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El Vino una experiencia

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Hablar de vino es sinónimo de la historia del hombre y de los diferentes ámbitos que abarca: cultura, economía, estatus, salud, religión, relaciones sociales, emociones…

Es reconocernos desde nuestros orígenes e interpretar la evolución a través de las múltiples manifestaciones humanas. Se dice que una forma para conocerla cultura de un pueblo es a través de sus vinos.

Muchos autores, filósofos, artistas, científicos, se han involucrado con la cultura de vino y la han hecho suya y así han expresado…Galileo Galilei: “El vino es luz de sol bañada por agua”. Luis Pasteur: “El vino es la bebida más sana e higiénica”.Sin embargo, dependiendo del enfoque con el cual se aborde el tema, el vino es mucho más que el líquido contenido en una botella, como la “bebida resultante de la fermentación alcohólica completa o parcial de la uva fresca o del mosto, su graduación alcohólica no será menor a 9°”.

Podemos, por ejemplo, de manera puntual, analizarlo desde el ángulo mercadológico y estudiar las famosas cuatro “P’s”: producto, plaza, precio y publicidad o bien, las cuatro “C’s” correspondientes: consumidor, canal, costo y comunicación.

En este sentido, la percepción del vino por parte del consumidor, el posicionamiento mismo e inclusive su precio, son un conjunto de variables que participan desde: el empaque, la versatilidad de las botellas en diseño, cantidad y peso de la misma, color, forma, etcétera, la etiqueta y todo lo que conlleva en diseño, color, papel, la información contenida en ésta y en la contra.

El tema del corcho, la cápsula, el nombre del vino, su precio, su disponibilidad a través de una distribución estratégica y planeada conforme a todos los elementos, y obviamente las campañas mercadológicas y publicitarias para darlo a conocer y reforzar su imagen, a fin de desplazar el producto y crecer su concepto de marca, con todo lo que implica a nivel de calidad, sustentabilidad, etcétera.

Sobre este rubro están además, los intangibles, todo aquello que otorga valor al producto y satisface no solamente necesidades primarias y evidentes, sino deseos múltiples de pertenencia, seguridad, estatus, entre muchos otros más sofisticados.

 

Todo esto es el vino y al parecer, mucho más. Esta bebida milenaria, que existe según referencias bibliográficas y vestigios encontrados, 8,000 años a.C., es también actual, ya que año con año se reinventa, como producto vivo y cambiante.

La personalidad única de cada vino es reflejo de quienes lo elaboran y del entorno que lo produce. Es un espejo de la diversidad, riqueza y audacia de la naturaleza y la cultura.

El vino se hace desde el viñedo. Para entenderlo, es necesario apreciar el esfuerzo ,el amor y la pasión de quienes laboran desde el campo hasta la bodega para sumar la naturaleza, el suelo, el clima, los conocimientos, la experiencia, la tecnología y los elementos que ya cité, para acercarnos a esta bebida, desde una óptica diferente a la de simplemente degustar una copa. La personalidad única de cada vino es reflejo de quienes lo elaboran (vitivinicultores) y del entorno que lo produce (Terroir: tierra, clima, variedad de la uva).

Es un espejo de la diversidad, riqueza y audacia de la naturaleza y la cultura. El vino tiene además, al ser degustado por cada persona, la capacidad de evocar un sinfín de recuerdos, pensamientos, sentimientos…Disfrutarlo es una aventura al alcance de quien esté dispuesto a dejarse seducir a través de sus sentidos. Más que beber una copa, es vivir la experiencia de la naturaleza, del trabajo del esfuerzo y los sueños de muchas personas que participan en su elaboración.

El vino no termina su proceso cuando es liberado y sale a la venta. Concluye cuando un paladar lo disfruta, vive la experiencia y lo interpreta.

Sommelier, periodista especializada en mercadotecnia, gastronomía y vinos y coordinadora de Promoción de Vinos Mexicanos. Asociación Nacional de Vitivinicultores, A.C.

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Gaston Lenôtre

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Leyenda de la repostería no sólo en Francia sino a nivel mundial, Gaston Lenôtre nació en 1920 en Saint-Nicolas-du-Bosc (el corazón del Pays d’Auge). Desde los 15 años manifestó un creciente interés en productos de confitería y fue construyendo una fama bien fundada entre los pueblos de la costa que recorría en dos caballos que él mismo conducía para repartir sus creaciones.

Años después se casó y abrió una panadería en Pont-Audemer, entre París y Deauville. Ahí dio rienda suelta a su imaginación al inventar postres como macarons, mousses, charlottes y bavarois.

Su reputación fue creciendo y los clientes le demandaban mudarse a París, lo que hizo en 1957. En sólo dos temporadas su pastelería se volvió en el lugar de referencia de la excelencia.

Con los años, Gaston Lenôtre se convirtió en un venerado maestro y fundó su propia escuela que inauguró en 1971, que actualmente es la primera escuela francesa de formación culinaria y referente en la materia.

Gaston Lenôtre murió el 8 de enero 2009 a la edad de 88 años, tras una larga enfermedad en su casa de Sologne, donde se retiró con su esposa Catalina en los años 90.

Decía Gaston Lênotre que las pastelerías francesas se habían instalado en el conformismo y el conservadurismo; razones que lo motivaron a dar una vuelta de tuerca y con audacia crear para el mundo un sinfín de delicias.

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Xevi Ramón

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El panadero del siglo XXI, así se puede definir a Xevi Ramón, quien en 1991 tras terminar sus estudios y realizar prácticas en Francia, trabajó como asesor free lance de empresas en el uso de harinas, materias primas y maquinaria. De esta experiencia, aprendió a fondo las bases para obtener del producto la máxima calidad. Con estos conocimientos, se asocia con Marc Martí y fundan Triticum (Cabrera de Mar, Barcelona), “un negocio centrado en crear la panadería más moderna posible”, aplicando todo lo aprendido en Francia: “organización, limpieza, orden, seriedad y calidad”, como ha explicado el propio Ramón.

¿Sólo una panadería?, tal vez, pero si entre sus clientes han figurado restaurantes como elBulli, El Celler de Can Roca, Quique Dacosta Restaurante, Casa Gerardo, Calima…, el trabajo de Xevi Ramón adquiere otras dimensiones, pues su objetivo es modernizar la elaboración y comercialización del pan centrándose en la restauración más exclusiva.

En un inicio elaboraba panes pequeños, que lo situaron en el mercado por su excelente calidad y la variedad de opciones que ofrecían al restaurador. La elaboración consiste en un primer proceso de horneado de media hora en el obrador tras el cual los panes son sometidos a una congelación que permite conservarlos durante seis meses, facilitando su distribución a cualquier punto. Así, el restaurador se encargará de finalizar el proceso de cocción del pan.

Ahí no para la innovación. Recientemente Ramón creó Triticumdeluxe, con una nueva línea de productos: piezas de entre 350 y 800 gramos amasadas a mano, de forma absolutamente artesanal, con las que la empresa responde mejor al tipo de exigencias que plantean los grandes establecimientos culinarios españoles, cuyos requerimientos han dado pie, además, a la elaboración de panes personalizados, adaptados a los platos de sus cartas, que entran en el capítulo de la producción a medida de las necesidades del cliente. Actualmente la empresa trabaja en el diseño de una tercera línea de panes para bocadillos destinados a gastrobares.

Xevi Ramón ha afirmado: “Ya no somos sólo fabricantes de pan. En esta época de crisis, para mantenerse y crecer, hay que hacer muchas cosas y llamar la atención de los clientes”.

 

Timbal de foie gras, salsa de frutos con esencia de romer

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Edwar A. Cupul

Le Meridien Cancún Resort & Spa

Porción: 4

Ingredientes

Foie gras 650 gramos, cognac 15 mililitros, consomé de pato 500 mililitros, crema para batir 150 mililitros, mantequilla 35 gramos, aceite de trufa negra cantidad suficiente, sal y pimienta cantidad suficiente, láminas de mango 60 gramos, láminas de durazno 60 gramos.

Salsa

Fresa 100 gramos, frambuesa 100 gramos, zarzamora 40 gramos, vino tinto 35 mililitros, romero 8 gramos, azúcar 30 gramos.

Guarnición

Crujiente de phyllo con romero 4 piezas, lechuga frisée 60 gramos, bastones de cebollín 4, brotes de albahaca 15.

Procedimiento

Foie gras

Marinar el foie gras con el cognac, sal y pimienta, envolver en tela especial y cocinar en el consomé de pato. Enfriar. Posteriormente colocar en el procesador y poco a poco ir agregando la crema, la mantequilla y el aceite de trufa.

Con la ayuda de un molde en forma de cilindro agregar el mousse de foie gras, intercalando las láminas de mango y de durazno. Colocar en el refrigerador por 2 horas.

Salsa

Cocinar todos los frutos con el vino y el resto de los ingredientes, después licuar y colar fino.

Montaje

Colocar en el plato tres porciones de mousse, a un costado colocar el crujiente de phyllo con la ensalada mix. Salsear sobre el foie gras, decorar con el cebollín y los brotes de albahaca.

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Más allá del plato fuerte

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El principio del fin

Vivir una experiencia única alrededor de la mesa es una de las principales motivaciones de la gastronomía. Los diferentes momentos que componen esta armonía de sabores, aromas, charlas, encuentros son los que quedan guardados en nuestra memoria.

Alrededor de la mesa, filosofamos, debatimos, queremos transformar el mundo, se dan acercamientos, se reafirman amistades, surgen amores… En fin, se generan muchos de los grandes momentos que se vuelven eternos.

Y son esos grandes instantes los que suelen ir acompañados de la sutileza de los aromas del té, de la fragancia de una interesante y nutrida variedad de cafés, del dulzor de un digestivo que fusionados en boca con algún postre o chocolate dan principio al gran final de una experiencia gastronómica.

Para compartir la riqueza de cada uno de los componentes después del plato fuerte, Sabor e arte convocó a un distinguido grupo de expertos en cada una de sus áreas para compartir con el lector su conocimiento y el momento actual que se vive en relación al tema.

En principio, Abraham Bleier externó su opinión respecto a la separación que se da en algunos restaurantes entre la comida dulce y la salada, explicó que el creador del lugar puede ser un especialista en cocina salada pero no forzosamente en la dulce —o viceversa—. Por otra parte, cuando se plantea un restaurante no se suele desarrollar un área específica para hacer la cocina dulce, y evitar la contaminación de sabores y aromas que puede ocurrir. Disponer de una cocina especial, dulce, implica una inversión que incluye contar con un chef especialista; lo anterior, aunado a que la proporción de venta de la parte salada contra la dulce es elevada no justifica en muchos casos la inversión, por lo cual este tipo de establecimientos recurren a negocios como los de Joan Bagur, Luis Robledo o el mío —en un buen escenario— prefiriendo no meterse en complicaciones y comprar los pasteles, postres o como último elemento los helados. Esto es una realidad que dificilmente cambiara, muchos restaurantes no le dan el lugar debido al dulce que, para mí, es la despedida más importante de una comida junto con el café que es el complemento perfecto; es la sensación que se queda y el comensal lleva como regalo a su casa, es el perfume que sigue deleitando a través de la tarde o del tiempo que termina la comida.

Para Amelia Cal, directora de Nespresso en nuestro país: México es un mercado muy interesante, donde hay muchísimo para crecer por el enorme potencial que hay en el mundo gourmet. Comentó que Nespresso celebra 25 años desde que en 1986 lanzó en Suiza el concepto de cápsula. Nestlé quería llevar el mejor café del mundo y brindar la posibilidad de que en los hogares se pudiera beber café de altísima calidad. Llegar a eso requirió 15 años en desarrollar el sistema, investigando los diferentes tipos de café, cómo hacer las mezclas, conservar la frescura, extraer lo mejor de cada café. Actualmente Nespresso cuenta con una variedad de soluciones de café gourmet, pero sólo 1% de toda la producción mundial corresponde con nuestros altísimos criterios de calidad y sostenibilidad para proporcionar experiencias diferentes.

Joan Bagur, quien llegó de España hace 11 años a México, es propietario junto con María Teresa Ramírez Degollado de Artesanos del Dulce, sostuvo que una de las cosas más importantes es conocer el paladar de la gente, que varía de país en país e incluso dentro de una ciudad de un barrio a otro, para saber encaminar a los comensales, por ejemplo un pastelito se puede maridar con café, té, vino o incluso cerveza. También es fundamental conocer las tendencias actuales, una de éstas se orienta hacia la salud, y en nuestro caso utilizamos fruta natural, que en México hay de muy buena calidad. Hoy la gente se interesa, quiere conocer más; en los 11 años que llevo aquí he visto un cambio espectacular. Para mí una enorme satisfacción es que una persona me pregunte cómo combinar un pastel o postre, así compartes tu sentir y lo adentras en el mundo de las emociones, de los sabores… Sin embargo, consideró: gastronómicamente México no es un país de postres, en los restaurantes la gente no los consume.

Para Luis Robledo Richards, propietario de Tout Chocolat, uno de sus objetivos es promover la cultura de apreciar el chocolate, de manera similar a como se fomenta la cultura del café o del té. Respecto a lo que sostuvo Joan Bagur, Luis Robledo agregó: creo que conforme ha pasado el tiempo, han aumentado las porciones en la comida, lo que antes permitía comer entrada, plato fuerte, postre, un café y salir satisfecho; hoy es dificil pues ya en el plato fuerte estás lleno y lo primero que la gente desecha siempre es el postre. En México la gente no pide postres, en comparación con Estados Unidos o Francia donde casi 100% de la gente lo hace.

Pilar Meré, comunicóloga y mercadóloga, quien además es sommelier, se manifestó en desacuerdo con lo planteado por Joan: lo dulce siempre ha formado parte de la gastronomía mexicana, sin embargo creo que han cambiado las condiciones, los postres que hoy se pueden consumir en un restaurante tienen preparaciones diferentes al dulce tradicional mexicano. Por otro lado, en México el consumo del café o del té no era un tema importante, se acostumbraba el café y las infusiones con un sentido más medicinal, pero ahora se han situado en un nivel gourmet y como consecuencia tiene que haber mayor capacitación en el servicio, lo mismo que con el té o los destilados, en qué momentos se sirven, con qué postres se pueden sugerir. Lo básico es escuchar al cliente, estar atento de su comportamiento para saber qué está buscando.

En opinión de Abraham Bleier: los mercados han cambiado, anteriormente el comensal podía perdonar un servico deficiente por una comida extraordinaria o viceversa. Hoy quien no tiene buen servicio y producto está condenado a morir. Estamos frente a una mayor competencia y un consumidor más preparado dispuesto a probar complementos de una comida, como el café o el té.

El desarrollo de ese mercado exige experiencias nuevas, productos diferentes y de la mayor calidad, como es el caso de Theodor, representado en México por Rafael Higuera: traemos un té proveniente de muchas partes del mundo, mezclado y envasado en Francia, que constituye una marca premium con la idea de distribuirse en hoteles y restaurantes donde aprecien el té gourmet. Por supuesto que nuestra idea no es competir con el café o con los destilados, sino ser una alternativa para el comensal. TheOdor cuenta con 10 años, es una marca que tiene un creador atrás, lo cual hace una gran diferencia pues significa hacer mezclas con conocimiento; inició en París, hoy está presente en varias partes del mundo, maneja alrededor de 500 mezclas y en México aproximadamente 90.

También dentro de esa evolución, de esa búsqueda de nuevas sensaciones y experiencias, el chocolate cuenta con una destacada presencia. Al respecto Luis Robledo planteó: nosotros vendemos la experiencia de probar un producto que en México es difícil encontrar. Las tendencias dictan que hay que hacer cosas diferentes, evolucionar, yo trato de mantenerme en una línea más tradicional para tener un mercado más amplio. Veo al chocolate siendo utilizado de una manera más amplia sin olvidar que siempre se va a mantener en una élite a nivel restauración; es un poco como el café, un producto gourmet que lleva mucha tecnología, mucho tiempo de desarrollo, es un proceso caro.

En cuanto a si existe un orden o un patrón para disfrutar del té, café o digestivo, Pilar Meré sostuvo: es un tema de cultura pero también de transición, las personas de 45 años o más acostumbran el digestivo, la gente joven no, no está dentro de su entorno. Actualmente percibo que hay un error al momento de ofrecer café, té, postre, digestivo, hay un desorden espantoso, ni el comensal muchas veces sabe. En ocasiones el personal de servicio ofrece café y al final el postre. Es importante conocer, por ejemplo si ofrezco primero el digestivo que es muy dulce, es muy poco probable que el comensal pida un postre. Sobre este punto, Luis Robledo precisó: he trabajado en restaurantes con estrellas Michelin —Pierre Gagnaire y Le Pre Catelan—, ahí al terminar tu comida es un ritual que te lleven el postre, después el digestivo y finalmente el café. En mi caso, en Tout Chocolat sugiero no comer bombonería con café, porque la temperatura de tu boca cambia, pero tengo postres, galletas y otros productos que van fantásticamente con el café.

Retomando el sentido social de los gratos momentos alrededor de la mesa, Karla Sentíes apuntó: estamos hablando de maridajes, sabores, costumbres, pero como elementos fundamentales de un ritual, un ritual que merece ser procurado y que es nuestro mejor aliado, el momento después del plato fuerte, el que llamo el principio del fin. Debemos buscar cómo fomentar esos momentos en los que se platica sin conciencia del tiempo, se ríe y se resuelve el mundo, incentivar el ritual de disfrutar, degustar, platicar conlleva una importancia social.

Para propiciar estos momentos, Abraham Bleier aseguró: es muy importante ser selectivos con la información que transmitimos a nuestros clientes, no se debe saturar al comensal con datos que quizá no le interesen.

Pilar Meré abundó: nuestra obligación es orientar al cliente, guiarlo, ofrecerle, por ejemplo, un menú de postres, y no incurrir en errores como suele suceder con el vino cuando el personal de servicio apenas se sienta el cliente ya le está preguntando qué vino va a querer, cuando aún ni siquiera sabe qué va a comer; hay que presentar alternativas y ser estratégicos.

En el mismo tenor, Luis Robledo afirmó: nuestra filosofía es escuchar, hay gente que realmente quiere degustar un bombón nuevo; hay quien quiere una golosina porque se le antojó un chocolate con avellanas y nada más, es decir, unos van por un antojo y otros en busca de una experiencia, hay que saber trasmitir la información adecuada.

Finalmente, todos los panelistas coincidieron que para hacer más grata la experiencia de los comensales, uno de los puntos más importantes es aprender a escucharlos, lo cual no siempre es fácil.

Por su parte, Amelia Cal subrayó: el reto de la gastronomía es lograr que una comida sea inolvidable, transformar algo que muchas veces es fugaz en algo que sea disfrutado, que sea una excelente experiencia donde el café es fundamental para que el postre sea agradable.

Por último, Karla Sentíes reafirmó el compromiso de Sabor e arte de continuar creando cultura gastronómica. Al haber un mercado más conocedor se beneficia la gastronomía que puede ofrecer productos que quizá

antes no hubieran sido apreciados.

Fotografía Federico de Jesús

ESCRITO POR  Julio Chávez jchavez@saborearte.com.mx

Delicioso y benéfico

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La tradición de tomar café inició en el continente africano, donde se cosecharon los primeros granos de esta planta para ser convertidos en esta amarga y sabrosa bebida. Fue en El Cairo donde se abrió la primera “cafetería” en el siglo XI. Hoy en día, el café es uno de los principales productos en el mercado, y se hacen con sus variedades cientos de alimentos y bebidas; desde capuchino hasta helados y pasteles. Tomar café, más que una tradición, se ha convertido en una deliciosa experiencia, que además tiene muchos beneficios para la salud.

El principal antioxidante contenido en el café es el ácido clorogénico, el consumo frecuente de antioxidantes se ha asociado a disminuir el riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Tipos de café

El árbol del café pertenece a la familia de las rubiáceas y existen dos tipos de plantas de café: Arábica y Robusta. Cada una posee diferentes características, entre ellas de sabor, aroma. Conocer las diferencias entre los tipos de café puede ser útil para un cocinero, ya que elegir el tipo adecuado de dicho ingrediente será determinante para las características de un postre o platillo específico. A continuación se muestra una tabla comparativa entre el café Arábica y Robusta:

Beneficios para la salud

Antioxidantes: son sustancias que ayudan a retrasar el proceso de oxidación de las células, es decir, nos protegen del envejecimiento celular temprano. Los antioxidantes que se encuentran en el café se llaman polifenoles. El principal antioxidante contenido en el café es el ácido clorogénico, el consumo frecuente de antioxidantes se ha asociado a disminuir el riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Cafeína: es un estimulante del sistema nervioso, por ello su consumo moderado contribuye a mejorar la capacidad de reacción, nos ayuda a concentrarnos y retrasa la sensación de cansancio o fatiga. Consumo de agua: tomar café contribuye a incrementar el consumo de agua de la alimentación diaria. Sin calorías: cuando se toma café solo, carece de calorías por ello no contribuye a incrementar la energía a lo largo del día.

¿Qué es la cafeína?

La cafeína es una sustancia que se encuentra en los granos, hojas y frutos de más de 60 plantas, por ejemplo: café, té, yerba-mate y cacao (chocolate). El contenido de esta sustancia en un alimento depende de diversos factores, en el caso del café, depende del tipo de grano, del tostado y de la prepara- ción. Cómo se pudo observar en la tabla, el café robusta contiene un mayor aporte de cafeína que el arábica.

La cafeína es absorbida en el estómago y el intestino delgado y se distribuye a todos los tejidos incluyendo el cerebro. Su principal vía de eliminación es a través de la orina, después de 4 a 6 horas de haberla consumido.

Un exceso en su consumo produce efectos momentáneos como ta- quicardia (velocidad acelerada de los latidos del corazón), elevación de la presión sanguínea, ansiedad, dolor de cabeza, insomnio, irrita- bilidad, incremento de la diuresis (cantidad de orina). Si se consumen bebidas o alimentos con contenido de cafeína sin sobrepasar la canti- dad recomendada, se pueden evitar estos efectos.

¿Cuánto café es bueno tomar?

Cada persona tiene una sensibilidad diferente a la cafeína, algunos pueden beber mucho café y no sentir los efectos de dicha sustancia, y otros pueden incluso padecer insomnio por tomar tan solo una taza. Depende de la sensibilidad de cada persona el consumo máxi- mo de café o productos con cafeína por día. Sin embargo, un consumo de entre 3 y 5 tazas de café por día se considera moderado, los efectos positivos a la salud se han observado en personas que consumen dicha cantidad de café. En el caso de las embarazadas, se recomienda disminuir el consumo de café y limitarse a tomar máximo 2 o 3 tazas por día.

Consumo de la cafeína

El Instituto de Salud Pública recomienda una ingestión mode- rada de hasta 400 mg al día en adultos, esto es, si una taza de café contiene alrededor de 100 mg de cafeína (dependiendo si es soluble o descafeinado), se pueden tomar 4 tazas de café al día siempre y cuando sea la única fuente de cafeína durante ese día.

ESCRITO POR Karen Presbítero Carrillo     coa@saborearte.com.mx

El tokay

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El Tokay ostenta la primera Denominación de Origen del mundo: la clasificación de los viñedos de la zona comenzó en 1730 —26 años antes que el oporto y 120 antes que Burdeos—, y en 1757 un decreto real delimitó la región de producción.

Antes de a describir esta exquisitez, quiero mencionar dos hechos interesantes: el primero, que el gusto por lo dulce es universal en los mamíferos: hay experimentos en los que se agregan azúcares al alimento que ingiere un feto cuando aún está en el vientre materno, los cuales resultan en que… ¡come más! El segundo hecho es que, en la antigua Roma, cuando su incipiente enología ya presumía ciertos avances, los vinos preferidos eran los blancos, lo cual deja de sorprender cuando se aclara que todos eran dulces. Y, al igual que otras partes de Europa, fueron los romanos quienes comenzaron a cultivar vides en lo que hoy es Hungría.

La frase “Vinum regum, Rex vinorum”1 se atribuye a Luis XIV, el Rey Sol, si bien hay quienes disputan que se haya referido al Tokay y afirman que esta proclama estaba destinada para el oporto. Los estilos de ambos néctares son un tanto distintos, esto es una buena y obvia razón para que quienes aún no lo han hecho, realicen una cata comparativa.

Otro aspecto relevante del Tokay es que ostenta la primera Denominación de Origen del mundo: la clasificación de los viñedos de la zona comenzó en 1730 —26 años antes que el oporto y 120 antes que Burdeos—, y en 1757 un decreto real delimitó la región de producción.

Asimismo, una precisión es necesaria: Tokay es el nombre del poblado húngaro más cercano a la zona de producción de este néctar, y tokaji, en lengua magyar, designa al oriundo de Tokay. Para referirse al vino, ambos términos son correctos y se usan indistintamente. Tokaj es el nombre en magyar.

En cuanto a la región amparada por la DO, llamada Tokaj-Hegyalja, fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y se ubica al noreste de Hungría, abarcando una pequeña parte de lo que ahora es Eslovaquia; en los años posteriores a la era comunista, ha existido una serie de desacuerdos entre ambos países, derivados de la inobservancia eslovaca de los procedimientos húngaros de calidad, y el uso indiscriminado del nombre Tokaj para vinos producidos fuera de la región.

El tokaji es un vino botritizado, es decir, elaborado a partir de uvas que han sido deshidratadas, cuando aún están en la parra, por un hongo llamado Botrytis cinerea, lo cual resulta en una mayor concentración de azúcares y ácidos. Estas uvas se prensan para formar una pasta, en tanto que las uvas no botritizadas se procesan como cualquier vino blanco seco. Dependiendo del tipo de vino a elaborar (como veremos enseguida), se efectuará una mezcla de dicha pasta con el mosto o, en su caso, con vino seco, la cual se fermentará en pequeñas barricas de roble, ya sea destapadas o tapadas de tal forma que tengan contacto con el aire, a fin de que experimenten una crianza oxidativa.

Las variedades empleadas son autóctonas de la región, de las que la furmint es la más utilizada, por lo general mezclada con hárslevelű y, en menor proporción, con la moscatel amarilla. Las otras variedades autorizadas son la zéta, kövérszõlõ y kabar.

Existen diversos tipos de tokaji:
Los varietales secos, de los que algunos cuantos furmint llegan a México;
El Szamorodni, hecho con una proporción variable —en función del clima— de uvas deshidratadas y de vendimia tardía,3 lo cual resulta en vinos que pueden ser abocados, semisecos o semidulces (es decir, con contenido de azúcares de 20 a 90 gramos por litro), con contenido alcohólico de hasta 14%;
El Aszú, el tipo dulce que el resto del mundo asocia en automático con la palabra Tokay, del cual hay cuatro tipos, que se diferencian en función de su contenido de azúcar, que se mide en puttonyos. Un puttonyo era la medida tradicional, equivalente a una canasta de 25 kg de uvas botritizadas que se agregaba a una barrica de 136 litros de vino proveniente de uvas “limpias”, ahora utilizada para indicar el grado de dulzor, el cual va, en orden ascendente, de tres a seis puttonyos. Como es fácil imaginar, la complejidad de aromas y sabores se incrementa en igual proporción, al igual que… bueno, el precio. Desde luego, hay que considerar que los costos de producción son elevados, tanto por el escaso rendimiento (se da un kilo de uvas aszú por cada cinco de uvas “normales”), como el prolongado tiempo de crianza.
El Fordítás, elaborado trasegando mosto de uvas “limpias” sobre la pasta prensada de uvas botritizadas que fueron usadas previamente para producir aszú, los cuales se fermentan conjuntamente.
El Eszencia, una verdadera ambrosía, sumamente dulce, que se elabora con el escaso jugo que escurre de las barricas —vía un agujero en el fondo—, por el propio peso de las uvas deshidratadas, y que se fermenta hasta por cuatro años. En estricto sentido, no se trata de un vino, ya que el contenido alcohólico va de 1.5 a 6%. Sólo se puede elaborar en los mejores años, climáticamente hablando.
Un aspecto cardinal de la crianza del Tokay consiste en las condiciones de sus cavas, llamadas “tufa”, las cuales son subterráneas, mantienen una humedad prácticamente constante entre 90 y 95% y son el feliz hogar de un hongo, Cladosporium cellare, que recubre tanto a sus paredes como a las barricas, contribuyendo a mantener el nivel de humedad y es un factor clave, según se cree, para el peculiar carácter de estos néctares. Cierto o no, el hecho es que los Aszú se diferencian, sutil y a la vez claramente, de otros vinos nobles no encabezados,4 como los Sauternes, Monbazillac, Loupiac y St. Croix du Mont (hablando de Francia), así como de los vinos de hielo alemanes, austriacos y canadienses.
En cuanto al maridaje, en general, el tokaji lo comparte con estos últimos: si se trata de buscar elementos comunes, pruébelo con tartaletas de frutas blancas (durazno, manzana o pera), merengues o crème brûlée; y si se busca lograr un agradable contraste, fusiónelo con quesos azules o patés (en lo personal, no recomiendo el consumo de foie gras, puesto que, además de tener un precio muy alto para lo que ofrece, implica el maltrato de seres sensibles al dolor; salvo el foie gras “ético” que recientemente se está impulsando en España).
1 El rey de los vinos, el vino de los reyes. 2 Es decir, en presencia de oxígeno. 3 Uvas que se cosechan después de la fecha habitual, con lo que su contenido de azúcares es mayor debido a que éstos han tenido
más tiempo para madurar. 4 Encabezar un vino consiste en agregarle un alcohol vínico durante la fermentación, a fin de detenerla y así mantener un contenido

Por: Marco Miranda

 

Distinción Bohemia

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Por segundo año, Distinción Bohemia recorre el país en busca de nuevos talentos para reconocer la calidad, sofisticación, experiencia e ingenio de los chefs que con sus propuestas gastronómicas innovan en nuestro país. En esta segunda edición, Distinción Bohemia visitará restaurantes en el Distrito Federal, Mérida, Monterrey, Tijuana-Ensenada y Guadalajara.

El primer distinguido de este año fue Mario Espinosa, chef ejecutivo del restaurante Rosas y Xocolate, en Mérida, Yucatán, quien en conversación con Sabor e arte, comentó sobre su estilo gastrónomico: “mi trabajo incorpora mucho producto local, sin embargo soy del centro y trato de mezclar productos y téc-nicas de ambas regiones”.

Por su parte, Pedro Esquivel, director de Marcas Súper Premium de Cuauhtémoc Moctezuma afirmó que Distinción Bohemia “nació con el objetivo de participar en el mundo de la gastronomía con la cerveza y poner a Bohemia, en las grandes mesas ya que por su calidad permite explorar diferentes opciones de maridaje, pues creemos que es un mundo en el cual la cerveza debe participar. Ese es el sentido de Distinción Bohemia, posicionarnos en el mundo gourmet a través de los chefs, ellos pueden ser embajadores de nuestra marca, porque conocen las posibilidades que tiene la comida. Por otro lado, a través de este proyecto buscamos detectar nuevos talentos, ayudar a los chefs jóvenes, que muchas veces no salen de la cocina para ser reconocidos.

Fotografía: Another Company

El placer de tomar café

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Bastantes son las penas y los problemas que agobian a este nuestro globo terráqueo y claro, a nosotros los humanos que lo habitamos nos duele en el alma tal situación. Pues yo, en lo personal, para tratar de salir de tan embarazosas situaciones me dedico a leer, a escuchar música, a comer platillos suculentos, a cultivar la amistad y a tratar de hacer las cosas de la mejor manera. Y uno de los placeres imprescindibles es tomar café. Puede ser tomado en la mañana, a mediodía o en la noche, lo tomo cuando estoy solo, cuando estoy acompañado de una maravillosa mujer, o cuando charlo con un grupo amigos.

El café es imprescindible. Pero lo que yo quería comentar, Karla, es lo siguiente: resulta que en 1888, en Francia apareció un libro de consulta esencial Nuevo Cocinero Mejicano, y sobre el café dice: “El café es idolatrado por los verdaderos gastrónomos, porque les suaviza las fatigas de la digestión. Por lo general, el hombre que no digiere está triste… pero el café le vuelve la alegría… El café ensancha su corazón, inspira agudezas a su espíritu y enciende su imaginación. El hombre que tiene talento en ayunas, es un genio después del café. Por su influencia se abre y desarrolla la inteligencia más obtusa; la insensible se vuelve tierna y la belleza fría se anima; todo se transforma, y este es el triunfo del café”. ¿Cómo ves esta relación o mejor dicho, esta apología del café? Es acertada, es correcta y eso, dicho desde el lejano año de 1888 en la Francia —que de amores, comidas y creaciones sabe— confirma hoy lo que del café siempre hemos pensado. Y viene esto a cuento porque tengo una amiga —recuerda, Karla, mi condición de caballero, por eso el nombre no lo doy, bueno el nombre sí, el apellido no— llamada Marie. Con ella paso largas horas charlando sobre todos los temas que nos son caros: las novelas, los cuentos, la música de Wagner, las canciones de Jacques Brel, las pinturas de Caravaggio, de los platillos que nos dan el vigor para emprender los viajes de la mano de Cupido y de Venus, los vinos que nos ayudan en la ensoñación y nos impelen a buscar más detalles del cuerpo y del alma, de los licores que, como los besos profundos y llenos de pasión, nos dejan en la boca la sensación de estar libando cosas venidas del Edén.

Pues bien, esa tarde los platillos de la mesa fueron de festín apabullante, los colores, olores, sabores, las delicias de los quesos y la fineza ritual del pez y el tinto de Bordeaux, y el licor de naranja fueron los testigos, no mudos, de lo que los placeres de la mesa producen en dos enamorados. Nos pasamos a su estudio. Allí el olor había llenado todo el lúdico espacio: sí, el café expreso nos hacía guiños con su esencia que revoloteaba en el espacio, y luego tomarlo a pequeños sorbos —como caricias— y Marie y yo a mirarnos satisfechos y plenos de haber logrado, con la coronación de aquella reunión que la constituyó el café, que caliente pasaba por nuestras bocas incitándonos a emprender otras aventuras que nos llevaran de la mano a ir y caminar por los anillos de Saturno. Ah, qué aventuras intelectuales, amorosas, amistosas, sociales nos provoca el café.

Sí, chère Karla, qué razón tenían los predecesores históricos en beber café, qué razón tenía el emperador Soliman II, ya que durante su reinado, y en Constantinopla, el café fue la bebida que le daba sabor a las reuniones de los políticos y hacía las charlas de las damas de la Corte una ocasión para relucir y sacar el ingenio y ponerlo en la mesa, para deleite de todas y de todos. Pues sí, a beber café, a tomarlo con gusto, con ganas y con pasión. Sí, el café es corona de una charla, de un encuentro, de un fin de fiesta.

 

Por: Carlos Bracho cbracho@saborearte.com.mx

Limoncello: Joya de la costa de Amalfi

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El licor de limón o Limoncello es una bebida alcohólica muy agradable que tiene sus orígenes en la tradición campesina en la península de Sorrento. El responsable de esta delicia es el limón Sfusato, una variedad autóctona del litoral de Amalfi, que representa más que una simple cultura, pues ha sido, por lo menos los tres últimos siglos, el motor de la agricultura local. Además de ser un elemento integrante del paisaje, ya que el verde y el oro de los jardines son los colores dominantes de la costa, se puede decir que es un elemento de la arquitectura rural. El patrimonio de las variedades locales se debe al trabajo de selección en cientos de años del paciente trabajo de los campesinos de Amalfi; el más conocido es el Sfusato de Amalfi, un fruto oblongo, pesado, con un perfume único, también la Gloria de Amalfi, Limone di Maiori, Ovale di Sorrento, Limone di Procida. El Sfusato de Amalfi tiene orígenes en la época romana. Desde las ruinas de Pompeya, destruida por la erupción del Vesubio en el 79 d.C., precisamente en la Casa del Vergel, son sorprendentemente conservados algunos frescos que representan una planta de limones en la cual los expertos han reconocido los trazos característicos del Sfusato.

El Cytrus Limón destaca por la cáscara, la piel de este maravilloso cítrico nos permite obtener el conocido licor Limoncello. Ciertamente no tiene muchos años de estar presente en las mesas de los restaurantes, pero sí son décadas desde que se prepara, aún en casa, como aperitivo helado, digestivo y en pastelería, sin olvidar que puede acompañar un helado de crema. La cáscara arrugada es el ingrediente esencial de su afortunada producción. Así nace el Limoncello, de una receta sobria, genuina, enriquecida con agua pura, alcohol y cucharadas de azúcar. La preparación es simple pero escrupulosa: si se lleva al pie de la letra, en poco menos de tres meses, el tradicional licor estará listo para ser degustado como aperitivo y digestivo, antes o después de sus comidas.

La historia de este licor es rica en anécdotas pero el origen proviene de una parcela de pocas hectáreas en una de las costas más hermosas del mundo, la amalfitana. En esta población la producción de Limoncello ha sido trasmitida de generación en generación.

En Amalfi, algunos sostienen que el licor tiene orígenes antiquísimos, ligados al cultivo del limón. Todavía, como comúnmente pasa en estas circunstancias, la verdad es nebulosa y las hipótesis son muchas y sugestivas. Otros sostienen que el Limoncello era utilizado, desde la época de los sarracenos, por pescadores y campesinos en la mañana para combatir el frío. La verdad nunca la vamos a conocer, pero lo cierto es que este producto está presente en todo el mundo y conquistando el paladar de los más conocedores.

¿Cómo se puede hacer? Se deben elegir los limones con cáscara gruesa (el clima mediterráneo de esta costa garantiza el crecimiento de la perfumada piel). El primer paso es lavarlos con agua caliente y cepillarlos para limpiarlos de eventuales residuos de insecticidas. Siempre se deben preferir los frutos recolectados directamente de la planta. En una jarra con alcohol, se agrega la ralladura aromática (el alcohol debe ser de elevada calidad).

Reservar la jarra en un lugar oscuro y a temperatura ambiente, de esta manera continuará la maceración de la cáscara y la infusión tomará lentamente el aroma y el color amarillo.

Después, pasado un mes de reposo, la preparación prosigue, agregando una jarrita de agua y azúcar, llevado previamente a ebullición y más alcohol. La jarra cubierta se reserva nuevamente por otro mes. Pasado este tiempo, se filtra el licor y se pasa a botellas, retirando las cáscaras. Las botellas pueden ser puestas en un lugar frío. El resultado es un gusto único y aroma que da vida a este licor, sin agregar conservadores y colorantes, debe ser natural, porque la primera alquimia la recibió de la naturaleza.

ESCRITO: Antonello Cerutti