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Carlos Bracho

Platillos literarios y La Lujuria del Gourmet en Nayarit

CHÈRE KARLA: En el mes de junio  -del 9 al 12- se celebró el Festival Letras en Tepic. Es una fiesta en donde brilla la...

Sevilla: La fiesta del buen comer

Chère Karla: Qué rápido vuelan los días, qué velocidad imprime Cronos a su marcha interminable. Sí, ya se fue el frío, ahora el calor de...

En honor a la tierra de Pellicer

CHÈRE KARLA: Mi amiga María Cristina me citó para que yo estuviera puntual a las 2:30 pm. En su hacienda poblana que queda cerca de...

¡Viva la vida, el queso y el vino!

Chère Karla: Bueno, ahora ya estamos en nuestra revista en la era moderna: sí, ya vamos a salir en el mundo digital. Así que aquí...

Una noche de Jerez

La región de Jerez, en el sur de España, es única en el mundo por su particular tradición vinícola. Sus vinos son reconocidos a...

Renovarse o morir

Y esa —renovarse— ni más ni menos es una razón poderosa para estar presente en el ritmo endiablado que el mundo de las fibras ópticas, la HD, los satélites y los iPads, nos impone a todos por igual, o sea, hablando en plata: RENOVARSE O MORiR. Suena feo pero es una rotunda verdad.

El ritual de una parrillada

Era un sábado soñoliento. El reloj estaba a punto de sonar indicando que faltaban quince minutos para el mediodía. El sol no estaba exasperado. No. Era en ese momento un sol brillante pero algunas nubes calmaban un poco el calor. No había nada qué hacer. No había que arreglar la fuga de alguna de las llaves del baño ni lavar el auto ni regar la plantas ni mucho menos barrer el patio. Me disponía entonces a sentarme en mi sillón preferido y empecé a buscar un libro de Sir Arthur Conan Doyle. Entré a la cava para servirme un whisky de malta y me disponía a arrellanarme y gozar de las aventuras de Sherlock Holmes y entre trago y trago del whisky escocés, encendería mi habano Romeo y Julieta. Plan idóneo. Plan

De la maceta a las mesa

La noche era más bien algo fría. Pero ese frío que agrada, frío que te hace sacar de la cava tu mejor vino tinto o, como en esta ocasión, como se verá enseguida, el mezcal de Oaxaca era la bebida ideal para acompañar los comestibles.

Nierman y la gastronomía

En la mesa varios platillos nos guiñaban sus ojos comestibles, y todo este banquete servido —por tratarse todavía de los 200 y los 100...

El placer de tomar café

Bastantes son las penas y los problemas que agobian a este nuestro globo terráqueo y claro, a nosotros los humanos que lo habitamos nos...