Por Heli Galván
El Centro Histórico es un lugar diverso y lleno de historias, el cual, puede ser amado u odiado por muchos pero nunca olvidado; ya sea por su infinidad de museos, la rica historia que la precede o por su curiosa gastronomía, la cual, diariamente intentan satisfacer tanto a capitalinos como a extranjeros y visitantes en la siempre ajetreada vida urbana.
En esta ocasión tuvimos la oportunidad de asistir a Comida y Tradición en la Ciudad de México, un evento organizado por la Fundación Herdez en colaboración con el Colegio de Cronistas de la Ciudad de México. En este encuentro se reunieron expertos, investigadores y amantes del buen comer, quienes exploraron la evolución de los platillos y su impacto cultural a lo largo de los años.
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Desde hace 600 años
Comenzamos con una presentación a cargo Ángeles González Gamio, escritora, periodista y cronista del Centro Histórico. Ella abrió las conferencias con una ponencia sobre la historia del barrio de La Merced, siendo un centro de abasto desde los tiempos de Tenochtitlán describiendo cómo, a lo largo de 600 años, dio vida a la capital que le robó el aliento a los españoles.
La Merced, nos cuenta Ángeles Gonzáles, fue un lugar fundamental para el comercio de la ciudad, abasteciendo a la ciudad con productos básicos en su dieta: maíz, hortalizas, frutas, verduras, flores, legumbres e infinidad de ingredientes. Convirtiéndolo así, en un lugar lleno de vida y un imperdible a visitar en la actual Ciudad de México.
Nuestra comida en el S.XX
Por otra parte y adentrándonos un poco más a las diferentes calles de la capital; Carlos Villasana, investigador iconográfico, escritor asesor y colaborador en diversas editoriales. Dio un recorrido visual de las diversas calles y puestos de la capital; a través de imágenes, postales coloreadas a manos y diversos relatos del siglo XX.
El cronista nos transportó a los inicios de los puestos de comida capitalina; pasando por los agachados (fondas callejeras) por el actual callejón 5 de mayo, las primeras imágenes de las tortilleras, llegando a las enchiladeras (mujeres que preparaban comida muy picante), algunas pulquerías y concluyendo con la estrecha relación de la comida callejera con la identidad popular de la ciudad y su capacidad para adaptarse a los diversos cambios sociales y culturales.
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Las calles que nos alimentan
Por otro lado, Jorge Pedro Uribe Llamas, escritor y periodista especializado en la Ciudad de México, hizo un recorrido por las calles del Centro Histórico donde abordó los sabores, prácticas y preferencias que hoy dominan. Destacando los productos accesibles y de rápido consumo para los transeúntes: papas fritas, refrescos, gorditas, esquites, etc, que se han convertido en una tendencia urbana.
Además, profundizó en el curioso caso de la gastronomía callejera, con una historia detrás, reflejo de la esencia de la vida capitalina y la capacidad para adaptarse a los tiempos modernos.
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Y para cerrar el ciclo de conferencias, Iván W. Jiménez, diseñador de contenidos, compartió su experiencia de cuándo recorría las calles de la urbe en busca de conocer diferentes tacos y cantinas durante sus años de estudiante. Destacando el contraste de la gastronomía de hace 20 años con la actual, este recorrido lo llevó a crear una guía con todo su bagaje culinario: Comer y Beber en el Centro. Además, de crear un Rally Gastronómico donde se visitan diversas taquerías, cantinas, restaurantes, postres y garnachas.
La comida que nos crea
Después de esta jornada de conferencias, he podido conocer otra cara de nuestro siempre querido y concurrido Centro Histórico, el cual es la viva imagen de la evolución de la sociedad capitalina. Así que en tu próxima visita al Centro asegúrate de visitar algún restaurante o puesto de comida nuevo para seguir descubriendo.