De acuerdo a la revista Time, los avances científicos recientes descubren una forma más simple para comer más saludable, que se resumen en los siguientes principios:
Dar menos importancia a la proteína
El énfasis en los alimentos enriquecidos con proteína y los suplementos de la misma es injustificado.
De acuerdo a Marion Nestle, profesora de nutrición de la Universidad de Nueva York, las personas que consumen suficientes calorías con seguridad están cubriendo sus necesidades de proteína.
Por otra parte, Valter Longo, Director del Instituto de Longevidad del Sur de California, informa que el exceso de proteínas puede contribuir al envejecimiento, ya que son los aminoácidos los que regulan las dos vías metabólicas mayores de este proceso.
El tipo de dieta no importa, siempre que enfatice alimentos sin procesar.
Ante el surgimiento de la moda de adoptar dietas como la Paleo, Mediterránea, Vegana, baja en grasa y otras, se ha comprobado que lo que realmente importa es consumir alimentos con el menor proceso industrial posible y enfatizar vegetales, granos enteros, leguminosas, nueces y semillas.
El nombre de la dieta no es tan importante, si no encontrar nuevas maneras de comer más saludable.
Lo importante es el alimento, no el nutrimento.
El investigador de la Universidad de Cornell, Jonathon P. Schuldt, encontró que las personas piensan que consumir suplementos de omega-3 los protege mejor de las enfermedades que comer pescado, el cual es una excelente fuente de este nutrimento.
Este investigador opina que es mucho mejor consumir los nutrimentos en su contexto natural, y por otra parte, que no es necesario consumir “super-foods” en particular, que si bien no hacen daño, es posible encontrar alternativas más económicas con las mismas características, por ejemplo, el açai no es necesariamente más nutritivo que otras moras.
Mejora tu dieta instantáneamente.
La fibra es sin duda el menos glamoroso de los nutrimentos, sin embargo los científicos han encontrado que las poblaciones africanas con un alto consumo no padecen enfermedades occidentales.
De acuerdo al Dr. Justin Sonnenburg, profesor asociado de Microbiología e Inmunología de la Universidad de Stanford, la fibra es alimento para la flora intestinal y al 
consumirla nuestras bacterias producen ácidos grasos de cadena corta que se absorben en la sangre, los cuales ayudan a regular la función inmune y reducir la inflamación.
La calidad de la flora intestinal de una persona influye en su riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y algunas enfermedades autoinmunes, y puede mejorarse al aumentar el consumo de fibra.
Evita alimentos y bebidas de cero calorías.
Se ha descubierto que los endulzantes no nutritivos activan de manera más intensa los receptores de satisfacción del cerebro que el azúcar regular.
De acuerdo con Sara Bleich, profesora de Políticas de Salud de la Universidad John Hopkins, esto conlleva a desensibilizar los receptores de manera que ya no detectan el consumo de energía.
Lo anterior influye de manera permanente en el control del apetito y se ha comprobado en pacientes obesos:
aquellos que regularmente consumen refrescos dietéticos consumieron más calorías totales que aquellos que bebieron sodas regulares con azúcar.
Fuente:
Sifferlin, A., Oaklander, M., & Park, A. (2015). The New Food Rules. Time, 186(27/28), 145-149.
Conoce más en: www.recetasmoleculares.com.mx
