Con apenas 27 años de edad Lluis Costa forma parte de una nueva generación de pasteleros españoles, que con su gran talento y espíritu se han ganado un lugar en el gremio de la repostería a nivel mundial.
Decidido, organizado, disciplinado, trabajador y sobre todo apasionado, es la descripción acertada del chef Lluis Costa, quien tiene ansias de comerse el mundo bocado a bocado pero de forma mesurada, poco a poco, auto superándose cada día y absorbiendo todo el conocimiento de aquellos que lo rodean. Sabor e arte tuvo la oportunidad de platicar con él durante la visita que hizo a México para impartir un curso de 5 días en el Centro de Artes Culinarias Maricú.
Dualidad perfecta
Concentración, técnica y perfección es lo que observan los pupilos de Lluis Costa mientras él convierte los ingredientes en mezclas; las mezclas en mousses, cremas, bizcochos, gelées o crocantes; y al final, cada elemento se empalma para formar un pastel. Definitivamente es una hermosa orquesta la que dirige este joven chef, quien responde todas las preguntas de sus alumnos pero siempre con los ojos puestos en el mousse de crema catalana que está elaborando.
Con un tono serio es como confecciona los pasteles, sin embargo una vez que los postres estuvieron listos, la seriedad quedó atrás y
la simpatía floreció. Así, nos contó que su pasión por esta profesión inició en la pastelería de sus padres. Con el paso de los años ese enamoramiento fue creciendo hasta que no pudo dejar de ver su vida envuelta en duyas, moldes, azúcar, chocolate, frutas y demás ingredientes, simplemente no podía dejar de pensar en la pastelería; por ello decidió estudiar profesionalmente, lo que le permitió estar a lado de Lluis Morera, Ferrán y Albert Adriá, Enric Rovira, entre otros.
La sonrisa no puede alejarse de su rostro cuando me explica que para ser pastelero la pasión es indispensable (en ese momento sus ojos se abren y brillan intensamente), la ilusión de trabajar diariamente es fundamental, y ser estricto y preciso con las recetas y las técnicas, es primordial: “Eso es de lo que se trata, de tener pasión y ganas de poder auto superarse, ya que en esta profesión si no tienes pasión, vamos mal”.
Para enamorar
A pesar de su juventud, Lluis Costa es metódico y su estilo de trabajo, impecable: “debo estudiar qué frutas tengo de acuerdo a la temporada; después reviso los frutos secos, aceites, chocolates o ingredientes que tengo durante todo el año y en cada estación, a partir de ahí creo mis sabores y la composición llega de cualquier parte, un edificio, la naturaleza, es un momento”.
Un Lluis simpático y relajado nos aconseja que para saber si un pastel es bueno debemos encontrar un punto ácido, uno amargo y otro dulce. Sin embargo, era momento de presentar los postres que durante 5 días se estuvieron cocinando, por lo que se colocó nuevamente el mandil y presentó una exquisita mesa de postres en la que panes, tartas, pasteles y chocolates enamoraron la vista y los paladares de todos.
