Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a la tradicional comida anual que celebra la visita del presidente de una de las bodegas más afamadas de la Ribera del Duero. Este año, los organizadores decidieron que los sabores frescos de la gastronomía peruana serían la mejor alianza para destacar la grandeza y excelencia vinícola de la región. En esta unión de propuestas se reflejó la diversidad cultural a través de la alta cocina del restaurante Taypa en Polanco bajo la dirección del chef Ernesto Slim Conchello y el buen maridaje mientras descubríamos cinco de las etiquetas imprescindibles de Bodegas Emilio Moro.
Con Javier Moro, presidente de Bodegas Emilio Moro, a la cabeza, los asistentes disfrutamos de una cata que reveló la perfecta armonía entre el arte del vino y una cocina sabrosa y reconfortante.
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Fusión de sabores y vinos
La experiencia comenzó con un Ceviche Clásico, cuya frescura resaltó la pureza de los ingredientes. Este plato encontró su complemento perfecto en El Zarzal, un vino blanco de la variedad godello de la D.O. Bierzo, fermentado a temperatura controlada y criado sobre lías en fudres de roble francés. De color amarillo pajizo, este vino se distinguió en nariz por sus notas de frutas blancas, como la manzana y la pera, junto a delicados toques florales y una sutil mineralidad. En boca, su acidez natural y la textura cremosa de las lías lograron un balance perfecto, resaltando las notas cítricas del ceviche y generando un maridaje vibrante y fresco.
Las Conchas Taypa, con una combinación de sabores marinos y una preparación cremosa y gratinada, fueron complementadas de manera magistral por La Revelía, otro godello de la bodega. Este vino, con gran potencial de envejecimiento, mostró en nariz aromas de frutas blancas y flores, mientras que su fondo mineral aportó elegancia y estructura. En boca, el equilibrio y la persistencia del vino intensificaron las notas marinas del plato, envolviendo cada bocado con su textura untuosa y compleja, creando un maridaje refinado y duradero.
El siguiente plato, Chaufa de Pulpo, con sus sabores umami y ligeramente picantes, exigía un vino con frescura y versatilidad. Elalba de Emilio Moro, el primer rosado de la bodega, fue la elección ideal. De color rosa salmón pálido, en nariz se reveló con aromas de frutas rojas, como fresa y cereza, acompañadas de sutiles notas florales. En boca, su acidez delicada y frescura lograron equilibrar los sabores intensos del pulpo, creando un maridaje armonioso y refrescante. Este rosado, elaborado con variedades tempranillo y albillo mayor, demostró su versatilidad al acompañar pescados y carnes blancas de manera impecable.
El Lomo Saltado, uno de los platos más robustos de la comida, requería un vino con cuerpo y carácter. Malleolus, un clásico de la Ribera del Duero, fue la elección perfecta. Proveniente de viñedos de entre 25 y 75 años, este tempranillo ofreció una experiencia sensorial intensa, desde su color rojo cereza profundo hasta sus aromas de frutas negras maduras, combinadas con especias y toques de roble. En boca, los taninos sedosos y estructurados del vino se integraron perfectamente con las especias y la jugosidad del lomo, creando un maridaje envolvente y duradero. Malleolus demostró ser el acompañante perfecto para platos de carne roja, elevando la experiencia a otro nivel.
El cierre dulce llegó con el postre de 4 texturas de chocolate, maridado con La Felisa, un vino ecológico y sin sulfitos añadidos. De color rojo picota, este tempranillo destacó por sus aromas de frutas rojas y negras, que añadieron un contrapunto afrutado a las notas amargas del cacao. En boca, sus taninos suaves y cuerpo equilibrado complementaron las diferentes texturas del chocolate, logrando un final redondo y memorable. La Felisa, con su perfil sostenible, es la opción ideal para quienes buscan vinos con carácter y respeto por el medio ambiente.
Un Testimonio de Tradición y Sostenibilidad
Además de disfrutar de una experiencia de maridaje inolvidable, los asistentes conocimos de primera mano la filosofía detrás de Bodegas Emilio Moro. Javier Moro nos explicó cómo la bodega combina innovación con respeto por la tradición y la tierra, destacando su compromiso con la sostenibilidad en cada paso del proceso de vinificación. Este evento demostró cómo la comida y el vino no son solo productos, sino grandes aliados a la hora de entrelazar culturas y tradiciones, además de ser una gran oportunidad para conocer a detalle estas cinco etiquetas. Cada uno de los vinos presentados demostró ser una expresión auténtica de la Ribera del Duero, con un estilo único que se adapta a diferentes platos y ocasiones.
Si aún no has tenido la oportunidad de conocer estas cinco etiquetas imprescindibles de Bodegas Emilio Moro, esta es la ocasión perfecta. Desde la frescura de El Zarzal hasta la potencia de Malleolus, cada vino refleja el compromiso de la bodega con la excelencia vinícola y su capacidad para elevar cualquier experiencia gastronómica.
Descubre más sobre esta vinícola siguiéndolos en sus redes sociales: @bodegasemiliomoro, o visita su página web en www.emiliomoro.com. No olvides pasearte también por el perfil de Taypa para conocer más sobre sus propuestas en taypa.restaurante.
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