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Delicia minimalista, Sake Sushi Bar

Julieta Cruz
Julieta Cruz
Gastrónoma y doctorante en Comunicación con especialización en vinos por la EMS. Investigadora en periodismo enológico y gastronómico en Ciudad de México, basada en teoría bourdiana, con fundamentos en Sociología y estudios de periodismo. Disfruta entrevistar y difundir la valiosa labor de quienes hacen posible nuestra gastronomía, única y viva en cada ingrediente, sabor y experiencia a la mesa.

No sé ustedes, pero últimamente asistir a una barra de sushi es una de esas cosas que se están volviendo de mis andanzas favoritas. Siempre me ha gustado el sushi y, si bien no he tenido oportunidad de visitar Japón para sumergirme en una experiencia total, mientras lo seguiré haciendo en la ciudad hasta que pierda el gusto por el pescado crudo y por la sencillez de esta cocina que cautiva con la excelente calidad de sus productos –cosa que dudo mucho que vaya a pasar–. 

Esta vez la experiencia culinaria la viví en Lomas de Virreyes, una de las zonas ejecutivas del poniente de la ciudad. Se trata de Sake Sushi Bar, una barra que se halla en el nivel -1 de Qúbica Lomas, que además de nombrarse como una de las más grandes de la ciudad, cautiva con su entorno minimalista atrae a sus comensales. Tienen algunas mesas al exterior pero aquí la recomendación es sentarte a la barra y dejarte llevar por la experiencia al observar la preparación de los alimentos y que, si te invade la duda por conocer algún proceso, el origen de algún ingrediente o de las técnicas en general, puedas preguntar al chef sin reparo alguno. 

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Nos decidimos por un menú omakase, que comenzó con un poco de sake frío y unos edamames al vapor con un poco de ponzu para salsear a gusto. En ese momento llegó el  chef Miguel Ángel Gómez quien nos dió la bienvenida, se presentó ante nosotros, nos preguntó por alergias para preparar un menú adecuado a nosotros. 

También llegó una sopa miso que fuimos tomando al mismo tiempo que admirábamos como se rebanaba el pescado frente a nosotros para darle vida a nuestro siguiente plato: un sashimi que combinaba atún magro, lobina y salmón, todo sobre un poco de rábano en fideos y wasabi. 

Seguimos con una probadita de sus tempuras: berenjena, elote y huauzontle acompañados de mayonesa de rayú y un poco de sal de shichimi. Captó nuestra atención que se trataba de vegetales no tan comunes en los tempuras, pero que funcionan perfecto. El elote fue nuestro favorito. 

Continuamos con una serie de nigiris: kampachi (jurel) con gelatina de yuzu con aonori; akami (atún magro) con poro frito; sake (salmón) con salsa miso y perlas de arroz; ika (calamar) con ralladura de limón amarillo y sal; hotate (callo de hacha) con mantequilla y salsa dulce; sawara (sierra) con jengibre encurtido.

Cada una de las atinadas combinaciones nos deleitó con la frescura de los ingredientes y  nos dejó con ganas de seguir con más. Por lo que también arribaron cuatro nigiris más, los especiales: el de chutoro (atún semigraso con salsa de trufa negra italiana); de totoaba con tobiko; la trilogía de salmón (filete, hueva, piel) con un aderezo de wasabi con ajo y el de softshell tempurada con aderezo de rayu (aceite picante japonés y toque de mayonesa). Todos estos nigiris una delicia: sino destacaban por la franqueza de sus ingredientes, lo hacían por la frescura o por la acertada combinación. ¿Nuestro favorito? Sin duda el de chutoro, aunque la verdad es que todos tenían lo suyo.

Un par más de delicias para completar fueron los handrolls: uno de atún magro, nabo y ráno encurtido; así como uno de anguila de río con salsa dulce. Deliciosos y refrescantes aunque bastante completos para cerrar el menú. 

El cierre final lo dimos con un postre delicioso que se acabó frente a nosotros: un matcha brûlée –que hemos de decir que ha sido uno de los postres más ricos que hemos probado con este té– y que además, se le ralla un poquito de chocolate blanco que le va perfecto. 

Así que si lo que estás pensando es consentirte y seguir explorando lugares al estilo japonés, no te pierdas de esta gran opción. Recuerda también que si no eliges el omakase puedes decidirte por algunas alternativas entre su menú de nigiris, makis, handrolls, ensaladas, sopas, tempuras y sashimis; para que así halles la creación con la combinación única de texturas y sabores que más te plazca. Aquí te dejamos sus datos para que te animes: 

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¿Dónde?

Volcán 150, Lomas de Virreyes, CDMX

Tel: 55 1140 3953

IG: sakesushibarmx

FB: Sakesushibar
Web: https://www.sakesushi.mx

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