Chère Karla:

Los Jinetes del Apocalipsis –transformados en Pandemia- siguen dando golpes y dejando problemas, miseria en muchos casos y dolor, mucho dolor en todos los habitantes, no sólo de México, sino de todo el mundo. Vemos con tristezas cómo cientos de negocios están al punto de la quiebra y no encuentran solución posible.

Estamos viviendo en un tiempo negro, en un tiempo en que, como avalancha maligna, se precipitan todos los males: golpes a las empresas, despido de trabajadores, crisis, etc.

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Y yo, en lo particular siento en el alma lo que les está sucediendo a los que a la restauración se dedican. El lunes 18 de este mes tuvieron la posibilidad de abrir sus negocios del alimento. Pero son cientos de restaurantes, grandes o pequeños, a todos por  igual la Espada de Damócles se cierne sobre ellos. Y qué hacer para ayudar, aunque sea un poco: pues lo primero tratar de ir a estos sitios y sabemos que muchos de estos lugares ofrecen venta de comida para llevar. Eso es una buena solución. Pedir los platillos preferidos y sin entrar, pedir, y salir a nuestra casa con la comida del día. Otros restaurantes dan el servicio de entrega a domicilio. Sí, creo que eso lo podemos hacer. En ese caso este escrito es una invitación a todas y a todos para consultar los restaurantes que ofrecen esta buena solución,  y ordenar la comida que será llevada al hogar. Ojalá.

Y miren, amigas y amigos. Haciendo esta operación, ustedes pueden descansar de hacer todo en su cocina. Eso hay que tomarlo en cuenta. ¡Ayudémonos unos a otros! ¡Existen soluciones fáciles! Voy a insistir en eso: Cerca de donde ustedes residen habrá un restaurante, vayan y compren su comida y regresen a su hogar. Otros restaurantes han abierto y tienen lugares abiertos para recibirlos a ustedes, y ofrecen toda la seguridad sanitaria que las autoridades les han pedido observar. Esa es otra manera de ayudar. Podemos ir y si lo hacemos, también es una insistencia normal, debemos, en lo personal, cumplir con la sana distancia, con el cubre-bocas, con el lavado de las manos y todo lo que sea necesario para salvaguardarnos y salvaguardar a los demás.

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No hablaré de recetas, ahora, es tiempo de la solidaridad social. Es tiempo de pensar en tiempos mejores. Es tiempo de ver el esfuerzo que los restaurantes hacen para sobrevivir. Dije bien: sobrevivir. Así que la mejor “receta” de hoy, es pedir nuestros alimentos a los restaurantes que ofrecen esta solución. O acudir, si podemos hacerlo, a los restaurantes que tienen, como digo arriba, lugares estratégicos y limpios que ofrecen el estar bien cuidados.

¡Cuidémonos! En cuestiones alimentarias: ¡Pidamos nuestra comida en un restaurante! ¡Sentémonos en los restaurantes que tienen los espacios abiertos!

Carlos Bracho

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