Por Rodrigo Contreras

¿Conoces la historia del agave? Existe una leyenda prehispánica que nos cuenta que del amor nació el maguey.

Mayáhuel era una joven y hermosa diosa, tanto que su abuela, una anciana llena de rencor que buscaba evitar que el sol saliera para que nadie gozara de su luz, la mantuvo oculta del resto de las deidades.

La joven doncella tenía en su poder una planta mágica capaz de alegrar los corazones incluso de los más tristes. Por eso se encomendó a Quetzalcóatl que convenciera a Mayáhuel de entregar la planta a los humanos.

Convencer a una deidad de regalar su posesión más preciada no es tarea fácil, ni siquiera para el más heróico de los dioses, pero Quetzalcoatl no iba a darse por vencido, pronto entendió que la diosa, recluida por su abuela durante toda su vida, estaba ansiosa de conocer el mundo, así que le prometió mostrarle todos los rincones del mundo terrenal a cambio de que considerara otorgar la flor a los humanos.

pencas de maguey

Así fue como una noche, cuando su abuela se encontraba fuera de casa, Mayáhuel y Quetzalcóatl emprendieron el viaje al mundo humano, el dios le mostró a su acompañante las maravillas terrestres, de las montañas a los mares, de los insectos a las ballenas, y con cada paso que daban ella quedaba más encantada.

No pasó mucho tiempo antes de que los dos se enamoraran y se profesaran amor eterno, sin saber el terrible futuro que los esperaba.

La abuela, enfurecida por la huida de su nieta, envió a sus hermanos a buscarla. Perseguidos por oscuras criaturas, los amantes no tuvieron más opción que intentar engañarlos, y unidos por su amor se abrazaron y tomaron la forma de un árbol, entrelazando sus ramas. 

Cuando sus cazadores llegaron no vieron más que plantas y piedras, el corazón de la pareja palpitaba tan rápidamente que Quetzalcoatl pensó que el sonido los delataría, pero los perseguidores siguieron de largo.

paisaje de rancho con amanecer

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Pasaron un buen rato ocultos, abrazados, con miedo a ser descubiertos, aún cuando hacía ya tiempo que los tíos de la diosa se habían ido. Pero justo cuando estaban a punto de quitarse el disfraz, uno de los cazadores volvió sus pasos, pues a lo lejos había notado que un árbol en el medio del paisaje era diferente a los demás. Llenos de sospecha, los perseguidores se acercaron al árbol y arrancaron una de sus ramas, lo que dejó al descubierto a Mayáhuel.

Enfurecidos por el atrevimiento de la muchacha, los cazadores la despedazaron entre malévolas risas hasta que se cansaron y se fueron. 

Quetzalcóatl, que había observado todo, con lágrimas en los ojos, desde su escondite sin poder moverse, pues sabía que él solo no podría contra todos, volvió a su forma habitual y llorando recolectó los trozos de su amada que habían quedado esparcidos a sus pies, entonces, con profundo amor y dolor en su corazón los sembró en la tierra, y de los restos nació el maguey.

maguey

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Los Amantes

Esta es la leyenda del origen de la planta con la que se producen los grandes destilados de México, tal vez por eso los mexicanos seamos tan buenos amantes, como dos jóvenes motociclistas que, viajando sin rumbo por Tlacolula, se vieron obligados a refugiarse de la lluvia en una tienda de lámina. Para calentar sus corazones, la tendera les obsequió un trago de mezcal, y empapados de su magia, la pareja fortaleció su amor rodeada de magueyes.

Fue la historia de este par de viajeros la que inspiro el nombre de Los Amantes que, desde hace 15 años, ha producido mezcal artesanal de gran calidad en el municipio de Tlacolula de Matamoros en la región de los Valles Centrales de Oaxaca. El palenque se llama Rancho Cebú, y es en este lugar donde Amando, maestro mezcalero, -quien aprendió el arte de la destilación del maguey de su propia madre- junto con Tim, un joven ruso que llegó a Oaxaca para quedarse, enamorado de la gente, del campo, de la cultura y de la bebida local, han perfeccionado la fórmula para lograr destilados que van de los simple a lo complejo; como el espadín joven con triple destilación, que resulta suave y fácil de tomar en cualquier situación, así como el reposado, de tonalidad ámbar y notas amaderadas.

botellas de mezcal joven, reposado y añejo

Uno de los favoritos es el Ixcateco, el hijo pródigo de Amando, producido con pasión en un proceso ancestral tan apegado a la naturaleza que incluso la etiqueta está hecha con fibras de maguey.

Si quieres probar los diferentes mezcales que Los Amantes tiene para tí, no te pierdas la oportunidad de visitar la mezcalería en la calle de Ignacio Allende número 107, donde podrás disfrutar de una mágica bebida acompañada de la voz y la guitarra de Don Zenon.

También puedes encontrarlos en los restaurantes Terraza Los Amantes y Vaca Marina, así como en el bar Guajolote de oro, ubicado en la planta baja del hotel Los Amantes.

Y si no quieres salir de casa también puedes adquirirlos en línea a través de la página de Miscelánea Cebú

mezcal reposado

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Visita sus redes sociales para conocer más de estos mezcales.

IG: mezcalamantes

Fb: Mezcal amantes

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