagún-Pachuca dar vuelta hacia el norte, rumbo a Pachuca; Zempoala se ubica a cinco kilómetros de ahí (y a 25 km al sur de Pachuca).