Recientemente asistimos a una exclusiva comida para medios e invitados especiales con motivo de la presentación oficial de Tequila Kypros.
El Restaurante Sonia, una vez nos abrió las puertas de su espacio, en donde el chef Edgar Delgado se encargó del diseño un menú especial navideño que maridara a la perfección con las notas de los diferentes tequilas de Kypros. Nada mejor que un lugar con pasión por la comida para adecuar un menú exacto a las necesidades de un tequila de lujo.
Por su parte, nuestra directora Karla Sentíes, fungió como embajadora de la marca, así que a través de su experiencia y conocimiento gastronómico nos llevó de la mano durante la comida para conocer a fondo cada una de las características del Tequila Kypros, de los agaves de al menos 6 años que dan origen a este espirituoso, del clima y las regiones específicas de dónde proviene. En otras palabras, exploramos el terroir en donde Kypros nace.
Además, conforme fue avanzando la convivencia, Karla nos explicó cada uno de los pasos que se requieren para transformar las plantas de Agave tequilana Weber en el destilado más representativo de México: así se habló de la jima, la cocción, fermentación, destilación y crianza como los pilares fundamentales en la elaboración de esta bebida.
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Delicias y elegancia destilada
Luego de unas palabras de bienvenida por la representante de Kypros, comenzamos con uno de los menús con mejor maridaje que hemos probado. Recordemos que en Sonia -así como en cada uno de las propuestas de Grupo Lunfardo- brindan experiencias gastronómicas francas y respetuosas, sin pretensión pero que generan una emoción, ya sea porque el visitante recordó algún momento de su vida, a alguna persona o porque tuvo un placer gastronómico inolvidable. Así es Sonia, un espacio que rinde homenaje a las recetas caseras de la abuela, con un toque internacional y contemporáneo en platillos que llegan al corazón, porque recuerdan al sabor de hogar con un acento sofisticado.
En esta ocasión para abrir apetito arribó a la mesa un amuse bouche que consistía en una tostada de baguette de masa madre con un delicado tartar de lubina y yuzu kosho (pasta fermentada de pimiento, yuzu y sal) con un poco de cilantro, puré de aguacate, y semillas de mostazas fermentadas. Para este bocado de bienvenida, el maridaje lo ofreció un coctel Kypros blanco con vainilla, vermouth bianco y un pincho de aceituna rellena de jamón serrano. Una combinación simplemente sensacional.
Una mancuerna que también se hizo visible durante el evento, fue ofrecida por Latin Hotel a través de cristalería especializada Spiegelau para apreciar los sabores del tequila en su máximo esplendor.
Un segundo momento con Kypros blanco que nos permitió degustarlo puro, fue acompañado por un tamal de frijol con ensaladilla y salsa macha. Un plato muy mexicano que en combinación con este tequila joven permitía explorar un destilado en un estado primario que se expresa sincero, sin defectos y con gran calidad como resultado de procesos bien llevados a cabo. Así como Karla lo mencionó, “Kypros blanco es el alma desnuda, es la expresión de la tierra y el agave”.
El chef Edgar Delgado, también nos acompañó un momento a la mesa durante la presentación del segundo tiempo, para explicarnos la combinación de sabores en el plato fuerte para maridar con Kypros reposado, un tequila de que descansa durante tres meses en barricas de roble francés (que previamente contuvieron cabernet sauvignon de Napa Valley) con un perfil especiado pero un cuerpo untuoso y buena potencia. Su aroma a madera es equilibrado con su notas a melón, mantequilla, manzanilla, vainilla y pimienta fresca. Por estas características, unas albóndigas de pato con mole negro a base de chilhuacle negro tatemado, terminado con puré de plátano macho y algunos blueberries frescos (para hacer un contraste de sabor entre notas ácidas y dulces con la complejidad de la salsa), fueron ideales para acompañar al destilado, lo que resultó en un maridaje único. Al momento, se ofreció un poco de pan de la casa recién horneado en Almacén de Pan, así como un poco de arroz blanco como acompañamiento.
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Con notas limpias y frescas, se ofreció un entretiempo delicado con fruta de temporada para limpiar el paladar. Guayaba con granizado y pingüica, fue una pequeña delicia de notas cítricas y tropicales que, por insignificante que parecía, jugó un papel esencial para cambiar de un plato muy consistente a un postre delicado.
El maridaje final fue un apapacho al corazón no solo por los sabores que evocaba un postre tan clásico como lo es, el flan de vainilla y caramelo, sino también por el sello enmarcado por los toques de Sonia como lo fueron un pequeño mazapán de cacahuate y el salseo de chocolate tabasqueño; no obstante, la combinación con las notas tostadas de tequila Kypros añejo, se logró conseguir una explosión de sabores única y elegante.
Este último tequila de la marca -pero no menos importante- pasa por barricas de roble americano (derivadas de uso previo de whisky escocés), responsables de aportar una bella tonalidad ambarina satinada por matices cobrizos, denota un perfil aromático muy complejo a frutos en conserva, madera, cuero y tabaco, cacao, almendra tostada, caramelo, canela, mantequilla avellanada, plátano y manzana. ¡Un deleite hasta la última gota!
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Así fue que esta excelente cata maridaje llegó a su final, no sin antes demostrar que Kypros es un tequila que se presta perfecto para acompañar estas festividades por su gran elegancia y calidez, ya sea en su forma pura en cualquiera de sus variedades o bien, al utilizarlo con versatilidad en un coctel o hasta servido en las rocas para refrescar el trago. Así que no importa cuál sea tu gusto, optar por tequila Kypros estas fiestas, será un gran acierto.
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