El terruño
El nombre Rothschild se ubica entre los primeros cuando hablamos de grandes vinos y su linaje llegó al Sur de América hace cerca de treinta años, donde desarrollaron su propiedad “Los Vascos” en un terruño seleccionado con características excepcionales en el Valle de Colchagua, Chile. Sobre este terroir Juan Pablo Mozó, Export Manager Latinoamérica del grupo Domaines Barons de Rothschild, destacó cuatro características principales:
1. Amplitud térmica ( hasta 25º diarios de diferencia entre el día y la noche).
2. Microclima (por su ubicación frente a la costa, rodeada de montañas).
3. Diversidad de suelos (en 4000 hc de propiedad, de las cuales 600 hc son de viñedo).
4. Abundancia de agua.
La viña y algo más
A lo largo de los años el equipo de Domaines Barons des Rothschild ha trabajando las viñas con minuciosidad y esperando pacientemente la madurez que ellos buscan para elaborar sus grandes vinos. De la misma manera han realizado un análisis profundo de las parras antiguas que se expresan en algunos de sus vinos más destacados como la cuvée LE DIX y Los Vascos Grande Reserve, a los que hoy se suma el Carmener Grande Reserve. Este vino es un excelente representante de la uva emblemática de Chile, sembrada en terruños ideales y trabajada con el savoir faire que representa a esta familia de tradición vitivinícola.
Una uva y su expresión
Para el lanzamiento de este vino en México, Saborearte platicó con Juan Pablo Mozó sobre la 
dedicación que la familia puso en elaborar este vino con lo mejor de la carmenere: “esta uva requiere de un gran conocimiento y trabajo para desarrollar todo su potencial, es una uva tardía que se cosecha cuando están por empezar las lluvias y todos los problemas que eso puede acarrear al viñedo. El grupo Rothschild se dio el tiempo de conocer muy bien la cepa antes de empezarla a trabajar y sólo después de 12 años de fórmulas lanzó al mercado este vino”.
Los Vascos Grande Reserve Carmenere proviene de tres distintos terruños y de una mezcla de viñas maduras de entre 15 y 18 años de edad con vides viejas de entre 30 y 40 años; es fruto de años de trabajo con el objetivo de obtener la uva en un perfecto punto de madurez obtenido a través del control de riego, un riguroso manejo de rendimientos, así como una cosecha selectiva. Este vino destaca por una fruta madura con aromas especiados como la pimienta que se redondean con un ligero aporte de tabaco y vainilla propios de la barrica. En boca es expresivo, elegante y sedoso con una acidez refrescante y un largo retrogusto.
Por: Karla Sentíes
