Esta refrescante y ancestral bebida nació en antiguas civilizaciones de la mano de la capacidad de sembrar y poder fermentar de manera metódica, surgió gracias a que los humanos abandonaron su estilo de vida nómada, decidieron asentarse y en consecuencia, comenzar con la agricultura y cría de animales.
De manera específica, la domesticación de plantas como el trigo y la cebada fue lo que dio lugar a la producción de las primeras cervezas, que seguramente no eran nada parecidas a como las conocemos hoy en día, pero fueron las versiones que sentaron los bases para la que hoy podemos disfrutar.
México cuenta con una producción aproximada de 110 millones de hectolitros al año, con lo que se posiciona como el cuarto productor más importante y el importador número uno en el mundo desde 2010 (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
De acuerdo a censos de INEGI y ACERMEX, en el país consumimos un promedio anual de 60 a 66 litros per cápita. Lo sorprendente, es que esto solo nos posiciona en el décimo lugar en consumo a nivel mundial.
A pesar de que podemos encontrar en el mercado gran cantidad de opciones con ingredientes un poco extravagantes o raros, la base para la buena “chela” siempre será la misma, a partir de cuatro ingredientes que definen una de las bebidas más consumidas en el mundo: agua, cereal, lúpulo y levadura. A continuación hablaremos un poco sobre ellos para que conozcas la sencilla realidad detrás de la producción de esta bebida.
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Agua
La base de la vida y la cerveza, donde se mezclarán los ingredientes y después fermentarán. Aporta al cuerpo y consistencia.
Hay productores que deciden usar agua de manantial o de otras fuentes pero lo importante siempre será que, se encuentre limpia y potable para evitar la proliferación de organismos no deseados que pueden alterar el sabor.
Cereal
El perfil suele definirse gracias a este ingrediente, tras ser cultivado y recolectado los granos se someten a un complicado y delicado proceso llamado malteado, el cual consiste a grandes rasgos en el remojo, germinación, secado y tostado de los granos de cereal, dando como resultado la malta.
Dependiendo de las temperaturas y tiempos que se den en el proceso, resultará en distintas notas aromáticas lo quea su vez, originará diferentes estilos: de aquí que existan en esta bebida sabores tostados como caramelo, café o chocolate. Posteriormente la malta será la base de carbohidratos, es decir azúcares, necesarios para la fermentación.
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Lúpulo
El lúpulo (humulus lupulus) es una vid trepadora cuyo fruto del mismo nombre tiene forma de piña verde con “escamas”.
Su uso comenzó en monasterios de Alemania donde los monjes empezaron a usar variedades silvestres en el año 736. Este ingrediente es de suma importancia ya que aporta un amargor característico, junto con otras sustancias y aceites aromáticos, que ayudarán a formar y mejorar el perfil de la bebida: aromas cítricos, florales o herbáceos dependiendo de la variedad y lo más interesante, es que funciona como un antibacterial natural.
Levadura
Es el corazón de nuestra cerveza que ya desde la antigüedad se utilizaba, pero no de la misma manera. Las civilizaciones antiguas sólo dejaban que levaduras naturales (provenientes del ambiente) fermentaran sus bebidas, atribuyéndole a fuerzas divinas este proceso.
Poco después con avances en la tecnología se descubrió la existencia de estos microorganismos a los que llamaron “hongos de azúcar”. Con el tiempo se utilizó el término levadura y se comenzaron a desarrollar distintas variedades cuyo uso se determina dependiendo de los productos y/o estilos deseados.
En resumen, las levaduras utilizan un sustrato, en este caso la malta, para transformarlo mediante reacciones químicas en alcohol y dióxido de carbono dando como resultado el néctar embriagante favorito de muchos.
No importa cómo te gusta tomarla: helada, sola, como chaser de algún destilado o en maridaje con alimentos. Tampoco si es artesanal o de alguna marca famosa; ahora la podrás tomar sin miedo a sus ingredientes, ya que es uno de los productos que han acompañado a la humanidad desde tiempos remotos lo que ha devenido en procesos que no solo le han mejorado sino también diversificado.
Disfrútala como prefieras teniendo siempre presente el consumo responsable. ¡Salud!
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