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Día de muertos al estilo de Carlos Bracho

Carlos Bracho
Carlos Brachohttp://www.carlosbracho.com
Carlos Bracho. Actor de cine, TV y teatro. Fotógrafo y político. Miembro fundador de SOGEM, escritor y editor. Miembro fundador de “Leo, luego existo”, del INBAL.

Chère Karla:

En este mes de noviembre se practica el culto a los muertos, hecho que tiene una larga historia en todo el mundo: aquí, en el México antiguo, los cementerios aparecieron entre los años 1500 y 1400 (antes de nuestra era) y era común en Mesoamérica que la ofrenda funeraria que se compusiera de agua, comida, figuras de barro e instrumentos de trabajo. Y citaré sólo estas regiones para ver lo que hacían los habitantes de esos lugares para estas conmemoraciones. Lo propongo así, dado que en todos los espacios mexicanos las celebraciones tienen algo en común:

  • Atoyac de Álvarez, Gro. Desde el 1 de noviembre, la gente acude al cementerio con dulces, ofrendas florales, velas, y alimentos. Las lápidas las arreglan con flores, y les rezan a sus seres queridos. 
  • Comitán, Chis. La gente llega al panteón con la comida tradicional para estos días y con ofrendas florales. Sedanza y se toca música para acompañar a las personas que rezan en los altares. Los alimentos se comparten con los visitantes de otras tumbas.
  • Huejutla, Hgo. Se prepara desde el 31 de octubre la celebración para los niños, “los angelitos”, y el primero y dos de noviembre hay tamales para los difuntos adultos. También se da el baile de Xantolo: (del náhuatl y significa fiesta de las ánimas) a la luz de las velas por grupos de bailarines enmascarados. Los tamales son compartidos con los “difuntos” y las familias que conmemoran este hecho.
  • Janitzio, Mich. En la noche de muertos que se da en este lugar, hay tres cantos que entona toda la población, en ellos se habla del descanso eterno del alma y de la separación de ésta con el cuerpo. Los altares se adornan con flores, medallitas, veladoras, pescado fresco, carne de cordero en chile rojo, asadas de moritas, naranjasjícamas, papaya, elotes con chile verde. Vivos y difuntos cantan y comen. 
  • Miahuatlán, Oax. Allí, las ofrendas se preparan los días 1 y 2 de noviembre para recibir a los espíritus de los que ya no están. Se elaboran olorosos alimentos para los “angelitos” y los “adultos”. En los altares se encienden velas y frente a ellos se corean oraciones. Con el respeto y con los sentimientos a flor, aparte de los ritos que en estas ocasiones en todo México tienen efecto, yo, chère Karla, te digo que ya estoy preparando lo necesario para el altar que le dedicaré a quienes ya no están y para hacerles un sentido y amoroso rito, estaré listo con el molcajete y el comal para las ofrendas culinarias. Y aunque de lo citado no haya un buen maridaje con el vino tinto. Yo, que a los tintos les tengo una apreciación, sacaré mi Beaujolais Nouveau y… ya no te digo más, chère Karla. Y, adelante, qué mejor para el éxito en la cocina, que tomar como ejemplo algunas recetas de las que aquí hago mención: pescado fresco. Carne de cordero en chile rojo. Asados con salsa morita. Naranjas, jícamas, papaya, elotes con chile verde. Y en Chiapas es popular el:  Huacasis caldu: carne de res, repollo, pasta de achiote, cebolla, jitomates, agua, sal.

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Ahora bien, voy a proponer unas viejas recetas caseras para su preparación.

  • Pescado fresco:  Se muelen cominos y ajo tostados, se deslíen en un poco de agua con sal, se les echa aceite, vinagre, orégano y pimienta molida. Se pone el pescado fresco y se deja cocer a dos fuegos (en la parte de abajo y de arriba de la cazuela). Se le pueden añadir aceitunas y alcaparras. 
  • Carne de cordero en chile rojo: Cordero, manteca, chile colorado seco y molido, ajo, vinagre, sal. 
  • Asados con salsa morita: Jitomate, cebolla, ajo, chile morita, costillas de cerdo. Elotes con chile verde: Elotes asados, chile serrano, sal, mantequilla. 
  • Y las jícamas, y las papayas y las naranjas, como usted las quiera preparar.  A las jícamas le puede poner unos chilitos rojos, secos y molidos, sal. 
  • Tamales: Como sabemos los hay de dulce, de chile y de manteca. A la masa de maíz se le puede poner, carne de res, de pollo, de cerdo. Se usa manteca, chiles serranos, chiles verdes, chiles chipotles, jitomates, cebolla, mole. Para los de dulce, azúcar, piloncillo y sabores agregados de piña, de arándanos, de plátano, etc.

Y como siempre lo digo, de nosotros es sabido que, en cada lugar, en cada estado de nuestra república, las cocineras le quitan y le ponen y le dan los toques culinarios a los platillos que los hacen distintos en su forma, sabor y contenido a los de otros lugares. Y, chère Karla, en el mundo occidental y en donde se practique, en la doctrina católica, al morir una persona su alma va al cielo, al purgatorio o al infierno. En contra parte, en el mundo prehispánico el alma iba a un lugar que se determinaba por la manera en la que moría. Pero no existía para ellos el infierno. Era el Tlalocanallí no había algún dolorHabía de sobra mazorcas de maíz, jitomates y frijoles. Y como lo he apuntado líneas arriba, el recordar a los seres queridos, a los familiares que se han ausentado físicamente, les debemos guardar cariño, respeto. Pero también, como dicen los sabios que hay en el mundo, la vida sigue, la vida debe continuar. Y debemos de hacerle la fiesta a diario. Y la mejor manera de vivirla bien, es nutriendo nuestro cuerpo con las dádivas que la naturaleza nos ha puesto en la mesa. Y, en relación con esta fecha, que el altar les quede bien hecho y así sus seres queridos que ya están en otros lares, cuando lleguen, vean que pusieron en él todo su cariño.

Que el bien nos llegue.

Carlos Bracho

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