Tus ojos son los cristales azules de las aguas ibicencas que se perpetúan en el cielo mientras caminas hacia la playa y el roce de la hierba fresca cosquillea tu cuerpo, tu cabello vuela cálido en la sal de la brisa marina, cierras los ojos y a lo lejos escuchas el murmullo de los pinos. Bailas y sonríes con la música autóctona de esta milenaria sede de culturas ancestrales que a su vez aportan colorido y figura en las artesanías del mercadillo “Las Dalias”. Ya sus noches eléctricas son envidia en el mundo…

Todo esto y más es Ibiza; que se encierra en los vinos de la bodega Can Rich que por primera vez aterriza en nuestro país para hacer una exitosa dupla con la chef Yerika Muñoz de Astrid & Gastón México para maridar los caldos de Ibiza con la sazón de perú.

Las estrellas de la velada fueron cuatro vinos de añada joven constituidos por las variedades Malvasía, Merlot, Tempranillo, Monastrell y Syriah. Con ribetes elegantes, limpios y brillantes que iban del salmón, azul al rubí intenso. En nariz, son salinos; herbales; se percibe pino, romero, regaliz y singulares flores. El gusto es acariciado por una acidez delicada y descubres albaricoque, manzana verde, hinojo y cáscara de cacao. Al final de tan maravilloso encuentro cultural, mostraron una interesante evolución en mesa distando de los primeros registros.

Por: Francisco García Carrillo

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