Desde el cine hasta la literatura, cada uno de nosotros podemos pensar en algún cerdo famoso. Animales increíblemente inteligentes que han inspirado estas historias o mejor aún, han sido partícipes en la ciencia médica, por sus similitudes biológicas con el ser humano.
Como podemos ver, los puercos han tenido un papel protagónico en un amplio abanico de ámbitos, pero ¿qué ha pasado en el campo de la gastronomía? ¿Por qué se les ha tachado de malos para la salud? ¿Realmente son tan dañinos para nosotros? Todas estas preguntas y más las responderemos a lo largo de estas líneas.
Historias de enfermedad
Por mucho tiempo estos animales han sido estigmatizados por transmitir enfermedades como la cisticercosis, triquinosis o fomentar el cáncer de colon. Algunas de ellas ocasionadas por la “poca higiene” de los cerdos. Sin embargo, esto es falso, ya que los porcinos por naturaleza son de los animales más limpios que puede haber, pero es culpa del trato humano y las malas condiciones en las que les mantienen lo que hace que se vean tan sucios.
La explicación detrás de su cobertura de lodo o tierra con la que tanto se pueden identificar es bastante simple: ellos no pueden sudar, por ende, usan esta capa como regulador de temperatura, por lo tanto no es que sean “cochinos”.
Ahora bien, es verdad que pueden transmitir estas enfermedades, pero solo si son procesados para consumo los animales enfermos o con malas condiciones higiénicas; una vez más es culpa nuestra que este mito médico ocurra, aunque con las condiciones adecuadas por nuestra parte, no tendría que ser así.
Beneficios más allá de la grasa
Otro de los cuentos que comúnmente se puede escuchar sobre estos animalitos, es que su carne tiene una cantidad elevada de grasa que dispara los índices de colesterol en la sangre. Un mito más, ya que si bien tiene grasas saturadas, se trata de un contenido bajo (2.4 g por cada 100 de producto) y en segundo plano, aporta grasas monoinsaturadas, lo que quiere decir que son de las grasas buenas, sí, de esas que ayudan a controlar los niveles de colesterol bueno.
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Pero lo bueno no se queda ahí, también es una de las proteínas animales más completas que podemos encontrar, ya que contiene altas cantidades de proteína, vitaminas y minerales que nos permitirían tener una salud, un tanto mejor (aunque tampoco es magia, también se deben cuidar porciones y hacer ejercicio).
El cerdo y su química
Adentrándonos un poco más en la química de un buen corte de carne, hablemos de las proteínas de alto valor biológico, mismas que aporta el cerdo una vez que lo ponemos en el plato; lo que estos compuestos hacen es propiciar el desarrollo muscular. Esto aunado al hecho que tienen pocos carbohidratos nos dice que es una carne idónea para las personas con dietas de pérdida de peso o atletas que buscan generar masa muscular.
Mencionando las vitaminas que contiene podemos encontrar: B1, B6, B12, niacina y riboflavina, nombres que seguramente hemos escuchado pero que puede no sepamos qué hacen. Bueno, pues la vitamina B1 es un regulador cardiovascular, lo que significa que ayuda al procesamiento de carbohidratos y a transformarlos en energía. Por otro lado la niacina y riboflavina nos ayudan a tener un correcto funcionamiento del sistema nervioso.
En el campo de los minerales tenemos: hierro, fósforo, magnesio, potasio y zinc, este último es el encargado de prevenir enfermedades cardiovasculares, así como participar en el mantenimiento de huesos y músculos.
Un producto apto para toda la familia
Claro está, que estos beneficios funcionan diferente dependiendo de la edad que se tenga, por ejemplo, cuando somos niños, la carne de cerdo nos ayuda al desarrollo cognitivo. Llegando al tiempo de más cambios y peleas, durante adolescencia, sus proteínas ayudan al desarrollo del cuerpo, generando músculos sanos. Ya con más camino recorrido, siendo adultos la vitamina B12 nos salva de problemas cardiacos y en las mujeres embarazadas esta misma vitamina ayuda al correcto desarrollo del bebé.
Como ven, el cerdo no es el malo de la película, al contrario, es un gran aliado que no hemos sabido aprovechar, por la mala fama que se le hizo, así que dejemos atrás los mitos y aprovechemos todo lo que este delicioso animal tiene para ofrecernos.
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